Capítulo 22. "¿Identidad falsa?"

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Luciale. 

Al cruzar la entrada de la mansión de arquitectura victoriana que pertenece a la gobernación del condado de Mellster, todos los presentes se reverencian ante mí. No emito sonido alguno más que el de mis pisadas mientras me encamino hacia la habitación de Kreim. 

Los guardias no dudan en abrirme las puertas una vez me encuentro frente a ellos y yo les dedico una leve sonrisa para disimular mi molestia que crece cada vez más a cada segundo que transcurre. 

—Le agradezco por su atención, doctora —lo oigo murmurar sin percatarse de mi presencia—. Cualquier dolencia se la informaré a la brevedad. 

—Me retiro y hasta la próxima visita —le sonríe la mujer con gentileza, recoge su instrumental quirúrgico, medicamentos y demás—. Majestad. 

—Doctora Trayshon —menciono su apellido con una gota de acidez en mi voz, finge no percibir mi forzada serenidad a su lado—. ¿Cuál es el estado de salud del Conde Liweul? 

La joven mujer, de cabello morado igual que su hermana mayor, se reverencia por mi presencia antes de continuar organizando sus objetos de trabajo. 

—Actualmente se halla estable, su recuperación será rápida. Parece ser que la magia utilizada en él no dañó ningún órgano importante más allá de un riñón, agradezco que él es un cambiante de cuervo y por ende puede regenerarse al cambiar de forma. De lo contrario... 

—¿Qué tipo de magia ha encontrado en su cuerpo? —inquiero indiferente, pero expectante por su respuesta. Su conducta tan formal y educada me provoca cierta intriga, no obstante, la oculto para no ser tan evidente ante cualquiera. 

La familia Trayshon jamás se dedicó a obras de caridad o brindarle su ayuda a otros sin nada a cambio. Esta joven vino aquí por otras razones que son muy obvias para mí, pero me encantaría ser espectadora de hasta cuándo creerán que pueden verme la cara de idiota en este imperio. 

—Magia oscura —responde apresurada—. Extraje una muestra y la envié para que la examinen. Los resultados le llegarán en unos días. 

—De acuerdo. Puedes retirarte —expreso gélida, mis ojos grisáceos intentan penetrar en lo profundo de su mirada clara y ella comprende ese gesto. A diferencia de su hermana Krissalida, me teme y no encuentra la manera de esconderlo. 

Se retira sin hablar de nuevo, me enfoco en perseguir sus pasos a través de mi audición agudizada hasta que no la escucho dentro de la mansión y tampoco en el terreno. Se ha ido por completo, ya existe la suficiente privacidad en este lugar como para suspirar de manera pesada antes de voltearme para encarar a Kreim. 

—¿Mantienes algún tipo de vínculo con Einer Ditnova? —cuestiono sin pensarlo dos veces, un impulso repentino se apoderó de mí. No me arrepiento, tarde o temprano debía interrogarlo y prefiero que sea ahora antes que después. 

—¿De qué estás hablando, Luciale? Claro que no —niega de forma rotunda, la ofensa en su manera de dirigirse hacia mí podría ser creíble en otras circunstancias—. ¿De dónde sacas esas cosas?

Confío en la palabra de Rowan. No posee motivos para mentirme, aunque por más que lo haga, sus dones irían en su contra. Una ninfa del sol nació para hallar la luz en la honestidad, no la oscuridad en mentiras. Su especie abarca parte de los seres más honestos por explicarlo de alguna manera, no son «puros» porque representan el equilibrio entre el bien y el mal. Sin embargo, sus habilidades les permiten ver el futuro, el pasado y el presente de una persona, para hablar con la verdad sobre ella. 

—No repetiré mi pregunta de nuevo, Kreim. Nos conviene a ambos que respondas —siseo, quizá un poco irritada. 

—No tengo ningún tipo de vínculo con Einer Ditnova. La última vez que estuvo en el palacio intercambiamos algunas palabras, pero eso fue todo —detalla al no poder resistirse a mis poderes—. No era necesario utilizar tu hipnosis, te lo hubiese dicho de todas maneras. ¿A qué viene todo este cuestionamiento? 

Siniestra nebulosaWhere stories live. Discover now