EPÍLOGO

41.6K 4.1K 2.6K
                                    






"El reino cayó en tus manos, ay de ti, oh rey, que permitas que se escurra como agua  entre tus dedos."

-HEIR.




Enero 30.




El rey de Dinamarca, Shawn Mendes, contrajo matrimonio con Thea Hallett en la fecha acordada.

Fue la primera vez que la castaña se vio feliz luego del accidente donde perdió a dos partes de su vida. Thea estuvo destrozada, sufriendo por ambos, llorando por las noches siendo consolada por su ahora esposo.

El rey era un hipócrita.

Si, sentía el dolor de su castaña y odió verla en ese estado, pero más odió saber que su padre había tenido una bastarda, que había engañado a su madre bajo el mismo techo en el que vivían, odió saber que se había revolcado con aquella mujer.

Odió con todo su ser a Sky Doncaster por ser el producto de aquel engaño.

Porque no, esa rubia no era su hermana, su única hermana había sido Aaliyah, la misma que había sepultado 16 años atrás, Sky era una bastarda, y él no iba a tolerar la existencia de uno.

Había matado a su propio padre, ¿acaso creían que no mataría a esa bastarda? Lo habría hecho con sus propias manos, pero eso implicaría perder a Thea, y no podía permitírselo, aún tenía que darle a su primogénito... su heredero.

A Shawn no le importó perder al hijo que Thea esperaba, porque si de bastardos hablábamos, ese niño que traía  en el vientre también lo era, y si bien el rey no era religioso, concebir un hijo fuera del matrimonio significaba que sería un bastardo. Y un bastardo no puede ser rey de Dinamarca.

No se arrepentía de nada, aún cuando vio a Niall sufrir por la pérdida del amor de su vida, se dijo así mismo que él encontraría algo mejor, alguien que fuera digno de él. No le había importado perder a su propio hijo, ¿por qué debería dolerle alguien a quien despreció con cada fibra de su ser?

Shawn Mendes se había prometido a él mismo que no le volverían a quitar nada a menos que él lo permitiera, y así lo había cumplido.

Thea había perdido a ese niño, pero fue porque él dejó que así pasara.

Esa noche de enero -su noche de bodas-, Shawn quitó la delicada y fina corona de la cabeza de la ahora reina de Dinamarca.

Quitó la propia dejándola junto a la de Thea sobre la cama, se inclinó para besar los labios rosa de su ahora esposa, deleitándose en su dulce sabor.

Removió el vestido blanco con lentitud, como si tuviera todo el tiempo del mundo dejando a la vista aquel liguero blanco que su castaña se había puesto sólo para él.

Quiso decirle que la amaba, pero no lo hizo, no quería malgastar esas palabras.

La adoró de pies a cabeza, desde el accidente apenas y la tocaba, y cuando llegaba a hacerlo usaba protección, lo que menos quería Thea era volverse a embarazar y sinceramente Shawn tampoco quería embarazarla, no hasta que ya se encontraran casados.

Tiró las coronas de la cama para poder recostar a su reina, acarició con delicadeza su piel y cuando el momento de la unión llegó, su castaña le pidió que usara protección.

Pero Shawn no lo hizo.

Esa noche, el rey finalmente obtendría lo que más quería; un heredero.




Fin.

H E I R   |S.M.|   #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora