↠Capítulo 1. " Baile "

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Este capítulo y toda la historia en sí, va dedicada al amor de mi vida, compañera, amiga, pareja y esposa. Te amo, Heaven. Disfruta de tu libro favorito :D


Luciale.

Suelto un suspiro pesado antes de aproximarme hacia el gran salón, mi cuerpo pareciera levitar mientras camino. Es como si fuera algo tan mágico, tan celestial. Algo que solo hoy va a pasar.

Desciendo por los escalones de mármol de la sala principal del palacio, mi mirada viaja sobre la multitud que espera mi llegada.

El vestido de seda negra con encajes en la falda e hilos de plata que recorren todo la prenda, se ajusta a mi cuerpo de una manera casi perfecta. Mis brazos caen a mis costados, mis largos y pálidos dedos tienen sus uñas decoradas en una tonalidad oscura.

Mi cabello planchado cae por mis hombros con elegancia, una amable y fingida sonrisa está dibujada en mis labios rojos. Las personas en esta habitación se creen mi alegría por cumplir veintitrés años.

Sin borrar mi sonrisa, levanto un poco la falda del vestido para no tropezar. Los tacones emiten sonidos a cada paso que doy, soy la perfección hecha persona ahora mismo.

Una vez estoy en la sala, suelto la falda y me desplazo por el interior del recinto de paredes color crema, con una mesa de madera oscura en una esquina, estanterías en otras, una gran alfombra que se sitúa en las puertas de la entrada, algunos sofás contra las paredes y un inmenso espacio en el centro para bailar.

—Señorita Meire —saluda un muchacho de no más de veinte años.

Viste un traje azul, la camisa y los zapatos son negros. No lleva corbata, pero eso no cambia en nada. Se ve bastante formal.

Él siempre se ve así, como si fuera el ser más intimidante y elegante del mundo.

—Kreim —saludo, amargada—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Él me extiende su mano y yo la tomo, me atrae hacia su cuerpo con un leve empujón. Nuestros ojos se cruzan por unos segundos, veo que no aparta esa postura impasible que lo caracteriza.

—¿No podía venir al cumpleaños de una de mis amigas? —inquiere, sereno, mientras una de sus manos se desliza hasta mi cintura.

—Creí que estarías de viaje —menciono un poco ácida.

Hoy no estoy de buen humor. Menos con una persona como él.

—No pensé que llegarías a creerte esa mentira —dice sorprendido. Comienza a moverse al compás de la música que se escucha—. ¿Cómo me perdería la validación de mi querida Luciale?

Mis labios se curvan en una sonrisa natural.

—A ti no te interesa el gobierno, nada de lo que tiene que ver con el. Eres la persona más anarquista que conozco —le recuerdo, sin dejar de observarlo—. Sólo te importo yo, o al menos eso quieres hacerle creer a todos.

Niega con la cabeza.

—Somos amigos, en esos términos quedamos, ¿Verdad? —asiento sin mucho entusiasmo—. Entonces, deja de pensar que no me importas cuando si lo haces.

Ruedo los ojos, hastiada.

Princesa, no se amargue ahora que la noche es larga —se mofa con esa sonrisa que lo representa.

—Como sea —finalizo la conversación.

Doy una vuelta, fingiendo que estoy entretenida. Tras unos minutos de estar bailando con Kreim, lo dejo para buscar a alguien más con quien danzar hoy.

Siniestra nebulosaWhere stories live. Discover now