N° 26

2.6K 72 3
                                    

Últimamente llevo muchos días con mucho dolor de cabeza y fiebre. Lo que se me está juntando a los pulmones y me está dando problemas para respirar.

Ahora mismo estoy en la cama sin moverme. No tengo ganas de nada. Debería haberme graduado hace dos días pero por la fiebre no pude.

Pedri venía algunos días a verme, otros solo me escribía o hablábamos por videollamada. La verdad que se preocupaba bastante por mi.

-Buenos días peque-entró mi hermano en la habitación con mi desayuno-. ¿Como te encuentras?

-Bueno, algo mejor-levanté los hombros.

-Me alegro-me dio un beso en la cabeza y dejó mi desayuno encima de mi mesilla-. Te vas a quedar un rato sola hasta que venga Lucía a estar contigo, ¿vale?-asenti-. Si necesitas algo me llamas.

Mi hermano se fue a clase y yo me quedé en la cama sin moverme. Me quedé dormida de nuevo.

[...]

-Laia...-abri los ojos.

No sabía dónde estaba. Me encontraba fatal. Me miré y estaba llena de cables por todos lados. Tenía el oxígeno portátil puesto.

-Don-no era capaz de hablar-, ¿donde es... estoy?

-Estas en el hospital. Te quedaste dormida y no despertabas-una lágrima bajó por la mejilla de mi hermano.

Le cogí de la mano con las pocas fuerzas que me quedaban.

Me encontraba fatal. No era como otras veces que había estado en el hospital, esta vez me había dado más fuerte y tenía pocas esperanzas de salir viva de ahí.

Cerré los ojos de nuevo y me volví a quedar dormida. No tenía fuerzas ni ganas para nada.

Me desperté tres horas después. Estaba mi madre con mi mano cogida y mi padre y mi hermano sentados en el sofá.

Hablaban tranquilos. Abrí un poco el ojo pero nadie se dio cuenta de que me había despertado.

-El médico ha dicho que dentro de dos semanas por lo menos, pero no sabemos si aguantará-escuché a mi madre decir con la voz rota.

-Si que va a aguantar, es fuerte, ha salido de muchas igual que va a salir de esta-dijo ahora mi hermano.

-Pero en esta le ha dado más fuerte, esperemos que salga todo bien-acabo diciendo mi padre.

Mi madre se giró a verme y notó que estaba despierta. Unas lágrimas empezaron a salir por las mejillas de las dos. Mi madre me abrazó y acabamos llorando una encima de otra.

-Mama...-dije con un hilillo de voz.

-No pasa nada cariño, vas a salir de esta te lo prometo-sollozo y me empezó a hacer caricias en el pelo.

Mi padre se levantó y también me abrazó. Sin embargo Víctor no dejaba de llorar. ¿Qué pasaría conmigo?

Llegó el médico el cual me hizo bastantes pruebas. Se salió con mis padres y mi hermano al pasillo para hablar y vi como entraba alguien en mi habitación.

-Mi amor-vino corriendo a abrazarme. También estaba llorando-. Menos mal que estás bien Laia.

-Que... quédate con... conmigo-tartamudee y asintió.

Lo que curó la enfermedad [Pedri González]Where stories live. Discover now