Mientras yo viva

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___________ comenzó a mirar por la ventana, principalmente al cielo, ya era de noche y se le notaba que le gustaba mirar las estrellas.

- Qué bonitas son las estrellas. - Comentó ella sonriendo fascinada al verlas.

- ¿Te gustan mucho?. - Pregunté.

- Claro. - Me miró. - Es increíble saber que el universo es infinito, no hay un final y por supuesto nunca lo habrá. Somos tan pequeños y tan indiferentes en comparación con todo lo que nos rodea. Solo piénsalo. - Se sentó mirando hacia mí. - Más de millones, billones, trillones de estrellas y planetas flotando sobre el espacio. Me encanta el universo, qué pena que no podamos saber tanto sobre él. ¿A tí no te gusta?.

Sonreí al escucharla hablar. - Me encanta.

- ¿El universo?. - Sonrió.

- Tú. - Respondí.

Se puso colorada y sonrió mirando hacia abajo.

Solté una risa y pasé mi brazo por su hombro atrayéndola hacia mí.

Nos quedamos así hasta que llegamos al lugar.

- Hemos llegado. - Anunció el conductor.

- Muchas gracias. - Respondimos mientras bajamos.

Sujeté a ___________ por la cintura mientras caminamos hasta la puerta del restaurante. Entramos y subimos hasta el piso más alto.

- Parecemos la dama y el vagabundo. - Comenté.

Ella se rió.

Salimos del ascensor y caminamos hacia el metre. Era el mismo chico del otro día.

- Buenas noches, ¿tienen reserva?. - Preguntó él.

____________ me miró para que respondiera.

- Sí, a nombre de Tom Kaulitz. - Respondí.

- Sí perfecto, acompáñenme por favor. - Comentó el chico mientras se iba. Le seguimos y nos llevó a una mesa para dos personas por el centro del restaurante. - Es esta.

Le agradecimos y nos sentamos.

- Qué bonito es este lugar de noche. - Anunció ___________.

- Sí, cuando son las cenas bajan la luz.

- Así es más acogedor.

Asentí sonriendo.

Agarramos la carta mientras veíamos lo que había para cenar.

- ¿Estás nerviosa por los conciertos?. - Pregunté.

- Mmm bueno, un poco. No me gustaría cagarla. - Respondió.

- No la vas a cagar, tienes mucho talento. - Contesté negando lo que había dicho.

- No sé... estoy acostumbrada a dar mini conciertos, nunca son más de treinta personas y de repente dar el cambio a miles pues... impone un poco la verdad. - Se rió.

- Al principio es normal, pero luego te acostumbrarás.

- Seguro. - Anunció sonriendo.

Se acercó el camarero a tomarnos nota de la comida, le dijimos lo que queríamos, nos retiró las cartas y se fue.

- Bueno cuéntame, ¿hemos venido aquí por...?. - Comentó ella queriendo que yo le responda.

- Bueno, estos días no han sido los mejores para tí y me gustaría que te olvides un poco de todo. - Respondí.

- Pues qué pena, pensaba que era porque querías estar a solas conmigo. - Anunció sarcásticamente sonriendo.

Yes, I wantWhere stories live. Discover now