Capítulo 17: "Celdas"

15 1 0
                                    

Philip se frotó los ojos, y observó con mucha atención el panorama que se le presentaba delante de él, con pistola en mano se adentró un poco más, había una celda, y dentro de ella una figura que a simple vista parecía ser humana, y al lado de ella habían montones y montones de latas...

Philip tragó saliva y puso su mano en uno de los barrotes de la celda, la figura continuó inmóvil, él se acercó un poco, y con cierto miedo abrió la puerta de la celda, esperó unos segundos para esperar algún tipo de reacción por parte de aquella figura, cogió valor, el suficiente como para ponerle una mano en el hombro a aquella figura, esta se giró, y con los ojos en blanco murmuró:

    -Por favor, no me hagas daño...

    -Tranquila, no soy un soldado, tienes los ojos fatal ¿Estás bien?

    -Soy... Soy ciega, tu voz delata que eres buena persona, pero me das algo de miedo...

    -¿Ciega? ¿Cómo has sobrevivido tanto tiempo? 

    -Si, por desgracia nací así... Mi padre vino a este puesto militar, un día se escapó con muchos de sus hombres, prometió venir a buscarme, pero nunca volvió...

    -Bueno... Ya pasó lo malo, ahora hay que salir de aquí

    -Espera, quiero tres cosas antes de salir de aquí: Quiero a Spark, a Daniela y saber que clase de comida había en las latas...

    -¿Quienes son Spark y Daniela? Y lo que había en las latas era... 

Philip miró a su alrededor, cogió una lata y miró la etiqueta, en ella ponía "Comida para perros"

    -Lo que había en lata eran... Albóndigas, si, eso es albóndigas

    -Pues las odio, no me gustan para nada, saben fatal...

    -A mí tampoco me gustan -Dijo Philip tratando de cambiar de tema-

    -Spark es mi perro, y Daniela... Daniela es mi amiga, es algo... Especial, ayúdame a encontrarla, te lo suplico

Philip no podía negarse a aquella petición:

    -Está bien, sígueme, pero ten cuidado

    -No te preocupes, estaré bien -Dijo con voz firme- Me... Me llamo Paula -Dijo titubeando un poco-

    -Perfecto, yo me llamo Philip, avancemos

Continuó caminando, estaba algo tenso, no apartaba la mirada de aquella chica, la cual, a pesar de ser ciega se desenvolvía bien, ponía las manos en la pared para orientarse.

Al poco de caminar llegaron a otra celda, antes de llegar un perro comenzó a ladrar "¡Es Spark! Ve a por él" Philip corrió sin descanso hasta llegar a la celda del perro, abrió, y este se abalanzó sobre su dueña, la cual se alegró mucho de tenerlo de vuelta.

Philip miró a la celda de al lado, había una chica tirada en el suelo, abrió la puerta, Luna algo asustada dijo:

    -Por favor, parad ya, no quiero que metáis vuestras cosas de nuevo, por favor...

    -¿Daniela? Escúchame, ya está, se acabó, no se que te han hecho esos hombres, pero estás a salvo, no te volverán a tocar...

    -No... ¿No hay peligro?

    -Vamos, levanta, nos vamos de aquí 

    -No puedo...

    -Hay un esfuerzo, hay que salir de aquí, tengo gente fuera esperando, vamos

    -No puedo andar, necesito... Necesito mi silla de ruedas, está ahí

"¡¿Qué?! Su silla de ruedas estaba ahí, y no la he visto... Un momento... A eso se refería con amiga especial, no puede andar, y ella es ciega, han tenido suerte de acabar aquí... Aunque... En cierto modo no, no se que es peor, ser violada como Luna, o morir como un soldado..."

Philip la ayudó a subirla a su silla, se quedó mirándola:

    -Vale, ya estoy, vayámonos -Dijo Daniela algo incómoda- 

Los tres salieron del edificio, bueno, los cuatro, aunque Spark iba delante vigilando, aunque de vez en cuando se abalanzaba sobre la cara de Paula e intentaba lamerle la boca:

    -¿Alguna idea de por qué Spark está tan cariñoso?

    -Tal vez porque hueles a comida de... -Dijo Daniela-

    -A comida, a carne, ya sabes, albóndigas -Dijo Philip cortando rápidamente la frase-

    -Es posible -Dijo Paula quitándose algunas babas de la boca-

    -El lugar al que vamos tiene agua y camas, podréis dormir tranquilas, hay muros, no muy altos, pero lo suficiente como para protegernos

    -¿De verdad? -Preguntó Daniela con un tono de alegría y con los ojos brillantes-

    -Claro, podéis quedaros allí, seréis bien recibidas

    -Paula, ¿Se lo decimos?

    -Es lo mínimo que podemos hacer, Daniela, nos ha salvado, enséñale el arsenal

Philip no comprendió palabra alguna, pero al final cuando escuchó "arsenal" supo que no se trataría de dos simples pistolas, sabía que habría algo grande, y munición, puesto que les hacía falta, tenían que limpiar algunas calles que empezaban a llenarse de mordedores.

Daniela continuó hacia una dirección, la cual Philip desconocía por completo, había un edificio bastante pequeño, lo suficiente como para pasar desapercibido,Philip no se fiaba del todo pero cuando Daniela abrió la puerta Philip vio un arsenal enorme, rifles de asalto, sub-fusiles, escopetas, granadas, munición... Había de todo, Philip comenzó a pegar saltos de alegría, llamó corriendo a sus compañeros para que vinieran a guardarlo todo en los camiones, todos fueron a comprobar el material, lo guardaron con rapidez en el camión:

    -Os habéis ganado un hueco en el refugio, las dos, de verdad, a las familias que tenemos allí les hacían falta estas cosas, no solo las armas, la comida, las medicinas, de verdad, gracias

    -Entonces... ¿Podemos ir? -Preguntaron ambas-

    -Claro, os prometo que no os pasará nada, me encargaré personalmente de que nadie os haga daño...

Los mordedoresWhere stories live. Discover now