N° 10

4K 90 2
                                    

-Bueno, pues señorita Laia, ya puede irse a casa, está todo bien-me dijo una enfermera y yo se lo agradecí.

Me despedí de ella y me fui a mi habitación a por mis cosas ya que estaba en una sala para que me hiciesen unas pruebas.

Me quedé pensando sobre quién podría venir a por mi y me di cuenta de que o estaban trabajando o en clases. Así que me tocaba ir andando.

Me despedí de las enfermeras que había en recepción y puse rumbo a mi casa.

-¿A donde vas señorita?-me preguntó una voz a medio camino y me giré. Era Pedri y otro chico que iban en su coche.

-Pues a mi casa, lo único que no tengo a nadie que me lleve-le dije y me sonrió.

-Sube anda-me dijo y accedí.

Me monté en los asientos de atrás y vi por el espejo como Pedri me sonreía.

-¿Te importa que vayamos primero a entrenar y luego te lleve a casa?-me preguntó-. Es que vamos un poco tarde.

-Vamos primero al entreno, si en mi casa no hay nadie-le contesté y este asintió.

-Hola, soy Gavi, que no te había dicho nada-se presentó el amigo de Pedri. Parecía bastante majo.

-Yo soy Laia, encantada-le sonreí y él hizo lo mismo.

-¿Ya te han dado el alta?-me preguntó ahora Pedri.

-Si, me han hecho las últimas pruebas y me han dicho que me podía ir a casa-le respondí-. Pero como es entre semana pues no podían ir a buscarme.

-La próxima vez me llamas a mi-me dijo.

-Pues lo he pensado, pero he dicho que a lo mejor tenías entreno.

-Tú no te preocupes, que yo saco tiempo para ti de donde sea-me guiñó un ojo por el espejo y me sonrojé. Gavi no dejaba de reírse.

Llegamos a la ciudad deportiva y nos bajamos del coche. Pedri se acercó a mí y me pasó el brazo por mis hombros mientras me daba un beso en la cabeza.

-Me alegro que ya estés bien-me sonrió y le devolví la sonrisa.

-Venga vamos pesados-dijo Gavi que estaba harto de esperar.

Llegamos y los chicos se fueron a cambiar mientras que yo me subí a las gradas. Unos asientos más para alante estaba una chica morena. Cuando me vio se levantó y se sentó a mi lado.

-Hola, soy Sira-se presentó y me dio dos besos.

-Yo soy Laia, encantada-la sonreí.

-¿Con quien has venido? ¿Eres hermana de alguno?-me preguntó curiosa.

-No no, soy amiga de Pedri-la respondí con algo de vergüenza.

-Anda, tu eres la famosa Laia-me dijo y la miré sin entender nada-. Pedri habla mucho de ti-se río.

-Bueno, pues entonces ya me conoces-me reí yo también.

-Pero... ¿sólo sois amigos?-me preguntó y la verdad que no sabía que responderla.

-Si, supongo-levanté los hombros.

-¿Te mola?-me preguntó y me empecé a agobiar un poco de tantas preguntas. Sira se debió de dar cuenta-. Perdón si te estoy agobiando, pero es que Pedri es muy amigo mío y pues me importa.

-No te preocupes-me reí-. Y si, me mola-confesé.

-Pues no debería de decirte esto, pero tú a él también le molas-me dijo y me sonrojé un poco.

Estuvimos hablando un rato más y la verdad que Sira es una chica super agradable.

Se acabó el entreno así que nos bajamos las dos al aparcamiento a esperar a los chicos.

Llegaron Pedri, Gavi y otros dos chicos morenos. Uno de ellos le dio un beso a Sira y supuse que era su novio.

-Chicos, ella es Laia-Pedri me presentó y yo les sonreí.

-Encantada.

-Yo soy Eric-dijo uno de los morenos y se acercó a darme dos besos.

-Yo soy Ferrán, encantado-me dijo ahora el novio de Sira y también me dio dos besos.

-Bueno, creo que ya es hora de que nos vayamos-Pedri me miró y yo asentí.

Nos despedimos. Sira me dio su número para que pudiésemos seguir hablando y llegamos hasta el coche.

-¿Gavi no viene?-le pregunté ya que no había visto al sevillano venir con nosotros.

-No, se va con Ferrán-me respondió y yo asentí. Me monté en el asiento del copiloto.

Arrancó el coche y salimos de la ciudad deportiva. Había bastante gente esperando a que los jugadores del FC Barcelona salieran de entrenar.

Pedri no se paró en ningún momento pero si que había varias personas con móviles grabandonos. Preparada para volver a salir en las noticias.

-¿Quieres que te lleve a casa ya o vamos a dar una vuelta?-me preguntó mientras me miraba un poco de reojo sin apartar la vista de la carretera.

-Podemos ir a comer los dos si quieres. De todos modos iba a comer sola-le respondí y vi como se formó una sonrisa en su cara.

-Pues vamos a comer entonces-me dijo sonriente.

-¿Primero podemos pasar por mi casa? No quiero ir así-le dije señalando mi ropa. Llevaba un chándal bastante básico y quería arreglarme un poco.

-Yo también tengo que pasar a cambiarme y a ducharme, que estoy sudado-nos reímos.

Pedri me dejó en mi casa y mientras que yo me cambiaba él se duchaba y se vestía también.

Llegué y estaba mi madre. No me la esperaba la verdad.

-Mi niña, no sabía dónde estabas-me abrazó.

-Estaba viendo el entreno del barça, que como no había nadie en casa pues he ido-la respondí.

-¿Y has ido tu sola?-ya veía el interrogatorio de mi madre.

-Con un amigo-la respondí con algo de vergüenza-. Mamá, que me voy a ir a comer con él.

-Vale cariño, pero ten cuidado eh-me dijo y yo asentí.

Me subí a mi habitación a cambiarme de ropa. Me puse unos vaqueros básicos con un top blanco y las Air Force.

Llamaron al timbre y supuse que era él. Cogí mi bolso y mi móvil y bajé lo más rápido que pude antes de que llegase mi madre a abrir. Pero llegué tarde porque ya lo había hecho.

-----------------------------------------------------------
Aquí tenéis otro capítulo. ¿Os está gustando la historia? A mi la verdad que me está encantando escribirla

Lo que curó la enfermedad [Pedri González]Where stories live. Discover now