"Un comentario para Ifigenia"

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"Pérdida"

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"Pérdida"

Su gemido se extendió por cada palmo

De la tierra tras ver los ojos color abismo

Del ser hermoso cubierto de pecado

Que rozó un diminuto monte coronado

Por su espalda cayendo una cascada de oro

Con aroma embriagante y discoloro

Resbalando hacia sus sentidos adormilados

Provocando los instintos salvajes y extasiados

La doncellez desolada en una noche pálida

La bestialidad saciada sin una virilidad barbada,

Desató un ficticio himeneo desinteresado

Ilusión inocente, ahora corrompida

Creyó en la promesa casi agrietada

De un liróforo traidor poco enamorado

Madeleine terminó de publicar un poema en su bonito blog después de casi dos meses desde la última vez que lo utilizó, tras decidir que volvería a Nayerú a rescatar el corazón de un hombre que nunca sería suyo

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Madeleine terminó de publicar un poema en su bonito blog después de casi dos meses desde la última vez que lo utilizó, tras decidir que volvería a Nayerú a rescatar el corazón de un hombre que nunca sería suyo. Poco emocionada y con la intención de distraerse del sentimiento ácido que se apoderaba de su alma gracias a la visita de Eric; ella comenzó a revisar cada una de sus antiguas publicaciones. Tal y como había pensado, no tenían actividad reciente. Solo comentarios, muy antiguos, de sus lectoras que le pedían volver a publicar.

La joven leyó aquellas palabras con cierta desazón, añorando a esas personas que valoraban sus sentimientos a través de una pantalla. No lo pudo evitar, sus ojos se cristalizaron al contemplar las súplicas que se escribieron semanas después de que decidiera retirarse del mundo de la poesía, que curiosamente, fue el mismo día en el que Edvino contrajo matrimonio. Sus lectoras le pidieron un regreso que ella negó con la indiferencia. Y al ver que no retornaría, las jóvenes abandonaron el barco. Madeleine no las culpaba. Que fuese abandonada era su karma por irse sin dar explicaciones.

En aquel tiempo, la diminuta mujer odió la poesía, porque eso los unió y también la consideraba la mayor felicidad, porque eso hizo que permaneciera a su lado por una prolongada extensión de años.

Proponiéndose alejarse del dolor de rememorar esas épocas, ella se dispuso a cerrar todas sus redes sociales, el día le resultó demasiado agotador y más por la visita inesperada de sus amigos, y para su mala suerte, también la de Eric; así que lo único que ansiaba era descansar. Estaba a un segundo de apagar todo, cuando la sorpresiva notificación en su Gmail de una nueva actividad en su blog, le hizo fruncir el entrecejo.

Por un instante creyó que sería una vieja amiga; sin embargo, desechó esa opción al instante, eran las tres de la mañana, nadie en su sano juicio visitaba un blog casi abandonado a esa hora. Quiso ignorar aquella interacción, aunque la serpenteante curiosidad provocó que le diera click al mensaje de su bandeja de entrada, que de inmediato la direccionó a su blog. Temerosa, la joven bajó lentamente el cursor hasta llegar al comentario sobre su más reciente poesía: "Pérdida".

"Hermoso y excelso como siempre, me encanta el hecho de que volvieras a escribir cosas que hablen de traición y engaño, porque tu anterior poesía, solo me hablaba de romanticismos baratos que no van con tu estilo. Además, te confieso que me identifico demasiado con ese bastardo, con liróforo traidor poco enamorado, soy idéntico a él, solo me gusta jugar con mujeres ingenuas y virginales. Te sorprenderá, pero es la primera vez que te escribo un comentario, aunque he seguido tu trabajo desde que empezaste, Ifigenia. Aunque, en lo personal, prefiero llamarte Donna Angelicata". 

Poesía VillanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora