Capítulo 47

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ㅤㅤES ABRUMADORA la rapidez con que algo, que parece ir tan bien, que se siente erróneamente correcto, empieza a ir mal. Jeon Jungkook no se daría cuenta hasta más tarde, sin embargo.

Problemas (no contestar)

Yoongles no dirá nada

Hablaré con él, no tiene q preocuparse

El profesor suspira, leyendo el mensaje que la noche anterior le envió Taehyung. Se le hace raro no hablar con él, pues últimamente se ven y platican todos los días, pero tras casi haber sido atrapados necesitaba pensar, un poco de espacio para aclarar el lío mental que se hizo en la biblioteca, cuando vio a ¿Min Yoongi?, el amigo de Taehyung.

Así, después de llegar a su departamento, no se encerró en su oficina, como de costumbre, sino que se acomodó en el sillón, rodeado del acostumbrado silencio —que luego, irónicamente, le pareció incorrecto— y el aroma del café recién hecho. Se quedó inmóvil frente al ventanal por un lapso de horas.

Sus sentimientos son tan claros como alguna vez años atrás, cuando, aunque motivado por inmaduros deseos de atención, era más libre, es lo que pensó. Porque ya no se siente libre: su personalidad ahora es una mezcla de inseguridades y una necesidad por controlarse, limitarse... O era, porque se siente diferente desde que conoció a Taehyung, más cómodo consigo mismo, irónicamente. Jungkook se ha ido dado cuenta de ciertas cosas, a raíz de conversaciones con el pelinegro, como que reprimirse no daña a nadie más que a sí mismo, y que él le gusta más de lo que pensaba.

Esas dos cuestiones están estrechamente relacionadas, sin embargo, porque Taehyung le gusta, y ya no pretende que no es así. Aunque sucumbir a la tentación de besarlo en su oficina es distinto a hacerlo frente al resto, en la universidad. Es claro que hay atracción entre ellos, pero duda mucho de que Taehyung sienta lo mismo que él, y, en cualquier caso, ¿arriesgaría su trabajo por... sexo? «Es más que eso», le dice una voz en su cabeza, aunque la ignora.

Ese es el quid de la cuestión, vuelve a pensar mientras teclea en su computadora, tratando —sin éxito alguno— de concentrarse en sus pendientes.

Casi los atraparon. Fue el amigo de Taehyung, pero ¿y si hubiese sido la chica Moon?, ¿o Namjoon? ¿Alguno de sus colegas? Ambos son adultos, mas existe un código de ética, él tiene una reputación. Taehyung le gusta, y es evidente que encajan, pero ¿es suficiente?

Su teléfono vibra.

Problemas (no contestar)

No me gusta q no me responda

No se acuerda que

tenemos un hijo??

Una sonrisa estira sus labios.

Taehyung le atrae como nadie antes lo ha hecho, y es por poco sofocante ser consciente de que ello... De que su piso se siente demasiado silencioso, aun si solo hace unos días el pelinegro estuvo ahí. Aunque también es consciente de que, aunque sea la verdad más evidente del mundo, no podría abiertamente manifestarlo, pues entonces sería más que inequívoco que le gusta Taehyung.

Sí, dejó de convencerse de lo contario; sin embargo, aceptar sus propios sentimientos hacia una persona es completamente diferente de expresarlo en miras de obtener reciprocidad, mucho más si la persona —Taehyung— es obviamente contraria a las convenciones sociales, a las mismas relaciones, vínculos más allá de lo superficial. Pese a que eso sea, paradójicamente, una de las cualidades que le gustan de él.

Jungkook no busca en Taehyung el emocionante romance que dejó de desear años atrás, del cual ya se resignó. Sin embargo, y este fue su viejo razonamiento, eso no es impedimento para disfrutar de lo que su atracción desata en ellos, en sí mismo. Es suficientemente maduro para no esperar nada de cada persona que se cruza en su vida, de cada novio, mucho menos de sus parejas sexuales. El pelinegro encaja en esta última categoría, pese a que su relación trasciende a únicamente tener sexo, y a que, de hecho, a Jeon le gusta Taehyung. La edad ya no le acompleja tanto.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvWhere stories live. Discover now