Capítulo 5

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ㅤㅤEL FIN DE SEMANA pasa sin más problemas que los usuales para Taehyung. Cumplió con sus horas de trabajo en la biblioteca de la Facultad de Artes Liberales, acomodando libros, revisando etiquetas y renovando permisos —quizás tuvo alguna diminuta confrontación con uno o dos estudiantes—; repasó contenidos del semestre anterior y luego leyó el cronograma de sus clases para su segundo título. El lunes atendió a todas sus clases, comió con Yoongi y, probablemente, le arruinó el día a una estudiante de Literatura. Lo usual.

El martes, sin embargo, es diferente. Y Taehyung sabe por qué.

Después de asistir a sus clases de la mañana en la Facultad de Ciencias y robarle la mitad de su sándwich de tomate a Yoongi durante el almuerzo en el jardín del Campus, sube sin prisas las escaleras hacia el sexto piso de la Facultad de Artes Liberales. Puede perfectamente subir en ascensor y llegar minutos antes a la clase de Filosofía Moral occidental; no obstante, la idea no le parece divertida.

Las escaleras de madera no son tan antiguas para crujir con cada escalón que sube, pero no dejan de tener una apariencia estéticamente vintage que a Taehyung le gusta apreciar.

En el trayecto se cruza con estudiantes de la facultad, pero no les da más que un vistazo superficial. Si alguna de las personas con las que se topa es o no un compañero de él, no le importa. Su único interés en ese preciso instante es llegar al aula 621, donde dicta su clase... el profesor Jeon Jungkook.

Una sonrisa sardónica estira las comisuras de sus labios.











Cuando Taehyung llega al salón —de techo bajo con luminarias led, escritores triples, sillas plásticas y capacidad para unos cuarenta estudiantes—, el profesor Jeon no está, así que aprovecha de buscar un sitio lo más discreto posible en el fondo. Ese día viste de negro y la capucha de su sudadera logra esconder su rostro bastante bien. Quiere pasar desapercibido.

Por el momento.

Hay más estudiantes en la sala, mas no está llena. De hecho, la cantidad de jóvenes ahí ni siquiera alcanza a llenar la mitad de los sitios disponibles.

El joven pelinegro está al tanto de la reputación del profesor Jeon, sobre que no es de los más solicitados. Escuchó por ahí rumores sobre su inmenso ego y lo difícil que es aprobar cualquiera de las asignaturas que imparte, pero eso no impidió que decidiera tomar su clase. Aquello, en realidad, fue lo que lo motivó a inscribirse entre sus alumnos.

—Buenas tardes.

«... Y Su Majestad ha llegado».

La firme voz de Jeon resuena en el salón y el débil murmullo de estudiantes hablando y preparándose para la clase se detiene. Lo que sigue es un suave (y muerto) coro de «buenas tardes» y el chillido de sillas arrastrándose. Taehyung saca un bloc de notas y un bolígrafo de tinta gel negra y acomoda sus lentes redondos sobre el puente de su nariz. El asiento que tomó está junto a la pared, así que se apoya en ella y fija su mirada en el profesor.

Lo analiza.

Jeon Jungkook es de esos profesores que se preocupan de su apariencia, puede decir. Su camisa azul cielo está perfectamente alisada y acomodada dentro de sus pantalones negros rectos. Su calzado Oxford, negro también, está bien lustrado e incluso la hebilla del cinturón que rodea su cintura brilla. Se ve excepcional, y Taehyung sabe que él es consciente de ello. Nadie así de atractivo se viste de esa forma sin tener conocimiento del impacto que tiene. Sin embargo, el pelinegro también repara en aquella actitud despreocupadamente preocupada. Finge no interesarse en si lo están viendo o no, pero el vistazo disimulado que da sobre su hombro cuando llega a su escritorio es suficiente para arruinar ese acto. Quiere que lo vean, Taehyung lo nota.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvWhere stories live. Discover now