Capítulo 46

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ㅤㅤEL RESTO de la semana transcurre de un modo similar, con Jungkook y Taehyung teniendo sexo tras pláticas rebosantes de tensión sexual. Lo hacen en la oficina del profesor, contra la puerta, el librero y sobre el escritorio. Es terriblemente imprudente, Jeon lo tiene más que claro; sin embargo, también tiene claro que es cada vez más difícil resistirse a la atracción entre ambos. El jueves, incluso, llegaron a hacerlo en el salón de clases.

Taehyung lo estuvo viendo toda la hora, desde su asiento en el fondo, con ojos anhelantes. Luego, cuando dio por terminada la clase y todos los alumnos se fueron menos él, lo observó cerrar la puerta y mirarlo con una sonrisa traviesa. Acto seguido lo empujó contra su silla y se sentó sobre él. Lo hicieron así, Taehyung a horcajadas en el regazo de Jeon, montándolo en busca de placer.

Fue arriesgado, irrazonable. Cualquiera pudo haber entrado y pillarlos en el acto, Jungkook sujetando con fuerza animal la cintura del pelinegro, aumentando el ritmo de sus embestidas, y Taehyung mordiendo su piel, dejando marcas por encima sus clavículas que gritan a viva voz «mío, mío, mío», mientras saltaba sobre la polla de Jeon en la silla del profesor. Era toda una vista, un impacto visual, pero a ellos no podía importarles menos en ese momento, tan cerca del clímax, embriagados de adrenalina y deseo.

Cuando terminaron, no obstante, no se fueron de inmediato. Permanecieron quietos, Taehyung aún en el regazo de Jeon, hasta que sus respiraciones se estabilizaron y una conversación sobre la ironía de los complejos en la personalidad y su incidencia en las preferencias sexuales surgió de la nada. Entonces acomodaron sus ropas y salieron del salón todavía conversando. El pasillo del piso seis estaba casi vacío, pero el quinto no y, cuando pasaron por ahí, indiferentes a todo lo que no era su propia charla, para nadie pasó desapercibido.

¿Jeon Jungkook estaba conversando con un alumno?, ¿y estaba sonriendo? Era un escenario absurdo...

O no tanto.

Ni Jeon ni Taehyung tienen la mejor de las reputaciones; son pocas las personas que podrían decir con total honestidad que los soportan. No sería tan extraño que hayan encontrado en el otro algo en común... Sigue siendo desconcertante, no obstante. Jungkook parecía un poco más humano, menos inalcanzable, y Taehyung hasta inofensivo. Se separaron al llegar a la biblioteca, pero los murmullos perplejos no se detuvieron hasta más tarde.

Ni siquiera Min Yoongi, que pocas veces les dedica tiempo a los rumores, pudo evitar prestar atención cuando, al inicio de una de sus clases el viernes por la tarde, un par de compañeras se pusieron a hablar del profesor Jeon y de Taehyung. Yoongi casi se cae de su asiento al enterarse de que los vieron juntos, cómodamente hablando, incluso riendo, y que Jeon tenía una sospechosa marca en su cuello. «¿Qué...?» No era bueno, pensó, y por eso en cuanto terminó su última cátedra cogió todas sus cosas y echó a volar por los pasillos de la facultad en dirección a la biblioteca.


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No recordaba que la biblioteca de la facultad fuera tan amplia, es lo que piensa Jungkook mientras avanza por entre las diferentes estanterías. Nunca va más allá de la sección de Filosofía y las demás humanidades, mas esa vez lo que busca no se encuentra ahí, sino en el piso de abajo, al que casi nadie va, en un carrito.

Al dar con él, escondido tras una vieja estantería que guarda libros viejos, una sonrisa estira sus labios. El carrito reposa junto a Taehyung, que lee concentrado en el suelo algo que parece... un diccionario. La imagen es hilarante.

—¿No deberías estar trabajando? —le pregunta, deteniéndose a su lado con las manos en los bolsillos de su pantalón. Lo mira con una emoción cercana a la ternura, pero Taehyung no se da cuenta de ello cuando levanta la cabeza y, tras posar sus orbes chocolate en él, se levanta.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvWhere stories live. Discover now