Capítulo 24: "La casa"

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Tras coger la mochila y cargársela en el hombro se dirigió algo menos enfadado hacia la ricachona, cuando este la vio le dijo:

    -No vuelvas a hacer eso

    -A mí nadie me da órdenes, y menos un pobre, ahora coge mi mochila

    -Ni en broma, la mochila la coges tú, yo no soy el esclavo de nadie

    -¿Seguro? Pues de aquí no salimos hasta que la lleves, yo me voy, cuando quieras la coges

La chica avanzó unos cuantos metros y se adelantó para que ver si Philip cedía, este se limitó a dejar esa mochila en el suelo y seguirle el ritmo:

    -En algún momento tendrás hambre o sed, y te hará falta esa mochila, tú misma, yo voy preparado

    -Que conste que lo hago porque quiero, y porque tal vez tengas razón, pero vamos, que los ricos siempre tenemos la razón y punto

    -Si... Si... Lo que tú digas -Dijo Philip soltando una pequeña carcajada-

    -No te rías de mí, a partir de ahora te quiero a una distancia de 5 pasos, por listo

    -Vale, lo que tú digas ¿Cómo te llamas?

    -Los pobres como tú no tienen derecho a saber mi nombre -Dijo con los brazos cruzados y frunciendo el ceño-

    -Oye, Zoe, vale que tengas dinero, pero mueve el culo -Dijo un hombre interrumpiendo la conversación mientras la agarraba fuertemente del brazo-

    -Me haces daño idiota, quita tus sucias manos de encima 

Philip vio que realmente aquel hombre estaba agarrándola muy fuerte, cuando este se acercó y le agarró del brazo, pero el hombre soltó a Zoe, y rápidamente le pegó un puñetazo en la nariz a Philip, este cayó al suelo y se puso las manos para intentar parar la hemorragia:

    -Necesitas aprender como funcionan las cosas aquí chico -Dijo aquel hombre tendiéndole la mano-

    -Que te den, no necesito tu ayuda -Respondió Philip rechazando la oferta-

El hombre se alejó volviendo con el resto del grupo:

    -Si no necesitas mi ayuda tampoco tendrás la de ellos, Zoe ¿Te vienes o te quedas con él?

    -Lo siento Philip, tengo que ir con ellos... -Dijo mientras le entregaba un pañuelo de seda- Es muy caro, te lo doy porque... Porque no lo uso y tu tienes sangre y esas cosas -Al ver que Philip esbozó una pequeña sonrisa ella tartamudeó un poco- Cállate hazme el favor...

    -¿Y los cinco pasos? -Preguntó Philip algo desconcertado

    -No creas que estoy siendo amable contigo, no te hagas esas ilusiones, pobre...

Philip terminó de limpiarse la sangre, el grupo ya estaba muy lejos, de modo que decidió seguir el camino, tenía que conseguir cosas, necesitaba ese coche, y solo lo podía tener llevándole buenas cosas a Carver.

Caminó un buen rato, y al fondo del camino vio una casa, tal vez su grupo ya había pasado por allí, pero por mirar no perdía nada, de modo que aceleró el paso, en cuestión de un par de minutos llegó hasta la puerta, antes de llegar pasó por un pequeño puente, estaba algo cansado y en su botella apenas quedaba agua, de modo que decidió rellenar la botella con el agua del río.

Tras unos segundos de descanso decidió entrar en la casa a echar un vistazo, para asegurarse de que no había mordedores pegó unos golpes en la puerta, tras esperar nos segundos se metió, revisó planta por planta, todo en ruinas, las paredes parecían de papel, aquel sitio no aguantaría mucho en pié, pero tal vez por ese motivo nadie entraría, de modo que existía la posibilidad de que en algún lugar quedasen provisiones.

Aquella esperanza se apagaba, cada cajón vacío, cada armario saqueado... Pero a la vez alentaba la búsqueda, cada sitio vacío indicaba que había un sitio con algo escondido, tras pensar unos segundos vio un trofeo, el paso del tiempo parecía no haber causado daños en el, con cierta curiosidad Philip lo levantó, pero no pasó nada, muy frustrado tiró aquel trofeo contra el suelo, sus ojos se iluminaron al ver unas llaves.

El ruido de la recarga de un arma a sus espaldas le sobresaltó, una voz detrás de él le dijo:

    -Hombre, pensaba que después del puñetazo te irías a casa a llorar, date la vuelta, pero despacito

Cuando Philip se dio la vuelta vio al hombre que le había golpeado anteriormente, y de nuevo este le tendió la mano:

    -No pasa nada chicos, es Philip 

    -Que conste que hoy cogeré tu mano, pero puede que mañana te haga falta

    -Para tener gafas eres muy chulo eh, ahora dame esa llave, seguro que es del sótano, estábamos buscándola, ya verás que alegría se va a llevar Carver cuando vea todo lo que le llevo.

Aquel hombre le quitó la llave de la mano a Philip y abrió la pesada puerta de metal que daba lugar a un escondite en el sótano.

Tras un esfuerzo físico importante aquel hombre consiguió abrir la puerta, y cuando lo hizo retrocedió inmediatamente...

Los mordedoresWhere stories live. Discover now