Capitulo 13: La (un poco escandalosa) selección.

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Hermione miró los dulces en el carrito con deseo. La anciana mujer estaba ofreciendolos y los chicos ya tenían cada uno sus cantidades de dulces.

Ella fue la única que no lo obtuvo.

Principalmente fue porque Pollux tenía el dinero y él bastardo egoísta se estaba comiendo todo solo, a pesar de que sabía que ella también quería un poco.

Ella miró a su hermano con molestia. Pollux no pareció perturbado y Hermione supo que probablemente él se estaba cobrando algo. ¿qué? No lo sabía con certeza, ella no recordaba todas las cosas que le hizo a Pollux.

De todos modos, Hermione no tenía dinero, por lo que todavía no podía obtener nada, pero sabía que su hermano mayor sí, porque bueno, le habían dado los galeones a él. Por otra parte, ella tenía que fingir estar enojada con él y claramente no iba a pedirle nada.

Primero estaba su orgullo. Después todo lo demás.

Sus ojos vagaron por el vagón: a Peter acababa de conocerlo y estaba descartado. Ella no sabía cual era el estado económico de Remus en ese momento (y aunque lo supiera, no se lo pediría) y James simplemente no era una opción porque sería descortés pedirle que le comprara algo. Ellos no tenían ese nivel de amistad y ni siquiera estaba segura de que lo tendrían en un futuro si los planes salían como ella lo esperaba.

Entonces sus ojos se detuvieron en Sirius Orión Black. Él era el objetivo perfecto, lo conocía, era su primo (técnicamente su hermano también si tomaba en cuenta su alma y la de Pollux) y, en realidad, no importaba si le pedía dinero a él porque era familia.

Entonces ella dudó y luego lo miró por un largo tiempo.

—Sirius. —lo llamó cuando él pareció no darse cuenta.

Él chico la miró. —¿Si? —parecía claramente no haber esperado que ella le hablara.

Los chicos la miraban con curiosidad. Pollux tenía las cejas alzadas en una expresión que era la misma que la de Sirius y Hermione pensó que ellos mismos parecían ser más como gemelos que primos. Se parecían bastante.

Ella hizo una pausa, dudosa.

—¿Hermione? ¿Qué pasa? —él le preguntó preocupado.

¿Tal vez ella se sentía mal? ¿necesitaba algo? ¿Alguno de los chicos la había molestado? ¿Fue James? Sí, debió haber sido James. Ese idiota siempre estaba persiguiendo a las chicas bonitas. Era como él. ¡Hermione no debería salir con tipos como él propio Sirius! ¡No estaba bien! Sirius mataría a cualquier bastardo que tratase de aprovecharse de su pequeña prima bebé. Ella era, después de todo, la menor de la familia en terminos de edad (unos meses menor que Reggie) y era una niña completamente inocente en lo que al respecta. Hermione había crecido toda su vida recluida en una casa, ¡claramente era un ser inocente lleno de luz! Y él iba a protegerla de todo. Regulus también lo haría, ahora que recordaba. Habían hablado —sin peleas esta vez— y habían llegado a ese acuerdo. Y... Oh, Hermione lo estaba mirando todavía. ¿Qué quería ella de todos modos?

Las mejillas de Hermione estaban pintadas de un suave rubor rosa. Sirius no sabía que esperar.

—¿Podrías comprarme algo? —ella preguntó en voz baja. —¿Por favor?

Sirius la miró, confundido. —¿Disculpa? —¿qué había dicho ella?

—Comprame algo. —ella repitió más fuerte, sus mejillas aumentando su tono carmín. —Por favor.

James, a su lado, se rió divertido por la repentina muestra de timidez al pedir favores.

—Lo siento, amor, pero no te escuché bien. —Sirius dijo con una mueca.

Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|Where stories live. Discover now