9. Regalo y una confesión

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[Jennifer]

Luego de aquella noche de besos con Javier, estamos juntos y vivimos un romance adolescente apasionado. El hombre es perfecto, cuan príncipe azul sacado de películas de Disney. Anhelo que llegue el momento en que tengamos nuestros primeros bebes. ¡Ojalá tengamos octillizos y seamos como Manjula y Apu de Los Simpson!

¿Se lo han creído? En realidad el tipo es un idiota. A la mañana siguiente nos despertamos y él no fue capaz de mencionar lo sucedido anoche. ¿Lo peor? Cada vez que yo quería tocar el tema claramente él intentaba evadirlo. ¿Es que acaso está jugando conmigo? De verdad hubiese preferido que me alejara y dijera algo como “no me beses” o “Lo siento, en realidad soy gay y solo quería experimentar”. Creo que todo sería más fácil si fuese gay.

Las semanas pasaron y seguimos viéndonos, esta vez con gente, al parecer no quería estar a solas conmigo porque sabía que yo iba a querer hablar del tema. Hubo semanas en que no supe nada de él, pues ambos estuvimos ocupados en nuestros estudios.

El mes de Mayo se asomó más pronto de lo que esperaba, y con ello, mi cumpleaños. ¿Les comenté que volví a mi color de cabello natural? Me cansé del rojo, y más que nada de estar tiñéndomelo cada vez que la raíz se hacía notar.

Con mis amigas habíamos tomado la costumbre de llegar a tirarnos en uno de los rincones de la universidad, el pasto estaba bonito y no mucha gente pasaba por ahí.

—    ¿Ya decidiste que quieres hacer para tu cumpleaños? —preguntaba Marcela mientras se estiraba en el pasto.

—   No tengo muchas ganas de celebrarlo —confesé.

—   ¡Jennifer! —se queja Laura— ¡Cumplirás veinte, hay que celebrarlo! Dale, invitas a un par de amigas tuyas y vamos a un pub.

—   De acuerdo —me encogí de hombros.

—   ¿Invitarás a Javier? —la miré fijamente— Oh, vamos. Sé que quieres verlo. Quién sabe si ahora se anima a decirte las cosas, se te declara y te pide matrimonio.

—   De ser así, haré que se trague su propio anillo —gruñí.

Así los días pasaron y con ello el 12 de mayo, mi cumpleaños. Para suerte mía había caído un sábado, así que tenía el día para dedicármelo a mí y no a la universidad. Mis padres desayunaron conmigo y me obsequiaron una nueva laptop y muchos libros. Rosita hizo mi comida preferida, lasaña. Había recibido llamadas de mi hermana y mis amigas a lo largo del día.

El día había sido perfecto. Había recibido los mimos que merecía y mis amigas se habían acordado de mí. Las invité a todas a aquel pub del que me habló Laura hace unos días y les ofrecí quedarse a dormir en mi casa.

Solo faltaba…

[Javier]

Pasaron semanas desde que no veía a Jennifer, sin embargo hace unos días Laura fue al local donde trabajo para decirme que estaría de cumpleaños. Por alguna razón me dio la dirección de la casa de Jennifer y me comentó que irían a un pub a celebrarlo. ¿Tenía intenciones de que fuera? ¿Qué iba a hacer yo ahí? De todas formas tuve su cumpleaños presente y decidí hacerle un regalo.

Ese día fui en moto hacia la dirección que Laura me había dado. Para sorpresa mía la casa, la cual era enorme, estaba a unas cuadras más arriba de donde vivía. Miré por los alrededores y no se veía movimiento, había un timbre, pero me daba algo de vergüenza llamar, ¿Y si salía alguien que no era Jennifer? ¿Qué diría?

Por suerte justo en aquel momento ella sale de su casa, y sin percatarse de mi presencia camina hacia la reja. Wow, se había teñido el cabello, le quedaba mucho mejor ese color. Llevaba una remera que le dejaba ver su hombro derecho, unos jeans y unos zapatos con taco no muy alto.

—   Hola —le digo, ella pega un pequeño salto y me mira asustada— ¿De verdad no te habías dado cuenta de mi presencia?

—   ¿Hace cuánto estás aquí? ¿Me estabas espiando, maldito acosador? —fue su respuesta— ¿Cómo sabes que vivo acá?

—   Pues porque soy tu acosador —contesté con seriedad— Te he estado observando —abrí mis ojos— Sigo tus pasos.

—   Déjate de bromas —gruñó.

—   Tu amiga me ha dado la dirección. ¿Tanto te irrita volver a verme? —ella me miró confusa unos segundos y luego negó con la cabeza— Feliz cumpleaños.

—   G-Gracias —dijo sorprendida.

—   Te he traído un regalo.

Abrí mi mochila y saqué mi cuaderno de dibujos, busqué lo que quería y al encontrarlo, se lo entregué. Ella mira aquel dibujo algo sorprendida, y veo como una sonrisa comienza a formarse en su rostro. El dibujo era ella jugando con Mittens, me basé en aquel día que ella se quedó en mi casa, realmente le agradó mi gata, y pensé que algo hecho por mí sería mejor que algo comprado.

—   Gracias, Javier —me miró sonriente— Me ha gustado mucho, de verdad.

Tomándome por sorpresa, se acerca a mí y me abraza. Bien, es ruda, pero tiene su lado amable. Le regresé el abrazo y nos quedamos así un largo rato.

—   Será mejor que me vaya —dije mientras la soltaba suavemente.

—   Espera —me tomó por el brazo— Hay algo que quiero preguntarte.

—   Claro.

No dijo nada un par de segundos, solo me miraba. Por las expresiones en su rostro se me hacía que estaba pensando en muchas cosas a la vez. Finalmente decide hablar.

—   ¿Eres gay? —preguntó.

—   ¿Qué? —de verdad no esperaba eso.

—   ¿Eres gay? —repitió.

—   No lo soy. —respondí confundido.

Otra pausa. ¿De verdad esa era su pregunta? Ella me miraba fijamente y eso me inquietaba, ni siquiera tenía esa mirada de asesina en serie.

Entonces, cuando iba a hablar, se acerca a mí y me toma el rosto para besarme.

—   Me gustas, Javier —murmura.

Bueno, Jennifer se puso los pantalones (what?) y se le confesó a Javier al fin :P Tengo una duda, encuentran que los capítulos son algo cortos? Yo no tengo problemas en hacerlos algo más largos, pero bueno, su opinión me interesa. Además que no he escrito NADA además de este capítulo así que tengo que empezar a motivarme, y comenzar a alargar un poco más los capítulos estaba dentro de mis opciones, pero no sé. (nunca sé nada)

En fin, espero que les guste :)

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Where stories live. Discover now