7. Soledad ...

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[Javier]

Los rayos de luz que expandía el sol entraron por mi ventana, en dirección a mi rostro. Me desperté y vi como Mittens dormía sobre mi pecho. Hice un pequeño movimiento para dejarla a un lado sin despertarla, pero no lo conseguí. Aquellos grandes ojos amarillos me miraron con curiosidad. Me senté en la cama y comencé a estirar los brazos, para luego levantarme y meterme al baño.

¿Quieren saber lo que ha pasado anoche? Les contaré:

Luego de terminar aquel beso, Jennifer me miró sorprendida, sus mejillas estaban rojas. Aquel chico, Rodrigo, me miró con cara de pocos amigos, y luego se fue. Nuestro metro llegó y ambos nos subimos en silencio, sin decir una sola palabra. A ratos la miraba de reojo, ella jugaba con sus manos, pareciera que por su cabeza pasaban miles de cosas, lucía algo… nerviosa.

—   ¿Estás bien? —le pregunté.

—   S-Sí. —contestó, mirándome confundida— ¿Qué fue eso?

—   ¿Qué? ¿Te refieres al beso? —ella asintió— No lo sé, quería parecer que la cita era real.

—   ¿Solo ha sido por eso?

Asentí. Ella me observó algo confundida. ¡Esta chica era muy fácil de leer! Sus caras expresaban todo. De todas formas, me sentí extrañado, pensé que se molestaría, que me gritaría.

Incluso pensé que me tiraría a las vías del metro. Como aquí es bastante común que la gente se tire, de seguro pasaría como suicidio.

No hablamos más el resto del viaje, y al llegar a la esquina que nos separaba para cada uno irse a su hogar, nos limitamos a decirnos un “adiós”.

*****

Llegué a la facultad y Gabriel y Fernando, compañeros de carrera, estaban jugando ping pong mientras Marcos los observaba. Me acerqué a ellos y los saludé, luego me puse al lado de Marcos.

—   ¿Te puedo preguntar algo? —le dije.

—   Claro —respondió mientras con la mirada seguía la pelota.

—   ¿De verdad estás entusiasmado con Laura? ¿O es algo momentáneo? —Marcos me miró— Viejo, ambos sabemos cómo es tu reputación con las chicas —él asintió encontrándome la razón— Y debes tener claro que si haces sufrir a la chica Jennifer te romperá el rostro.

—   Jajaja. Esa chica sí que tiene carácter duro —respondió mientras ponía su mano en mi hombro— Tranquilo, esto va en serio —sonríe, y con eso me siento algo más tranquilo— Es una buena persona, de verdad quiero jugármela.

Lo miré y le sonreí. Me alegra que por primera vez desde que lo conozco quiera tener algo con alguien y hacerla feliz. Hablar de amor no es algo que me agrade mucho, pero me gusta cuando mis amigos son felices por aquel sentimiento.

[Jennifer]

—   A mí no me engañas —dijo Marcela— ¡Te está empezando a gustar Javier!

—   ¡Cómo me va a gustar! Apenas lo conozco —me quejé.

—   Entonces te está llamando la atención. Te gusta que el hombre te acepte, con tu mal carácter y todo —añadió Laura— No como Rodrigo. Él siempre te decía que fueras más femenina.

—   No me hables de este idiota —gruñí— Lleva días queriendo hablar conmigo. De seguro esa rubia oxigenada se ha cansado de él y ahora quiere volver.

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Where stories live. Discover now