Veteranos

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Veteranos



Aurora no piensa, se deja llevar por las emociones que la consumen, atrapándola con garras afiladas que la asfixian poco a poco. Todo en su cabeza carece de sentido, las imágenes de Ion le martillean el cerebro, golpeando una y otra vez las paredes de su cordura. A su alrededor todo está hecho pedazos, desde el espejo hasta un par de vestidos que le han hecho probarse antes de meterse en semejante matadero. Está en su camerino, aunque parece más bien la jaula de un león desesperado por huir.

El teléfono móvil no para de vibrar, seguramente las redes sociales estén incendiadas. Ya puede imaginarse todos los memes, clips, videos, capturas y un largo etcétera que habrán comenzado a proliferar, sin contar los comentarios que pronto verán la luz en YouTube, analizando todo lo sucedido. Si Aurora juró no pisar un programa del corazón en su vida, era precisamente para evitar que algo como eso sucediese, ¿cómo ha podido ser tan tota? Pero aunque se reprenda una y otra vez por caer tan fácil en la trampa, hay otra pregunta mucho más importante que no deja de atormentarla: ¿de dónde sacó Álvarez ese video?

Lo primero que se le viene a la cabeza es Fran, pero por muy gilipollas que pueda ser, Aurora pondría la mano en el fuego por él, sería incapaz de vender nada relacionado con Ion, ni aunque se estuviese muriendo de hambre, que por supuesto no es el caso. Siente que le va a explotar la cabeza, son demasiadas cosas a la vez, lo peor es que todavía le quedan todos los periodistas que de seguro habrán comenzado a acumularse en la puerta.

—¡Aurora!

La figura distorsionada de Martina entra en el camerino, algo sofocada. La muchacha tarda en reconocer a su propia madre, percatándose de que tiene la visión totalmente nublada. Siente que en cualquier momento podría desmayarse, tanto nivel de estrés no puede ser bueno. La mujer llega como una aparición espectral, acercándose a ella con el rostro desencajado. La observa como quien mira a una bestia peligrosa.

—¿Qué... qué ha pasado aquí? —Pregunta, observándolo todo algo confusa.

Aurora no se pregunta qué hace su madre en la cadena a esas horas aunque esta no tenga que trabajar, ni como ha dado con ella tan rápido, en realidad lo único que pasa por su mente es una necesidad casi vital por destruir todo lo que hay a su alrededor.

—Aurora, hija...

La mujer se acerca, pero ella la aparta de su lado, mirándola con los ojos muy abierto.

—¡¿Lo has visto?! —Exclama, su voz suena histérica. Señala hacia la puerta—. ¡¿Has visto lo que ha hecho ese hijo de puta?!

Por primera vez, el rostro de Martina se muestra serio, severo. Es una mujer con la ironía anidada en la comisura de sus labios, pero incluso alguien como ella sabe la gravedad del asunto, Ion Garrochotegui es un tema vetado.

Todos los famosillos de medio pelo tienen un tema vetado, algo de lo que, todo el mundo sabe, no hablarán. Se incluye en sus contratos cuando salen a escena, para que no se saque el tema. En el caso de Aurora, el veto engloba a todo lo que se refiere a Ion, por suculento que sea el preguntarle, nadie tiene derecho a hacerlo. Sin embargo, Raúl Álvarez se ha pasado el veto por los huevos, de la forma más cruel y ruin que tenía para ello: en un giro de guion.

—¡Ha puesto ese video ahí, delante de toda España! —Exclama, ni siquiera sabe bien qué quiere decir o expresar, es la primera vez que abre la boca en tres cuartos de hora. Su voz suena extrañamente aguda, no la reconoce como propia—. ¡Con esa sonrisa de gilipollas! ¡Estaba Ion ahí, mamá! ¡Ahí!

Giro de guionWhere stories live. Discover now