Capítulo 20: Furia.

120K 12.2K 10.5K
                                    

Dwayne tenía una hoja en su mesa de todos los nombres y apellidos de sus nuevos alumnos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dwayne tenía una hoja en su mesa de todos los nombres y apellidos de sus nuevos alumnos. Fue pasando lista para saber a quiénes correspondía dichos nombres. Para la edad que tenía el hombre estaba de muy buen ver, su personalidad risueña y jovial era totalmente opuesta a la de Bellamy. De vez en cuando soltaba algún chiste para romper el hielo, ya que el ambiente estaba cargado de seriedad.

Victoria odiaba los chistes. No había cosa mas horrorosa e incómoda que le contasen un chiste absurdo. Fue la única que no se rió y eso lo percibió Dwayne. Hizo contacto visual con ella observando sus ojos esmeralda. Los ojos de él eran similares a los de su hermano: azul zafiro.
El hombre se colocó su dedo en su mentón y sonrió a la muchacha, que poseía esa seriedad en su rostro.

—Veo que no te hace mucha gracia. ¿Añoras al profesor Bellamy?—indagó al ver que lucía taciturna. De inmediato, las miradas rodearon a la joven.

—Sí, va a ser eso —respondió apretando sus dientes. Recordar que intentó violarla, sus deseos de arremeter contra él se deslizaban por su mente. Hubiera deseado que estuviera vivo solo para matarlo con sus propias manos.

Desvío la mirada de ella y se centró en dar la clase.

Cuando finalizó la hora, Dwayne había puesto un par de libros en una caja de cartón. Eran libros que había dejado Bellamy y que por ahora no necesitaba. Como desconocía el internado, detuvo a Victoria haciéndole llamar hasta su mesa. La joven se acercó a regañadientes.

—¿Podrías recordarme cuál era tu nombre?

—Victoria Massey —respondió.

—Genial. Massey, ¿podrías llevar estos libros a la biblioteca por mí, por favor? Tengo cosas pendientes que atender y no tengo tiempo—sonrió con dulzura.

«¿En serio? ¿Qué demonios es esa sonrisa en su cara? Cualquiera diría que está feliz de ser profesor en esta cárcel.», pensó la chica para sí.

—Claro, no tengo problema —dijo agarrando la caja que le tendía el hombre.

━━━━━━ஜ۩۞۩ஜ━━━━━━━

Deambuló por los pasillos con la caja encima hasta llegar a la biblioteca. El internado era bastante grande, daba gracias al letrero que llevaba cada puerta y anunciara que era cada aula. El bullicio de los alumnos hablando por los corredores se fue disipando conforme se adentraba en otro corredor. En el tiempo que llevaba allí aún no había estado en la biblioteca. Cuando finalmente encontró la susodicha puerta, giró el pomo y entró.

Gran cantidad de enormes estanterías decoraban la sala. Los estantes eran muy altos, y éstos llevaban una escalera con la cual poder moverte y llegar hasta las repisas más altas para obtener un libro. La luz de los ventanales alumbraba la sala luciendo cálida y acogedora, a diferencia de otras habitaciones. El color pardo se pronunciaba en cada esquina que rodeaba, buscando la sección del género de los libros que indicaba en la caja.
Para su fastidio debía subirse en una de las escaleras si quería dejarlo en su correspondiente sección. Bufó con hastío y sacó los libros de la caja.

El infierno de Victoria Massey © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora