Capítulo 14

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ㅤㅤEL SÁBADO transcurre en una vorágine de emociones para Jeon Jungkook. No puede dejar de pensar en lo que pasó con su estudiante, lo que casi ocurre, y se siente contrariado. Más contrariado y confundido de lo que nunca ha estado. Sus divagues van desde la enorme falta de ética profesionalidad con la que se comportó, desde cómo toda la reputación que ha formado a lo largo de todos sus años como docente se desarmó en segundos, hasta la incorrecta pero intoxicante sensación de tener su mano envuelta alrededor del cuello de Kim Taehyung...

Jungkook no puede, por más que quiera, olvidar ese momento. La voz de Taehyung lo persigue en los silencios, su toque lo atormenta.

—Joder, ¿qué hice? —se reprocha a sí mismo en la solitud de su departamento, mientras se lleva las manos a la cabeza.

Durante horas se ha cuestionado sus acciones... y le aterra darse cuenta de que, pese a la cantidad de veces que le ha dado vueltas al asunto, no está seguro de si haría algo diferente si llegase a estar en la misma situación. El recuerdo de la adrenalina, el calor de la cercanía; el deseo en sus ojos, oculto bajo inamovible ironía. Taehyung es una caja de sorpresas, una peligrosa y de la que no tiene idea qué esperar. Le tomó semanas abrir los ojos, ser consciente de que el chico es... diferente, y Jungkook no sabe cómo proceder. ¿Debería pretender que nada sucedió? ¿Sacarlo de su clase? No tiene idea.

Sin embargo, está seguro de una cosa. Jungkook no puede volver a estar a solas con Taehyung. No hasta dar con la solución a su problema, por lo menos. No confía en el menor, en sus trucos. El chico tiene una habilidad para meterse en su cabeza y no es él mismo cuando están juntos. O lo es, y ese es el problema. La situación es compleja.

«Soy profesor, maldita sea. Soy su profesor —piensa enfadado—. ¿Cómo no voy a poder controlar a un alumno? Al jodido Kim Taehyung». No debería ser tan complicado, jamás lo ha sido, pero ni siquiera puede estar en presencia del chico sin molestarse, sin querer demostrarle quién manda, sin querer estrangularlo. «¿Qué tiene él que sea diferente?».

—Joder, joder, joder. Perdí completamente el control. —Jungkook echa la cabeza hacia atrás en un intento de destensar sus músculos—. Puse una mano en su garganta. Lo agredí. ¡Mierda! —exclama, repitiendo los hechos cuando estos lo golpean demasiado fuerte.

Jungkook cometió una falta gravísima: agredió a un alumno. Pero lo peor no es eso.

Lo peor es que le gustó, y sabe que a Taehyung también.

No puede repetirse. Es un adulto, uno con un expediente impecable y que pretende que siga de ese modo. Si saca a Taehyung de su clase, ¿él hablaría? «No lo creo, pero no puedo arriesgarme. ¿O sí?».

No, no tiene nada claro, mas no tiene pensado solucionar el enorme problema en el que se metió en ese instante, sino que hará lo que siempre hace: adelantar trabajo, preparar exámenes, mandar tareas, mantenerse ocupado. Desde sus años universitarios lo hace, saturarse de cosas que hacer para evitar pensar en las cosas que le dan dolor de cabeza. A veces, conversar con su hermana lo distrae lo suficiente, pero ella siempre lee su malestar.

No quiere tener que contarle lo que le pasa a su hermana, ella no lo dejaría en paz. Insistiría en que se lanzara de cabeza a lo que sea que tiene con Taehyung, que no lo piense tanto. Para ser una abogada, su sentido común es bastante cuestionable y Jungkook cree que es tremendamente afortunado que vaya a casarse con Hoseok, un tipo decente. Y más cuerdo que ella, definitivamente.

En conclusión, no puede llamar a su hermana, a menos que quiera explicarle que compartió un momento... intenso con Taehyung, el tipo que supuestamente le desagrada sobremanera.  «Esto solo le daría la razón, maldición». Trabajar es la única salida que tiene a la inminente jaqueca, que ahora lleva por nombre "Kim Taehyung".

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvWhere stories live. Discover now