Capitulo 8: Lo que es ser un hermano (o una hermana).

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Turning saints into the sea

Swimming through sick lullabies

Choking on your alibis

But it's just the price I pay

Destiny is calling me

Open up my eager eyes

'Cause I'm Mr. Brightside

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Hermione miró a su hermano con el ceño fruncido. Estaba vestido exactamente igual a ella, la única diferencia era que ella misma traía un vestido y una túnica de bruja, pero los colores eran los mismos. En escencia, la ropa de Pollux era la suya en una versión más masculina.

—¿Qué se supone que traes puesto? —ella cuestionó con incredulidad.

Pollux le sonrió. —Ropa, ¿Pensé que era obvio? —se burló.

—Sí, ¿pero por qué es igual a la mía?

Pollux se encogió de hombros.

—No sé si lo notaste, pero toda la ropa nueva que nos trajeron esta combinada para que nos vistamos iguales. Es una mierda que le hacen a los hermanos y es divertido.

—Tienes suerte de que ya no tengamos tiempo. —ella avisó. —O iría a cambiarme.

—No vuelvas a tu lado aburrido, gatita. —Pollux dijo a su hermana, pasando un brazo por sus hombros mientras caminaban.

Hermione traía un precioso vestido blanco y sin escote, que le llegaba hasta por debajo de la rodilla, la tela era suave y lisa, con un ligero ajuste en la cintura y que caía libre hacía abajo. No tenía mangas y poseía hermosos patrones de flores que se encontraban en la tela de una forma natural. Sobre este, traía una túnica en color negro igual a la de su hermano mayor, pero con bonitos detalles en dorado, que resultaba ser bastante más femenina y delicada. 

Por lo demás, unos zapatos negros de tacón bajo acompañaban su vestimenta, además de un pequeño bolso elegante —donde ella tenía escondida un bolso de cuentas extensible que era exactamente igual a su versión del pasado— y unos guantes blancos cubrían sus manos.

Hermione pensó que los guantes eran innecesarios, pero según los pensamientos de Walburga eran bastantes necesarios y la niña no pudo negarse a no llevarlos como le hubiera gustado hacer. La mirada ilusionada de Alphard sobre ella mientras le enseñaba unos bonitos guantes de seda le impidió negarse.

Hermione maldijo a su corazón débil y al estúpido de Alphard Black por ser un buen hombre.

—Me gusta tu vestido. —Pollux comentó. —Te hace parecer una niña.

—Siempre he sido una niña. —ella dijo entredientes.

—Sí, —Pollux aceptó. —pero nunca lo has parecido realmente. Al menos, no hasta ahora. En esta vida realmente parece no importarte la ropa.

—En realidad no lo hace. —Hermione se encogió de hombros. —Pero admito que este vestido es bonito. Quería ponérmelo hoy.

Los vestidos eran un tipo de ropa que Hermione consideraba un poco impráctico al momento de correr o realizar alguna tarea de huída y persecución, sin embargo, el que traía puesto le encantaba. La hacía sentir más bonita y delicada, le recordaba que ya no se encontraba en una guerra y que podía darse el lujo de actuar como una chica en vez de planear la manera de sobrevivir o de huir. 

Por otra parte, eso la ayudaba con su papel de dama perfecta de la sociedad. Era el tipo de vestido que una chica educada de su edad usaría para una salida casual, otorgando una imagen de  orgullo, dignidad y de una mujer grácil. Reflejaba pureza, inocencia y belleza, pero también poder. O, al menos, eso había dicho Walburga al verla.

Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon