28. Una difícil decisión.

3.6K 238 35
                                    

Javier se quejó al sentir unos pequeños dientes mordiéndole suavemente la nariz. Abrió los ojos y vio a Mittens encima suyo jugando con su rostro. La tomó para hacerla a un lado, y en el momento en que se sentó en la cama sintió como si alguien le hubiese dado con un hacha en toda la cabeza. Maldita resaca, maldito alcohol. ¿En qué estaba pensando cuando bebió esa cantidad de vasos? Ah, verdad. En Jennifer.

Se levantó con cuidado de la cama y caminó hacia el baño en donde se mojó el rostro. Se miró en el espejo, se veía demacrado, digno de una noche llena de alcohol. En su mejilla había una carita feliz dibujada con lápiz labial. ¿Cómo llegó eso ahí? Intentó recordar lo sucedido anoche.

¡Jennifer!

Salió del baño y fue hacia la cocina esperando encontrarla, pero no estaba. Tampoco se encontraba en el comedor. Pensó que lo sucedido anoche con ella había sido un sueño, pero ella realmente estuvo ahí, se quedó con él tal y como se lo pidió. Sin embargo, ¿En qué momento le dibujó esa carita en el rostro? Posiblemente lo haya hecho antes de irse, mientras él aún dormía. Volvió al baño a darse una rápida ducha para luego tomar desayuno. Se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y luego decidió que era un buen día para salir a trotar.

[Jennifer]

Supuse que Javier al despertar estaría confuso respecto a cuales de sus recuerdos son reales y cuáles no, por lo que preferí dibujarle una carita feliz en el rostro para que al menos sepa que mi presencia anoche fue real. Luego de salir de su casa me fui a la mía a darme un baño y a cambiarme de ropa para así partir a la casa de Laura. Su madre me recibió y me comentó que Marcos había venido a pasar la noche, por lo que me dirigí sigilosamente a su habitación y abrí la puerta para encontrarlos durmiendo abrazados. Me subí cuidadosamente a la cama y comencé a dar leves saltos, preparándome para el salto final. Cuando me sentí preparada, salté con fuerza y me tiré sobre ellos como si estuviese realizando un movimiento de lucha libre.

De verdad necesito dejar de ver ese tipo de programas.

Ambos se despertaron asustados, pero el que se aterró al verme a tal punto de caer de la cama fue Marcos. No pude evitar soltar una carcajada mientras él intentaba tapar su cuerpo con las sabanas. Mientras Laura bostezaba y se refregaba los ojos mientras balbuceaba algo inentendible.

—   ¡Estás loca! —gruñó Marcos— ¡Loca!

—   Laura está acostumbrada, no es mi culpa que tú no.

—   ¿Y tú no le dirás nada? —le preguntó a su novia.

—   Buenos días Jennifer, ¿Qué te trae tan temprano? —preguntó mi amiga aún somnolienta.

—   ¿De verdad solo le dirás eso? ¡Nos despertó! ¡Me asustó y casi me ve en ropa interior!

—   Oh, menos mal que no lo hice. No quería tener pesadillas —dije llevándome la mano al pecho y suspirando aliviada. Marcos me dedicó una mirada de odio y yo le sonreí— Vamos, piérdete unos minutos que debo contarle algo a Laura.

Quiero aclarar que no tengo nada en contra de Marcos. Es algo idiota pero me cae bien y hace feliz a mi amiga pese a las estupideces que comete a veces. Sin embargo me encanta molestarlo pues se enfada con facilidad, más aún cuando mi amiga no lo defiende como él espera. El chico se levantó tapándose con las sabanas y se fue de la habitación, dejándonos a solas. Miré a Laura y comencé a contarle lo sucedido anoche, desde que me lo encontré tirado en la calle hasta que entre sueños dijo que me amaba.

—   ¿Qué esperas para volver con él? —fue lo que me dijo.

—   ¿Qué? —la miré sorprendida— Laura yo… —guardé silencio unos segundos— Yo hice planes lejos de este país. Que Javier me haya dicho esto no me facilita las cosas. Al contrario.

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora