8. No voy a negarlo más ¡Me gusta!

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[Javier]

Me sorprendí al ver a Jennifer parada en mi puerta. ¿A qué ha venido? Su rostro expresaba tristeza. La invité a pasar y ella accedió. Sin decir una sola palabra, entró y se acomodó en mi sofá. Mittens se acercó a ella y se subió a sus piernas, buscando afecto, por lo que ella comenzó a acariciarla suavemente, su mirada se veía algo ida.

—   ¿Ha pasado algo? —pregunté.

—   Lo siento. Solo no quería estar en casa. —contestó sin mirarme.

—   ¿Has comido algo? —ella negó con la cabeza— Ya vengo.

Me dirigí a la cocina y saqué un vaso para echarle jugo de naranja. A su vez corté un pan y le puse queso, metiéndolo al microondas y calentándolo un par de segundos para que el queso se derritiera. Volví al living y se los entregué.

—   Soy un excelente chef, quedarás maravillada cuando lo pruebes —ella lo recibió y tomó un sorbo de jugo para luego darle una probada el pan— ¿Y?

—   Has calentado el pan más de la cuenta —se quejó— y el jugo está algo amargo.

Me reí, de verdad nada de lo que haga la hará sentir conforme. Ella me miró y me regresó la sonrisa. Me senté en el piso para seguir jugando mis videojuegos. Sin embargo tenía la mente en otro lado, no podía negar que sentía cierta curiosidad de saber qué le ha pasado, pero no puedo preguntarle. No tengo el derecho, no luego de haberle dicho esas palabras el otro día.

—   Jennifer. —ella me miró— Quería disculparme por como fui el sábado en la mañana. Es solo que es un tema difícil.

—   No te preocupes —contestó— No debí meterme.

—   Es que ahora yo quiero meterme en tu vida —dije y ella alzó una ceja— No es normal que vengas un jueves por la noche a mi casa.

—   Tampoco es normal que me beses en plena estación de metro, pero no he dicho nada al respecto. —se limitó a decir.

—   Ya te dije que fue una actuación.

—   Pensé que estudiabas medicina, no teatro.

Punto para ella. Apoye la cabeza en mi rodilla, mirando hacia la ventana. Luego la volví a mirar, se había acabado el jugo y el pan. Se levantó para dejarlos en la cocina y volvió para jugar con Mittens, ignorándome completamente.

—   ¿Puedo preguntar cómo la obtuviste? —dijo mientras jugaba con sus patitas— a la gata, que por cierto, ¿Cómo se llama?

—   Mittens —contesté— La encontré a la semana de haber llegado a Santiago —me mira confundida— Soy del sur, Valdivia para ser más exacto. —asiente— Como no conocía mucho la capital, tendía a perderme seguido. Un día me perdí, y preguntando me dijeron que la forma más rápida de llegar a casa era por un callejón. Al estar allí sentí pequeños maullidos que parecían llantos, éstas provenían de un bote de basura que había. Al abrirlo una pequeña y malherida Mittens de no más de tres meses de vida se encontraba ahí. La llevé a casa y le di los cuidados necesarios, y desde entonces ha sido mi compañera de piso.

—   No puedo creer que exista gente tan cruel que bote a los animales en el basurero como si fueran simples objetos. —dijo mirando a Mittens con ternura— pero me alegro que la hayas encontrado. De seguro ella está muy agradecida contigo.

—   No lo sé, siempre está peleando conmigo, rasguñándome, quitándome espacio en la cama, negándome amor. —sonreí— Pero es una gran compañera.

Miré la hora y se había hecho algo tarde. Mañana debía entrar a clases a las 08:00 AM.

—   Es tarde, será mejor que te quedes acá. —me levanté— Te presto mi habitación, yo dormiré acá otra vez.

[Jennifer]

Me había enamorado perdidamente de la gata de Javier, la verdad es que siempre he querido tener un gato, pero mi mamá es alérgica y nunca se me ha permitido tener uno.

Los tres fuimos a la habitación, me senté en la cama con la gata en brazos y observaba como él de su closet buscaba unas mantas.

—   Oye. —le dije, él me miró— Mmmm. ¿Es incómodo el sofá?

—   Algo —confesó— Pero no importa.

—   Y si… ¿Compartimos la cama?

Él me quedó mirando algo sorprendido. Luego se llevó las manos a la cara, tapándose hasta la nariz, sus ojos expresaban sorpresa.

—   ¿Me estás haciendo una propuesta indecente? —preguntó burlonamente.

—   Bueno, te puedes ir al demonio. Por mi duerme afuera —dije molesta.

—   Claro, solo a ti te gusta molestar. —nos miramos desafiantemente por unos instantes— Acepto tu propuesta —sonríe— indecente —murmura.

—   ¡Te he oído igual, cuatro ojos!

Él soltó una carcajada. ¿Tanto le gustaba verme molesta? ¡Me irrita! Abrí la cama y me acosté en la orilla, Javier había ido al baño. Al volver llevaba su pijama: una remera negra y unos pantalones delgados. No llevaba sus lentes.

—   ¿Qué tan ciego eres sin lentes? —-pregunté.

—   ¡¿Quién dijo eso?! —fingió decir preocupado mientras miraba a su alrededor.

—   Eres un idiota —contesté riendo.

Se acostó a mi lado y apagó la pequeña lámpara que había a su lado, dejándonos a ambos en completa oscuridad. Segundos después sentí a alguien caminar por los pies de la cama, para acurrucarse en la orilla. Javier se acomodó, quedando frente de mí. Estábamos a una distancia aceptable.

—   Buenas noches —dijo él.

—   Buenas noches —-murmuré.

Intenté dormir, pero se me hacía imposible. No estaba en mi casa, en mi cama, y lo peor de todo, estaba durmiendo al lado de Javier. ¿Por qué se me ocurrió decirle que durmiéramos juntos? Tenía ganas de sacarlo de la cama de una sola patada.

Minutos pasaron y a mí me pareció que fueron horas. ¿Él se habrá dormido? Me acerqué un poco, con mi mano izquierda me aferré de su remera, seguí acercando mi rostro al suyo hasta que comencé a sentir su suave respiración. Javier no hacía nada, por lo que pensé que estaba dormido. Me acerqué a tal punto de sentir un leve roce entre nuestros labios. No me moví, él tampoco.

Volví a acercarme a tal punto de rozar nuestros labios, esta vez le di un suave beso. Él no hizo nada. Lo hice otra vez, y otra vez, y otra vez…

Entonces sentí como su mano tomó mi rostro para no permitir que dejase de besarlo. Me sorprendí, mis ojos eran como dos platos. No podía verlo, pero estaba ahí, besándome. Cerré los ojos y seguí ese beso, que segundos después se volvió algo más apasionado.

Ya no puedo negarlo.

Ya no voy a negarlo.

No más.

Me gusta Javier.

Hola, les traigo capítulo nuevo :) Espero que les guste, he andado media floja para escribir, así que espero avanzar la historia pronto o si no empezaré a demorarme en avanzar. Últimamente me ha dado por ver series sin parar, me he puesto algo viciosa jaja :c

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora