Capítulo 44

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ㅤㅤJAMÁS ha dormido como esa noche, piensa Taehyung la mañana del lunes, cuando soñoliento abre los ojos y el olor de Jeon lo inunda. Es confuso, demasiado confuso; tanto que en la boca de su estómago un nudo se forma y sus latidos aumentan a una frecuencia anormal en él. De pronto, su piel se vuelve hipersensible y todo contacto lo siente con tal intensidad que incluso su respiración se desestabiliza un poco. Las sábanas, el aire, Jeon.

Su espalda se pega al pecho del profesor, que envuelve su cadera con un brazo; el otro atrapado bajo la cabeza de Taehyung. Se siente como... como si estuviera protegido, aislado del resto del mundo. Respira hondo y cierra los ojos. Se acurruca, rodeándose del calor que emana el cuerpo del otro. Es una situación extraña, no es él mismo. O lo es, pero el de años atrás, cuando era un niño y su madre lo abrazaba esas noches en que no entendía qué sucedía, pero de todas formas se aferraba a la mujer, conteniendo las lágrimas, porque tenía miedo. 

Taehyung se remueve ligeramente, pensando en cómo huir, dejar eso atrás, pero la alarma del profesor suena. Lo escucha gruñir, murmurar lo que parecen ser maldiciones, y luego lo siente estirarse para apagar el aparato. Jeon debe creer que sigue durmiendo, porque, Taehyung nota, trata de hacer el menor ruido posible, y en cuanto vuelve a recostarse a su lado, con suavidad, casi tímido, acaricia su muslo, su abdomen.

—Sé que estás despierto.

«Oh».

—¿Cómo?

—Tu respiración.

Jungkook no dice nada más, y Taehyung tampoco responde.

De súbito, la noción de que el fin de semana ha terminado los abruma. Es como si ambos hubiesen estado atrapados en un sueño y recién hayan podido librarse de él, volviendo a la realidad de los agotadores y fríos días lunes. O así lo siente Taehyung.

—Tengo que irme —dice, tan bajo que resulta casi inaudible.

—Mmm, ¿no te quedas a desayunar? —inquiere Jeon, soñoliento.

—No. Tengo unas gominolas en mi dormitorio.

—¿Qué comes, además de eso?

—Profesores.

—Necesitaría comprobarlo. —Pero Jungkook se da cuenta de la sutil evasiva, y no la deja pasar—. No respondiste mi pregunta —menciona.

Taehyung frunce el ceño, a sabiendas de que el otro no lo está viendo. ¿Por qué se siente tan tenso?

—¿No que lo de ser novios era solo durante el fin de semana, Mondschein?

—No tengo que pretender ser tu novio para hacerte una pregunta. Es básica interacción humana.

—Bah, qué descaro el de algunos. —Taehyung gira sobre sí mismo, quedando cara a cara con Jungkook. Sus narices se tocan—. Su vida social no es muy diferente a la mía.

—De hecho, lo es —comenta Jungkook, observando cada detalle en el rostro de Taehyung. Es la persona más atractiva que ha visto.

—¿Sí?, ¿y en qué sentido lo sería?

—Mmm, veamos.  —Mientras habla, Jungkook acaricia su espalda. Ni siquiera parece darse cuenta de que lo hace, aunque el pelinegro no lo detiene—. Yo no dejo a las personas entrar a mi vida con mucha facilidad, pero lo hago, eventualmente. Dependiendo de la persona. Tú no. —El profesor está atento a las expresiones del más joven. Ya no tiene sueño—. Tú te encargas de que te detesten desde el primer instante, porque quieres que te odien.

—No se ve como si me odiara.

—Porque no lo hago. Creí hacerlo en un punto, ya no.

«¿Qué demonios significa eso?».

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon