13. Ésta era la verdad

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[Javier]

Salí de mi habitación y vi a mi padre preparando el almuerzo. ¿Tanto he dormido? Tomé una naranja y comencé a pelarla mientras me sentaba frente a él, que cortaba la zanahoria con mucha concentración. Miré hacia el living y vi a Isidora hipnotizada con el televisor.

—   ¿Dónde está Ismael? —le pregunté.

—   Ha salido hace unos minutos, no me ha dicho dónde —se encogió de hombros— Ya sabes cómo es…

—   Ajam —saqué un trozo de la naranja y la probé, estaba dulce.

—   Javier —le miré— ¿Cómo conociste a Jennifer?

—   Chocamos —contesté y el me miró confuso— El primer día de universidad de este año, chocamos. En ese choque su celular se quebró así que fue a reclamarme que le pagara los daños, cuando la culpa había sido suya —pausé para comerme otro trozo de naranja— Luego nos seguimos topando, y eso. Creo.

—   Es una chica muy interesante, además de ser bastante guapa.

Lo observé unos segundos, sabía a donde iba su conversación y yo no quería hablar del tema. Me levanté y me dirigí a sentarme junto a Isidora, que estaba muy concentrada mirando sus dibujos animados.

—   Hermano —dijo de repente— ¿Te casarás con Jennifer?

—   ¿Eh? ¿Tú también? —me quejé— No. No lo haré.

—   Me gusta ella. —sus ojos no se despegaban de la televisión.

Di un largo suspiro. ¿Es que acaso no había otro tema de conversación además de Jennifer? Me levanté y volví a la cocina, donde me puse a observar a mi padre cocinar. A él no le gustaba que lo ayudáramos si de la cocina se trataba, por lo que ni nos preocupábamos en preguntarle si necesitaba algo.

—   Hijo. Te diré una cosa, y sé que no quieres oírlo, pero lo diré igual —dijo con seriedad— Esa chica te quiere, con tan solo ver cómo te miraba me di cuenta. Y tú también la quieres. Debes ser feliz, deja de pensar en tu madre y en...

—   No —le interrumpí— No hables de mamá.

—   ¡Lo haré! —estaba molesto, lo miré sorprendido— Para mí también fue frustrante, Javier. También me sentí culpable, por vivir tan pendiente del trabajo la descuidé, no me percaté de su salud —dejó el cuchillo en la mesa y se llevó la mano a la cabeza— Pero la culpa no fue de nadie, esto fue algo inevitable. Javier, tu mamá más que nadie quería que tú fueses feliz. Deja de culparte, deja de pensar en Natalia, es hora de dejar atrás el pasado y mirar hacia adelante —se acercó a mí y me abrazó— ¿De verdad quieres dejar ir a una chica como Jennifer?

—   No conoces a Jennifer —me quejé— No es la blanca paloma que parece ser.

—   Aun así la chica tocó tus emociones, ¿No es así?

Guardé silencio. Me costaba admitirlo pero tenía razón. Sin embargo no podía negar que tenía miedo, lo que sucedió con Natalia causó un gran dolor en mi corazón, y desde aquel entonces había dejado de confiar en las chicas. Además, mamá…

Las horas pasaron y la noche llegó, Ismael apareció y dijo que en la entrada se había encontrado con Jennifer, y que nos había invitado a todos a una presentación que daría mañana por la noche en un pequeño local. Mi padre aceptó de inmediato, y mi hermana mostró su entusiasmo por volver a ver a la chica.

¿Por qué todos en esta familia aman a Jennifer? Es una loca de patio

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Los polos opuestos... ¿Se atraen?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ