-Soy tonta, soy tontisima-me recordaba todo el rato mientras lloraba en el hombro de Valeria.
-Llamale y aclarar las cosas-me dijo-. Se nota que los dos os gustais, no podéis estar así.
-Despues de lo que le dije no creo que quiera hablar conmigo-la dije sin parar de llorar.
-Intentalo-me dijo y la hice caso.
Cuando se fue llamé a Pedri. Las dos primeras veces no me lo cogió. Así que lo intenté una vez más, como dicen, a la tercera va la vencida. Pues así fue.
-Hola-me dijo y le noté que no estaba bien.
-Hola-le respondi y yo tampoco estaba bien. No sabía que decirle, me quedé en blanco.
-¿Para que me has llamado?-me preguntó.
-Te quería decir que, ¿si querías que quedásemos para que hablemos?-me armé de valor para decírselo.
-¿Para que? ¿Para que me hagas perder mi tiempo como siempre? ¿O para que me sueltes cualquier mierda?-me dijo y sentí un pinchazo en el corazón.
-Lo siento, ¿podemos quedar y lo hablamos?-le pregunté y se quedó un rato en silencio.
-Venga vale, estás en el hospital, ¿no?-me preguntó y yo asentí.
Me dijo que en 5 minutos estaba allí y colgamos.
Me levanté y fui hacia el baño para verme un poco en el espejo. Menudas pintas llevaba. Cogí una goma del pelo y me hice una coleta un poco más formal. Me lavé un poco la cara y ya me veía un poco mejor.
Al poco tiempo tocaron a la puerta de mi habitación. Les dije que pasaran y se abrió la puerta. Era Pedri.
-Hola-me dijo y se acercó a mí.
-Hola, siéntate-le sonreí y le señalé el sillón con mi dedo índice.
-¿De que querías que hablásemos?-me preguntó cuando se sentó en el sillón.
-Pues de todo lo que ha pasado Pedri. ¿Por que un día estamos bien y al otro estamos que nos matamos?-le comenté.
Se quedó callado bastante tiempo y las cosas se estaban empezando a poner bastante incómodas.
-Di algo por favor-le dije y me miró atentamente.
-Es que joder Laia-me empezó diciendo-. No puede ser que vayas hablando mal de mi y metiendo mierda y luego me vengas así como si nada...
-¿Pero que dices? Yo nunca he metido mierda de ti-le dije sincera.
-Si lo has hecho, y bastante-me dijo-. ¿Y lo de que solo me querías por fama?-estaba empezando a elevar la voz
-Nunca he hecho eso-le dije-. Y nunca lo haría de verdad-me toqué el corazón con la mano derecha.
-Estas llamando mentirosa a tu a...-se quedó callado.
-¿A quien? ¿A mi que?
-A tu amiga-me contestó y me quedé bastante desconcertada.
-¿Que amiga?-no entendía nada.
-Alicia-me respondió y me quedé flipando.
¿Alicia había dicho todo esto sobre mi? Y yo que pensaba que éramos amigas. Se va a enterar esta de lo que puedo llegar a hacer.
-Pedri escúchame, te lo voy a explicar. Yo solo necesito que me escuches, luego si no me quieres creer eso ya es decisión tuya.
-Vale-me dijo y se puso a escucharme atentamente.
-Le gustas a Alicia, pero muchísimo. Entonces ha hecho eso para que ya no te juntes conmigo-le dije y se quedó un poco flipado.
-¿Es verdad?-me preguntó indeciso.
-Si, es verdad. Pero si no me quieres creer pues nada, yo solo estaba intentando no arruinar lo que tenemos.
Pedri se quedó callado. Nos quedamos un tiempo mirándonos a los ojos hasta que Pedri se levantó y se acercó a mi cama. Se sentó en ella y me abrazó.
-Lo siento en serio, no tenía ni idea-me dijo mientras seguíamos abrazados-. ¿Me perdonas?-me hizo un puchero y obvio que no me pude negar.
-Claro que si-nos abrazamos más fuerte. Cuando nos separamos nos quedamos mirándonos a los ojos fijamente.
Pedri me cogió la mejilla con su mano y se acercó a mí. Nuestras caras estaban a menos de un centímetro. Hasta que me armé de valor y le besé. Llevaba bastante tiempo esperando esto.
Cuando nos separamos nos quedamos mirando a los ojos y sonreímos los dos.
-Quedate conmigo hasta tarde porfa-le hice un puchero.
-No puedo mi niña-me contestó mientras me acariciaba la mejilla con su dedo pulgar-. Tengo partido hoy.
-Jolin, no voy a poder verte.
-No te preocupes, cuando salgas vas a todos los que haya-me dio un beso en la mejilla y se levantó de la cama.
-¿Te vas ya?-le hice otro puchero.
-Me tengo que ir, que tengo que entrenar para el partido-me contestó y yo asentí.
-Vale, pues mañana nos vemos, ¿no?-le pregunté y él asintió.
-Adiós preciosa-nos besamos de nuevo antes de que se fuera.
Cuando Pedri se fue a mi me salió una sonrisa de oreja a oreja. No podía ser que me había pillado tanto de él.
Quería salir ya del hospital para poder ir a todos sus partidos y estar día sí y día también con él.
Y hablamos de mi amiga Alicia, bueno, si se puede llamar amiga la verdad. Ya me daba igual, no la iba a volver a hablar e iba a estar con Pedri todo lo que me diera a mi la gana.
Llegó mi hermano a verme y se sentó en el sillón. Estuvimos hablando un rato y le conté todo lo de Pedri.
-¿Y por qué se ha ido?-me preguntó Víctor.
-Porque luego tiene partido y tenía que entrenar-le contesté y se le encendió la bombilla.
-¿Lo quieres ver?-me preguntó y le dije que si sin pensármelo dos veces-. Pues lo podemos ver en mi móvil.
-Victor te amo-le dije y me tiré encima de él para abrazarle.
-Me debes una eh-bromeó.
-Te debo muchas-me reí.
Llegó la hora del partido y lo estuvimos viendo mi hermano y yo en su móvil. Pedri era titular y le vi jugar todo el partido. Que guapo era... Ganaron 1-0 con gol de Araujo.
Cuando acabó el partido mi hermano me estuvo instalando la aplicación para que yo pudiese ver todos los partidos que quisiese.
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Lo siento por haber estado sin subiros todos estos días. He estado bastante ocupada y no puedo subir a diario. En cuanto pueda os subo otro
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Lo que curó la enfermedad [Pedri González]
CasualeLaia Moreno, una chica un poco peculiar. A los 2 años de edad la detectaron fibrosis quística. Sus pulmones funcionan al 33% y de vez en cuando la dan ataques de respiración. Se pasa más tiempo en el hospital que en casa y no puede hacer vida normal...