H E I R |S.M.| #2

XXXI

XXXI. Anillo.

La infidelidad es un término bastante conocido por el ser humano.

La infidelidad es la acción de romper la promesa de estar únicamente con cierta persona.

La mayoría de las personas infieles -sin generalizar- buscan algo que su pareja actual no les da, y si bien no es el caso, simplemente no están satisfechos con lo que tienen, ya sea refiriéndose a la intimidad sexual, sentimientos, comprensión, mismas creencias, etc.

Para mi, la infidelidad es una muestra de debilidad, una muestra de lo incompleto que estas y lo mucho que anhelas que alguien llene el vacío que tienes.

Patético.

Diría que el amor dirigido a otra persona, o un sentimiento fuerte es lo que te hace mantenerte fiel, pero una vez más, yo no creo que ese sea el caso. El amor, cariño, el querer, no te hace fiel. En mi opinión, el ser suficiente con uno mismo es lo que te hace fiel, porque no necesitas ir de persona en persona buscando que te hagan sentir completo.

Para serle fiel a otra persona, primero tienes que serte fiel a ti mismo. Estar completo. Ser suficiente. Porque así, cuando estés con alguien, no será para que te llene, será para que te acompañe.

Y y eso era lo que yo quería con Thea, que fuéramos completos juntos, que nos acompañáramos, porque sólo así una relación funcionaría bien. Claramente estoy refiriéndome a la fidelidad, porque hay otros factores que pueden arruinar una relación.

Yo era uno de esos factores.

Thea y yo podríamos estar de maravilla, pero yo siempre encontraría una manera de arruinarlo.

Me fui del castillo hiriéndola, diciéndole que le sería infiel, cuando nunca podría serlo, yo no era débil, ni necesitaba buscar algo que no me faltaba.

Y aún si yo no me sintiera suficiente, ¿como podría serle infiel a ella? Si teníamos sexo todo el tiempo y este era demasiado bueno. Miraba a otras mujeres y no sentía absolutamente nada, pero con Thea, maldición, yo a ella quería bajarle las bragas apenas y la miraba. Y ni hablar de los sentimientos, si estaba abrumado por lo que comenzaba a sentir con ella, ¿como iba a ir a buscar más? Y sin incluir lo más importante; ella estaba esperando un hijo mío.

Estaba jodido, bastante a decir verdad.

Había pasado la noche en mi lugar, afortunadamente tenía bastantes cambios de ropa, por lo que al amanecer me doy un rápido baño y me coloco un traje color gris antes de salir y hacer lo que tenía planeado.

Porque si, me pasé toda la noche torturándome, pensando en una manera de pedirle perdón a mi castaña.

Fui de florería a florería, pidiendo personalmente todas las peonies que tuvieran, pude fácilmente pedir a mis empleados que se encargaran de hacerlo, ¿pero que había de romántico y arrepentimiento en eso?

Me tomó casi medio día hacerlo, al llegar al castillo podías ver diversos camiones de diversas compañías entrar y salir del castillo dejando su contenido en el jardín trasero.

—¿Y Thea? —Le pregunto a Enzo en cuanto entro al salón principal.

—No ha salido de su cuarto, su majestad, no desde la hora del desayuno. —Responde y yo asiento.

—Ve y asegúrate que todo marche bien en el jardín, en un momento yo mismo iré. —Le digo y él se marcha luego de hacer una reverencia.

Lo único que quiero es ir a buscar a mi castaña, suplicarle por su perdón, pero en lugar de ir a nuestra alcoba me encuentro yendo a otra recámara.

La última vez que entré ahí tenía seis años, y luego de que todo pasara ese cuarto se había mandado a cerrar bajo llave, y la única persona que la tenía era el rey, pero ahora yo lo era.

Saco la llave de mi bolsillo, la introduzco en la cerradura, al abrirse la puerta, esta hace un chirrido, con un extraño sentimiento me meto en la oscura habitación cerrando la puerta detrás de mi.

Enciendo la luz y todo el cuarto se ilumina, los muebles lucen viejos y llenos de polvo, y con buena razón, nadie ha entrado en esta habitación por más de diez años.

Nostalgia.

Miles de recuerdos me invaden, casi puedo ver a la antigua reina acostada en el lado derecho de la cama, conmigo acostado en el medio de mi padre y ella. Me parece escuchar su voz cantándome para quedarme dormido, era un niño de cuatro años demasiado inquieto que algunas noches se negaba a dormir en su propia habitación.

La cama esta polvorienta, el cabecero tiene bastantes telarañas, me acerco al lado donde solía dormir mi madre, me siento un momento, su cepillo aún se encuentra sobre la mesita de noche, no me resisto y lo tomo, mis manos se ensucian y veo que en la superficie se marca la silueta del cepillo no alcanzada por el polvo, miro con detenimiento el objeto en mis manos, incluso un par de sus largos cabellos negros se mantienen ahí.

Regreso el cepillo a su lugar y me alejo, me acerco a su tocador, sus perfumes y cremas también siguen intactos, tomo su fragancia favorita, aquella de un frasco azul que siempre usaba, quito la tapa e inhalo su olor.

Mis ojos se llenan de lágrimas y no me importa derramarlas, era como si me estuviera abrazando, sólo que en lugar de sentir su calidez sentía el frío de la habitación.

Mi madre me hizo tanta falta, y me detesto por sentirme así.

¿Por qué extrañar tanto a una persona a la que no le importé lo suficiente como para luchar por mi?

Estrello el frasco en el piso y limpio mis mejillas, ella no merecía mis lágrimas, no merecía siquiera que la recordara.

Recupero la compostura, yo había entrado aquí con un propósito, y ponerme sentimental por la antigua reina no lo era.

Abro uno de los cajones del tocador y saco la caja de joyas, remuevo el broche dorado y lo abro, hay un sin fin de accesorios, pero ninguno me interesa, revuelvo hasta que encuentro lo que estaba buscando.

Lo tomo entre mis dedos, es bastante sencillo, con un pequeño diamante, pero ha estado en la familia real por generaciones, sólo portado por reinas.

Guardo el anillo de compromiso en el bolsillo de mi saco, doy una última mirada a la habitación y me marcho del lugar.

Mandaría a destruir todo más tarde.

Hola, hola. Perdón por demorarme un poco, pero es que se me olvidó publicarlo haha. Pregunta; ¿qué historia les gustaría leer primero, "CHAOS" o "TOXIC"? ⚡️