Los polos opuestos... ¿Se atraen?

20. ¡Un mini Javier o Jennifer! Esperen... ¿Qué?

[Jennifer]

Abrí lentamente mis ojos, no me encontraba en mi habitación, pero estaba en un lugar bastante familiar. Me moví lentamente de la cama, logrando sentarme para así poder estirar mis brazos. A mi lado Javier dormía plácidamente, verlo me hizo recordar lo vivido anoche, y no pude evitar soltar una sonrisa algo coqueta. Quién diría que Javier sería tan dominante y apasionado en la cama.

Me levanté y tomé lo primero que hallé en el suelo, que fue la remera de Javier. Me quedaba enorme, pero me gustaba como se veía, parecía un camisón. Me dirigí al baño y me mojé el rostro. Me miré al espejo, haciendo caras ridículas para dejar de lado el sueño que sentía. También me dolía algo el cuerpo, pero bueno, eso es por otra cosa…

A diferencia de Javier, yo si tenía clases hoy, incluso un examen. Así me vestí lo más rápido posible y le dejé una nota en el mueble, yéndome a casa. Debía bañarme, comer algo y buscar mis cuadernos para partir a la universidad.

Al llegar a casa intenté no meter ruido, era consciente de que me iban a interrogar si sabían que había llegado recién a esta hora, y no me encontraba de humor como para recibir un interrogatorio tan temprano por la mañana.

—   Mira quien acaba de llegar… —dijo una voz, me voltee y vi a Anna apoyada en la pared con un vaso de jugo en la mano— Parece que ha estado excelente la reconciliación…

—   Eso no es de tu incumbencia —respondí mientras sentía como mis mejillas se ruborizaban.

—   ¡Pero mira cómo te sonrojas! —ríe— ¿Lo has pasado bien? —con una sonrisa pícara.

—   Que morbosa eres.

Me dirigí a mi habitación y Anna me siguió.

—   Supongo que te has cuidado.

Cuando la oí decir esas palabras, me detuve a pensar. ¿Nos cuidamos? Yo no tomo pastillas, y no recuerdo a Javier poniéndose algún preservativo o algo. Esperen. ¡¿Y si me he embarazado?! Ay no, es que no me veo con un hijo en estos momentos, prefiero tirarme al metro.

—   Obvio que sí —mentí— ¿Crees que soy así de irresponsable?

—   Eso espero, Jennifer. Sabes que si te embarazas, quedará la grande en esta casa.

—   Lo sé, no te preocupes —me quejé.

En el momento en que Anna abandonó mi habitación, yo empecé a desesperarme al no poder confirmarme a mí misma si nos cuidamos anoche. Con la emoción de lo vivido no me percaté de nada. De todas formas, no creo que Javier sea tan irresponsable como para hacer algo sin tomar sus respectivos cuidados antes…

¿No?

Me bañé lo más rápido que pude, aunque quería, no podía hacer mis conciertos de ducha, ya que debía partir a la universidad. Tomé desayuno y salí corriendo de casa, con Foo Fighters acompañándome en el recorrido. Sin embargo no podía prestarle atención a sus canciones, pues en mi mente todo lo que pasaba era en si la princesa se había cuidado o no.

En el metro no me aguanté y lo llamé.

—   ¿Aló? —su voz era normal, así que no lo he despertado.

—   Javier, estoy desesperada, necesito que me aclares algo.

—   ¿Qué sucede? —preguntó preocupado.

—   ¿Usaste preservativo anoche? —murmuré, procurando que nadie del metro me oyera.

Un silencio incómodo se formó. Me desesperaba que no se oyera ni su respiración.