N° 13

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Pedri se me quedó mirando tan fijamente que me estaba poniendo hasta nerviosa.

-¿Que pasa?-le pregunté bastante nerviosa mientras giraba la cabeza para mirarle.

-Eres preciosa-le sonreí.

Nos quedamos mirando a los labios. Pedri se acercó más a mi y juntamos nuestros labios hasta que nos tuvimos que separar para poder recuperar la respiración.

Nos quedamos con nuestras frentes juntas y mirándonos a los ojos. Pedri sonrió y yo hice lo mismo.

-¿Quieres que vayamos a dar una vuelta?-me preguntó-. Solo si te apetece y te encuentras bien.

-Si, vamos, que ya estoy bien. Tu visita me ha alegrado-me sonrió y le di un pico.

Me cambié de ropa, me peiné un poco y avisé a mi hermano de que nos íbamos. Lo que se me olvidó fue coger una sudadera, así que a pasar frío un ratillo.

Montamos en su coche y Pedri me llevó hasta la playa. Sacó una manta del maletero y la puso en la arena. Nos sentamos los dos y me acurruqué en él.

Se quedó mirando fijamente al mar y le notaba nervioso. Puse mi mano encima de la suya y me miró.

-¿Que te pasa?-le pregunté mirándole.

-Te tengo que decir una cosa, pero no sé cómo-me dijo bastante nervioso.

-Pues haber, dímelo. ¿Pero es algo malo?

-No, no. Pero no sé lo que me vas a decir-seguía bastante nervioso.

-Pues haber, dímelo-le dije prestándole atención.

-Mira, te voy a ser directo-empezó a decirme-. Laia, me gustas. Bueno, que gustar, me encantas. Quiero que estés conmigo en cada partido y yo quiero estar contigo en cada momento. Sé que nos conocemos de poco y que puede que me digas que no, pero... ¿quieres ser mi novia?

-Pedri...-me interrumpió.

-No hace falta que me contestes ahora.

-Haber-empece diciéndole-. Tú a mi también me gustas, y obvio que quiero ser tu novia. Pero voy a estar más tiempo en el hospital que en casa y no quiero que estés cargando con ese peso.

-Que a mi me da igual tener que ir todos los días al hospital a verte, yo quiero estar contigo-se sinceró.

-Si que quiero ser tu novia-sonreí y él hizo lo mismo.

Se acercó y nos besamos. Fue un beso bastante largo. Cuando nos separamos nos quedamos mirando a los ojos y sonreímos a la vez.

-No sabes lo feliz que me acabas de hacer-me abrazó.

Nos quedamos bastante tiempo abrazados mirando hacia el mar.

-¿Vamos a pasear?-me preguntó Pedri a lo que yo asentí.

Nos levantamos y fuimos hacia la orilla del mar. Paseamos un rato por ahí dados de la mano. Hablábamos de cualquier cosa que se nos venía a la mente en ese momento y nos reiamos de todo. Estaba claro que Pedri me hacía super feliz.

Estaba empezando la primavera lo cual el sol caía bastante temprano.

Nos volvimos a sentar en la arena y estuvimos viendo el atardecer junto con besos y caricias.

Cuando vimos que ya se hacía tarde Pedri me dejó en casa y él se fue hacia la suya.

Llegué a casa con una cara de boba que no me la quitaba nadie. Pedri, ¿que me has hecho?

-Ya estoy en casa-grité desde la entrada para que todos me escuchasen.

-Estamos en la cocina-me respondió mi padre.

Fui hacia allí y mis padres estaban haciendo la cena mientras que mi hermano estaba sentado en la silla con el móvil.

-¿Que tal cariño?-me preguntó mi madre cuando se acercó a darme un beso en la mejilla-. ¿Ya no te duele la tripa?

-No, ya estoy bien mamá-la sonreí.

Les di un beso a cada uno y me senté en la silla al lado de mi hermano.

-¿Que haces que sonríes tanto?-le pregunté y me reí.

-Nada-me respondió con vergüenza-. ¿Tu que tal con Pedri?

-Pues...-me quedé callada. Se lo iba a contar pero no con mis padres delante-. Luego te cuento-le susurré y él asintió-. Pero tú me cuentas lo tuyo-se puso rojo y se rió.

-Poner la mesa chicos, que la cena ya está lista-dijo mi padre a lo que nosotros accedimos a regañadientes.

Acabamos de cenar y mi hermano y yo nos subimos cada uno a su habitación.

-Voy a llamar a Valeria, cuando acabe voy a tu habitación y nos ponemos al día-le dije antes de entrar a mi habitación y Víctor asintió.

Llamé a mi mejor amiga y al segundo me lo cogió.

-Estoy saliendo con Pedri-la dije directa y me tuve que apartar el móvil de la oreja del chillido que pegó.

-Dime que es verdad, por favor, dímelo-estaba como loca.

-Si, es verdad-me reí.

-Por fin-gritó y de nuevo me tuve que apartar el móvil del oído-. En serio, me acabas de hacer la mujer más feliz del mundo. Es que sois super bonitos.

-Me lo ha pedido en la playa-la comenté.

-Que bonito tía, a mi eso no me pasa-se quejó y me reí.

-Pues Pedri tiene muchos amigos.

-Y están bastante buenos la verdad-nos reímos las dos.

-Al próximo partido que te presente a alguno.

-Me parece bien-nos seguimos riendo.

La comenté un poco cómo había sido y todo lo que habíamos hecho después y la colgué rápido. Ahora había que ir a hablar con mi hermano.

Llamé a su puerta y rápido me abrió y me dejó pasar. Nos sentamos los dos en la cama.

-Bueno, empieza tú-me dijo y no me quedó más remedio que empezar.

-Pues... estoy saliendo con Pedri-mi hermano se quedó flipando sin saber que decir y yo me empecé a reír.

-Esperate que procese la información, ¿¡cómo que estás saliendo con Pedri!?

-Si-me reí-. ¿Te parece bien?

-Hombre que si me parece bien, me parece perfecto-me abrazó.

-Ahora te toca a ti-le dije y se puso nervioso.

-Pues haber, estoy conociendo a una chica y vamos bastante en serio-me comentó y ahora la que se quedó flipando fui yo.

-¿Cuando me la vas a presentar?-le pregunté y levantó los hombros.

-Cuando quieras enana-me contestó.

Mi hermano y yo teníamos muchísima confianza. Nos contábamos todo y nos ayudabamos siempre que lo necesitáramos.

Me fui a mi habitación cuando acabamos de hablar y decidí que ya era hora de irse a dormir.

Antes le di un repaso rápido a mi móvil y vi un mensaje de Pedri.

Buenas noches preciosa <3

No sé qué me había hecho este chico pero me tenía loquisima.

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Bueno, pues aquí tenéis un capítulo bastante esperado. Mañana no voy a subir. Estaré preparando capítulos para algún día haceros maratón. Espero que os esté gustando la historia, a mi me encanta ❤️

Lo que curó la enfermedad [Pedri González]Where stories live. Discover now