Siniestra nebulosa

Capítulo 46. "Corazonada"

Bienvenidos a un nuevo capítulo de Siniestra Nebulosa, mis queridos corazones.
Para los que no sepan la razón por la que decidí subir este capítulo hoy, se las contaré.
Hoy, 30 de marzo, es mi cumpleaños. Y como yo los considero parte de mi felicidad, decidí compartir un día tan especial como este con ustedes subiéndoles un capítulo. 🖤✨

Sé que no es muy largo, pero es muy necesario para lo que se viene. Presten atención a cada detalle, ya estamos en la recta final...

Gracias por acompañarme todo este tiempo, corazones. Los quiero muchísimo 🫂

Rowan.

Me importa muy poco que ya haya caído la noche y que todos se preparen para descansar por lo menos una hora. Necesito encontrar mis respuestas y necesito salvar a mi esposa, me da igual cual sea el precio.

Parpadeo para recuperar la compostura tras reflexionar el recuerdo de la madre de Nymra y analizar el cielo oscuro con escasas estrellas a la vista. Pareciera que son las tres de la madrugada, ¿En qué momento transcurrió tanto tiempo? No lo recuerdo.

Abro las puertas de la biblioteca, Kelly sigue mis pasos con lentitud, como si revisara que no existiera ninguna otra entidad más allá de nosotras dos. Hace dos días que su comportamiento es así: defensivo, protector y reservado. Si bien nunca fue la gata más cariñosa ni la más activa, me alerta su actitud tan arisca con la mayoría de extraños que se acercan al Palacio o que mencionamos en conversaciones.

Los candelabros se encienden en cuánto pongo un pie en el recinto. Las inmensas y altas estanterías cargadas de libros me reciben con esa energía pacífica que siempre han emitido. Los libros pueden ser el comienzo de una nueva forma de pensar, o en otras ocasiones, el descubrimiento de algo oculto entre las sombras.

—Rowan, son las tres y veinte de la madrugada, ¿Por qué tanto alboroto? —se queja Kraya, con una taza de café amargo en su mano derecha—. Deberías descansar, no has tenido buenos días últimamente.

Kelly se aproxima hacia ella para restregar su cabecita contra las piernas de la adolescente que me observa como si quisiera asesinarme por irrumpir su horario de sueño. Pronto más pisadas se oyen, imagino que son los demás Arino para averiguar que ocurre a estas horas.

Imagino que Vinavina y Kraya tuvieron razón cuando se refirieron a sus familiares como unos chismosos. Parece que los chismes —llamados "noticias" por ellos— vuelan en esta familia.

—Nymra me ha enseñado recuerdos de su madre, la emperatriz Zarahíe —relato pensativa, paseo la mirada por las estanterías en busca de alguna que llame mi atención. No tengo idea de por dónde empezar, así que supongo que lo correcto sería seguir mi intuición—. Creo que desea ayudarme...

Un silencio se forma entre todos, la incredulidad flota en el aire como el recordatorio de que es posible que ellos no me crean o duden de mi palabra hasta hallar pruebas convincentes. Después de todo, la emperatriz de la destrucción no hs creado una buena reputación dentro y fuera de su imperio. Mucho menos ahora que ha nombrado a Herafel como su Vieya.

Pero yo sé que hay algo más detrás de todo esto.

—¿Hablas de la misma Nymra que hemos visto todos en los últimos meses? —inquiere Normelt, extrañado—. ¿La que asesinó a mi mejor amiga y ha ejecutado a más de doscientos ciudadanos de Khiat?

—No... Siento que algo sucede con ella —volteo para dirigirles la mirada. La expresión de Normelt y Vinavina cambia a una teñida por la confusión—. ¿Acaso no se han preguntado por qué en los últimos meses no se la ha visto de manera pública?¿O el porqué de su actuar tan errático? Hace un mes declaró una guerra, por un hecho sucedido hace años.