¿Puedo seguir leyendo?

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Estuvimos esperando un rato a que la chica saliese del baño y cuando lo hizo, nos sentamos todos en una posición demasiado formal para ser nosotros.

La chica nos miró a los cuatro con una cara extrañada. - ¿Estáis bien?.

Todos asentimos y sonreímos.

Ella asintió un par de veces no muy segura de nuestra respuesta y se sentó en su sitio.

Me giré a ver a mi hermano y a los chicos con los ojos abiertos como platos mientras sonreía.

- Vamos. - Susurró Gustav.

Bill asintió, cogió aire y comenzó a hablar. - Oye Georg, ¿sabes que el otro día Adolfo se le declaró a la chica que le gustaba?.

- ¿Adolfo?. - Preguntó el chico extrañado.
Todos le miramos con los ojos muy abiertos. - Ahh sí sí Adolfo, no me digas, ¿y cómo se ha declarado?.

- Pues su novia quería que se le declarase en un campo con muchas flores y la llevó con el coche y lo hizo. - Respondió mi hermano.

- Ohh qué bonito, ¿a tí cómo te gustaría que se te declarasen?. - Preguntó Georg.

- Pues si se me declaran tendría que ser en un picnic en un campo con muchas flores y por la noche, viendo las estrellas y con música de fondo, ¿y a tí?.

- A mí en una cena romántica estando ella y yo solos como en una habitación de hotel o algo así. - Contestó él chico. - ¿A tí Gustav?.

- Pues creo que... con un poema que hable del amor mientras damos un paseo por el parque. - Anunció sonriendo. - ¿Y tú Tom?.

- Pues yo antes o después de echar un buen polvo, no me importa el orden. - Comenté sonriendo.

- Que animal eres de verdad. - Respondió mi hermano.

Todos nos quedamos en silencio y miramos a la chica.

- ¿Y tú _________________?. - Preguntó Gustav.

La chica no respondió.

- ¡_________________!. - Gritó mi hermano.

La chica se asustó y dió un bote. - Qué pasa que estoy leyendo no lo veis. - Respondió ella agitando el libro.

- Oh em... que cómo te gustaría que se te declarasen. - Anunció Bill.

- Lo estamos diciendo todos. - Aclaró Gustav.

- Mmm pues no sé la verdad, algo... a lo grande, supongo, ¿sabéis cómo os digo?. - Comentó la chica.

- Sí. - Respondieron los chicos.

- No. - Añadí yo. - ¿Como a qué te refieres?. - La miré sonriendo. Parecía un psicópata, pero necesitaba más información.

- Amm, no sé, algo como... con mucha gente o muchos detalles, ¿sabes?. - Informó la chica.

Me intenté hacer una idea pero no seguí preguntando para no levantar sospechas. - Ohh sí, eso mola. - Respondí yo.

- Pues bueno eso. ¿Puedo seguir leyendo?. - Comentó la chica.

- Sí sí. - Anunciamos todos satisfechos con la respuesta.

La chica sonrió y comenzó a leer aquel libro de nuevo.

Nosotros nos giramos a vernos victoriosos y nos sentamos en el asiento más cómodos y relajados al tener lo que queríamos.

Yes, I wantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora