N° 21

2.7K 69 1
                                    

No podía dejar de llorar. No era el final, solo nos habíamos dado un tiempo, pero no podía estar sin él.

Hoy debería de haber ido a clase, cosa que no hice y seguro que mis padres me castigarian.

Ellos no sabían nada de que Pedri y yo lo habíamos dejado y por ahora no tenía pensado contárselo. Así que ahora a apañarmelas para poner alguna excusa creíble.

El primero en llegar fue mi hermano que dejó su mochila en la entrada y subió directo a mi habitación.

-¿Puedo pasar?-llamo a la puerta.

-Si-me levanté de la cama y le abrí la puerta.

-¿Que te pasa? No has ido a clase-nos sentamos los dos en mi cama.

-No me encontraba bien-fue lo primero que se me ocurrió.

-Tienes unas ojeras horribles Laia, ¿has estado llorando?-negué rápidamente con la cabeza pero no coló-. Cuentamelo.

-Que no me pasa nada Víctor, no te preocupes.

-Cuentamelo Laia, te quiero ayudar-intentaba convencerme-. No se lo digo a mamá y papá, te ayudo a poner alguna excusa.

-Vale-cogi aire antes de decirlo-. Lo he dejado con Pedri.

-¿Que dices?-se quedó flipando y una lágrima empezó a caer por mi mejilla.

-Si, en la fiesta de Valeria me besé con un chico porque iba borracha y pues nos hemos dado un tiempo, pero vamos, que yo creo que no va a querer volver conmigo-empece a llorar muchísimo y Víctor me abrazó.

-Ya verás como si que quiere volver contigo, está enamoradisimo de ti.

-Pero le he puesto los cuernos-sollocé.

-Deja de pensar en negativo, tu piensa que dentro de poco vais a volver a estar juntos y todo va a estar bien-me dio un beso en la cabeza y se fue.

Me quedé pensando. No podía quedarme con los brazos cruzados, tenía que hacer lo que fuese para que Pedri quisiese volver conmigo.

Cogí mi móvil y miré cuando tendrían el próximo partido. Vi que era dentro de dos días así que me pillé dos entradas, no quería ir sola.

Fui a la habitación de Víctor y se las enseñé. Obvio que me dijo que venía conmigo.

[...]

-Tia, vamos a ponerte preciosa-me dijo Valeria y me reí.

-Si no se va a fijar en mi-agache la cabeza.

Habían pasado dos días desde que Pedri me dijo que necesitaba tiempo. No me había escrito ni me había llamado ninguno de los días.

Yo cada día estaba peor. Me hacía muchísima falta, le necesitaba y cada día pensaba que no le iba a recuperar.

-Escuchame-Valeria se agachó delante de mi y apoyó sus brazos en mis piernas-. Deja de pensar en negativo Laia, verás como si que quiere volver contigo.

-No lo sé Valeria-una lágrima calló por mi mejilla y mi amiga me la quitó con su dedo pulgar.

Me dio un beso en la mejilla para animarme y abrimos el armario para ver que ropa me iba a poner.

-Tienes aquí su camiseta-me la sacó y me la enseñó.

-No me la voy a poner-dije segura.

-¿Por que?-levanté los hombros-. Haz lo que quieras.

-Me voy a poner esta-saque una blusa de flores y cogí unos pantalones vaqueros negros.

-Me gusta-me sonrió.

-Pues me voy a cambiar, que sino no llego.

Me metí en el baño y me cambié. De calzado me puse unas vans negras. Salí y Valeria me dio su aprobado. Cogí mi bolso y metí las cosas necesarias.

-¿Estas ya? Que no llegamos-mi hermano abrió la puerta de mi habitación.

-Si, ya estoy-le sonreí.

-Pues vamos.

Llevamos a Valeria a su casa ya que nos pillaba de paso y después nos fuimos al Camp Nou.

Entramos y la verdad que había pillado buenos asientos. Estaban alante y se veía bastante bien.

-Laia-una voz llamó mi atención.

Me giré y vi a Sira que venía hacia mi.

-Hola-me levanté para saludarla.

-¿Que tal?-nos dimos un abrazo-. Me voy a sentar aquí contigo.

-Vale-la sonreí.

Justo en ese momento salieron los chicos a calentar. Ferrán y Pedri iban juntos. Ferrán saludó a Sira y le dijo algo en el oído a Pedri que hizo que se girara a mirarnos. Agaché la cabeza, no quería que viese que estaba mal.

-¿Que te pasa?-la que si se dio cuenta fue Sira.

-Pedri y yo lo dejamos-sonrei falsamente.

-Ay, ¿que dices? ¿Pero por qué? Si hacíais una parejaza-me abrazó.

-En una fiesta bebí demasiado y me acabé liando con un chaval-una lágrima cayó por mi mejilla.

-No llores. Tranquila que todo se soluciona-me quitó la lágrima y me dio un beso en la mejilla.

Empezó el partido. Pedri no era titular así que en el primer tiempo la verdad que no le hice mucho caso.

Llegó la segunda parte y cambiaron a Gavi por Pedri. Le noté que no rendía. Para ser lo que es él y jugar siempre super bien hoy no era su mejor día.

Acabó el partido con un 0-0. Para ser un empate tenían todos una cara de decepción enorme.

Sira y yo nos salimos al aparcamiento a esperar a Ferrán mientras que mi hermano iba al baño.

-Hola-me saludó Ferrán con dos besos.

-Hola-le sonreí.

-Me ha dicho Pedri que lo habéis dejado. Lo siento mucho-no le contesté nada, solo le sonreí.

Miré hacia la puerta y vi como salían Pedri y mi hermano juntos hablando. Víctor, ¿que estás tramando?

Se acercaron los dos a donde estábamos nosotros. Pedri saludó a Sira y nos quedamos mirando los dos. Le di dos besos por no ser descarada, pero ninguno de los dos sabía que hacer.

-Le llevamos a casa-me comentó mi hermano y yo asentí.

Nos despedimos de Sira y de Ferrán y montamos en el coche.

Me monté atrás y dejé a Pedri de copiloto. El camino fue en silencio, ninguno tenía tema de conversación, ni Víctor.

Lo que curó la enfermedad [Pedri González]Where stories live. Discover now