H E I R |S.M.| #2

XXXVII

XXXVII. Brasil.

Sky se iría exactamente en un mes, el 6 de junio para ser más precisos.

En si, solo había venido a avisarme, prometiendo que vendría a despedirse un día antes de irse. Le pregunté sobre su relación con Niall, a lo que ella me respondió que terminaría con él la próxima semana que sería cuando él vendría a Dinamarca.

"Él y yo no estuvimos destinados a un para siempre"

Fue lo que dijo, ¿por qué no podía irse simplemente con Niall? Estaba segura que él la protegería, ¿verdad? Pero claramente no podía opinar cuando aún no tenía idea que era lo que había pasado exactamente entre ella y Cameron, si Sky se sentía segura yéndose a otro continente, no me quedaba más que apoyarla, aún si no me gustaba en lo absoluto la idea.

Suspiro viendo a mi amiga marcharse del castillo, me dolía saber que ya no la vería con frecuencia, y quizá suene egoísta, pero también me dolía el hecho de que no estaría para mi boda, que no sería mi dama de honor, que no vería a mi bebé. Pero su bienestar era más importante.

Regreso a la alcoba, en cuanto cierro la puerta detrás de mi veo como Shawn sale del cuarto del baño, su cabello luce negro debido a que está mojado, su torso está lleno de pequeñas gotas de agua de las cuales unas cuantas bajan por su piel hasta llegar al borde de la toalla blanca que rodeaba su cadera.

Lo miré como lo haría una persona en un museo apreciando arte.

Shawn sonrío de costado, haciéndolo con malicia antes de soltar el agarre que mantenía la toalla en su lugar. Cerré los ojos y lo escuché reír. —Tengo bóxer. —Dijo en cuanto su risa cesó y solo entonces volví a abrir los ojos comprobando que así fuera, pero mintió.

—¡Shawn! —Me quejé esta vez girándome dándole la espalda, su risa volvió a resonar en la habitación.

—¿Por qué actúas así? No es como que nunca me has visto desnudo antes. —Lo escucho decir pero yo niego.

—No es lo mismo, solo... solo vístete por favor. —Pido y lo escucho bufar.

Un par de instantes pasan antes de que Shawn me avise que ya está vestido, me volteo y para mi sorpresa no está usando uno de sus trajes, está vistiendo pantalones negros deportivos junto a una playera del mismo color la cual abraza sus músculos haciéndolos resaltar.

Y pensar que todo eso sería próximamente mi esposo.

Casi me arrepentí de haberle pedido que se vistiera.

—¿Y bien? —Dice parándose frente a mi, se cruza de brazos haciendo que resalten aún más lo bien trabajados que están. —¿Valió la pena dejarme con las ganas para ir con tu amiga? —Pregunta y yo lo miro mal.

—No seas así, Sky se va a ir del país. —Respondo y el enarca su ceja izquierda.

—No me digas que el rubio al fin la convenció de irse con él. —Comenta pero niego.

—No, se va a vivir a Australia. —Le digo sintiéndome con los ánimos decaídos.

—Lo siento cor meum, sé que ella es importante para ti. —Shawn me abraza buscando hacerme sentir mejor, a este punto no me sentía tan triste, me sentía molesta, odiaba a Cameron, él era quien merecía sufrir y huir de su país, no mi dulce Sky.

Inhalo su aroma e introduzco al mismo tiempo mis manos dentro de su camisa para acariciar con cariño la piel de su espalda. —Tienes las manos frías. —Dice aún sin dejar de abrazarme, suelto una risita tonta.