N° 8

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-Soy tonta, soy tontisima-me recordaba todo el rato mientras lloraba en el hombro de Valeria.

-Llamale y aclarar las cosas-me dijo-. Se nota que los dos os gustais, no podéis estar así.

-Despues de lo que le dije no creo que quiera hablar conmigo-la dije sin parar de llorar.

-Intentalo-me dijo y la hice caso.

Cuando se fue llamé a Pedri. Las dos primeras veces no me lo cogió. Así que lo intenté una vez más, como dicen, a la tercera va la vencida. Pues así fue.

-Hola-me dijo y le noté que no estaba bien.

-Hola-le respondi y yo tampoco estaba bien. No sabía que decirle, me quedé en blanco.

-¿Para que me has llamado?-me preguntó.

-Te quería decir que, ¿si querías que quedásemos para que hablemos?-me armé de valor para decírselo.

-¿Para que? ¿Para que me hagas perder mi tiempo como siempre? ¿O para que me sueltes cualquier mierda?-me dijo y sentí un pinchazo en el corazón.

-Lo siento, ¿podemos quedar y lo hablamos?-le pregunté y se quedó un rato en silencio.

-Venga vale, estás en el hospital, ¿no?-me preguntó y yo asentí.

Me dijo que en 5 minutos estaba allí y colgamos.

Me levanté y fui hacia el baño para verme un poco en el espejo. Menudas pintas llevaba. Cogí una goma del pelo y me hice una coleta un poco más formal. Me lavé un poco la cara y ya me veía un poco mejor.

Al poco tiempo tocaron a la puerta de mi habitación. Les dije que pasaran y se abrió la puerta. Era Pedri.

-Hola-me dijo y se acercó a mí.

-Hola, siéntate-le sonreí y le señalé el sillón con mi dedo índice.

-¿De que querías que hablásemos?-me preguntó cuando se sentó en el sillón.

-Pues de todo lo que ha pasado Pedri. ¿Por que un día estamos bien y al otro estamos que nos matamos?-le comenté.

Se quedó callado bastante tiempo y las cosas se estaban empezando a poner bastante incómodas.

-Di algo por favor-le dije y me miró atentamente.

-Es que joder Laia-me empezó diciendo-. No puede ser que vayas hablando mal de mi y metiendo mierda y luego me vengas así como si nada...

-¿Pero que dices? Yo nunca he metido mierda de ti-le dije sincera.

-Si lo has hecho, y bastante-me dijo-. ¿Y lo de que solo me querías por fama?-estaba empezando a elevar la voz

-Nunca he hecho eso-le dije-. Y nunca lo haría de verdad-me toqué el corazón con la mano derecha.

-Estas llamando mentirosa a tu a...-se quedó callado.

-¿A quien? ¿A mi que?

-A tu amiga-me contestó y me quedé bastante desconcertada.

-¿Que amiga?-no entendía nada.

-Alicia-me respondió y me quedé flipando.

¿Alicia había dicho todo esto sobre mi? Y yo que pensaba que éramos amigas. Se va a enterar esta de lo que puedo llegar a hacer.

-Pedri escúchame, te lo voy a explicar. Yo solo necesito que me escuches, luego si no me quieres creer eso ya es decisión tuya.

-Vale-me dijo y se puso a escucharme atentamente.

-Le gustas a Alicia, pero muchísimo. Entonces ha hecho eso para que ya no te juntes conmigo-le dije y se quedó un poco flipado.

-¿Es verdad?-me preguntó indeciso.

-Si, es verdad. Pero si no me quieres creer pues nada, yo solo estaba intentando no arruinar lo que tenemos.

Pedri se quedó callado. Nos quedamos un tiempo mirándonos a los ojos hasta que Pedri se levantó y se acercó a mi cama. Se sentó en ella y me abrazó.

-Lo siento en serio, no tenía ni idea-me dijo mientras seguíamos abrazados-. ¿Me perdonas?-me hizo un puchero y obvio que no me pude negar.

-Claro que si-nos abrazamos más fuerte. Cuando nos separamos nos quedamos mirándonos a los ojos fijamente.

Pedri me cogió la mejilla con su mano y se acercó a mí. Nuestras caras estaban a menos de un centímetro. Hasta que me armé de valor y le besé. Llevaba bastante tiempo esperando esto.

Cuando nos separamos nos quedamos mirando a los ojos y sonreímos los dos.

-Quedate conmigo hasta tarde porfa-le hice un puchero.

-No puedo mi niña-me contestó mientras me acariciaba la mejilla con su dedo pulgar-. Tengo partido hoy.

-Jolin, no voy a poder verte.

-No te preocupes, cuando salgas vas a todos los que haya-me dio un beso en la mejilla y se levantó de la cama.

-¿Te vas ya?-le hice otro puchero.

-Me tengo que ir, que tengo que entrenar para el partido-me contestó y yo asentí.

-Vale, pues mañana nos vemos, ¿no?-le pregunté y él asintió.

-Adiós preciosa-nos besamos de nuevo antes de que se fuera.

Cuando Pedri se fue a mi me salió una sonrisa de oreja a oreja. No podía ser que me había pillado tanto de él.

Quería salir ya del hospital para poder ir a todos sus partidos y estar día sí y día también con él.

Y hablamos de mi amiga Alicia, bueno, si se puede llamar amiga la verdad. Ya me daba igual, no la iba a volver a hablar e iba a estar con Pedri todo lo que me diera a mi la gana.

Llegó mi hermano a verme y se sentó en el sillón. Estuvimos hablando un rato y le conté todo lo de Pedri.

-¿Y por qué se ha ido?-me preguntó Víctor.

-Porque luego tiene partido y tenía que entrenar-le contesté y se le encendió la bombilla.

-¿Lo quieres ver?-me preguntó y le dije que si sin pensármelo dos veces-. Pues lo podemos ver en mi móvil.

-Victor te amo-le dije y me tiré encima de él para abrazarle.

-Me debes una eh-bromeó.

-Te debo muchas-me reí.

Llegó la hora del partido y lo estuvimos viendo mi hermano y yo en su móvil. Pedri era titular y le vi jugar todo el partido. Que guapo era... Ganaron 1-0 con gol de Araujo.

Cuando acabó el partido mi hermano me estuvo instalando la aplicación para que yo pudiese ver todos los partidos que quisiese.

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Lo siento por haber estado sin subiros todos estos días. He estado bastante ocupada y no puedo subir a diario. En cuanto pueda os subo otro

Lo que curó la enfermedad [Pedri González]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora