Capitulo 24: la libreta de los pensamientos

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El tiempo en Hogwarts pasó rápidamente para los gemelos.

Hermione cada vez se centraba más en su vida como una joven Lady de la Noble Casa Black, estudiante y una futura chica 'que iba por el lado incorrecto' según su papel allí. Con hechizos Oscuros, compañías dudosas y una actitud refinada, además de—para disgusto de Hermione —recatada y tradicional, llegando incluso a atreverse a lanzar miradas 'sucias' a algunos magos o brujas mayoritariamente Gryffindor o, para extrañeza de su hermano, Ravenclaw.

Generalmente eran magos que ella misma consideraba desagradables, por lo que, en realidad, ella no fingía sobre eso. Casualmente, además, algunos de esos magos eran nacidos de muggles o mestizos, por lo que, según aquello, tontamente los Slytherin habían asumido que su postura ya estaba clara. 

Hermione quería reír por eso. Si fuesen un poco más observadores (o tal vez la mitad de lo inteligentes que decían), ellos mismos notarían que Hermione en realidad no despreciaba a aquellos nacidos de muggles, 'traidores a la sangre' o mestizos, sino que puramente despreciaba a aquellos que no hacían un uso apropiado de su inteligencia, su magia o que se portaban continuamente como: 'brutos sin células cerebrales', dicho en sus propias palabras, y que en consiguiente, descuidaban su educación por completo.

Si Hermione era completamente honesta, ella podía decir que, de hecho, había bastantes magos y brujas que ella admiraba allí en Hogwarts por su inteligencia, comportamiento, creativa astucia o léxico.

Ella incluso había hecho una lista en su mente (y en una libreta especial también) donde figuraban personas con sus propias anotaciones personales sobre lo que pensaba de ellos.

Y Pollux Black tenía la libreta con dichas anotaciones en sus manos, por supuesto, Hermione no lo sabía.

Pollux había recuperado aquella libreta de la mano de Sirius, quien aparentemente la había recogido después de que a una—muy nerviosa—Hermione, saliera del salón murmurando algo sobre llegar tarde a quien sabe dónde.

Originalmente Pollux no iba a leer la libreta e iba a guardarla según lo que pensaban en resto de los chicos. Pero fue la versión más joven de sí mismo, él Sirius de esa época y la insistencia de James quien supuestamente lo alentó a abrirla.

«—Hagámoslo. —habían dicho ellos. —¿Qué es lo peor que podría pasar?»

Pero Pollux sabía lo peor que podría pasarle y no quería experimentar ser hechizado por la pequeña bruja. O eso les dijo a los dos chicos traviesos.

Peter, en cambio, se había negado firmemente a participar. Había alegado que nunca deberían meterse en los secretos de una bruja y le repitió a Pollux, a James y a Sirius que era una mala idea.

«—Tengo una hermana mayor, sé que ella se enojaría si yo leyera su diario. Y Hermione Black fue capaz de hechizar a Pollux estando enojada, según lo que ustedes mismos dijeron —Peter había dicho, mirándolo con los ojos preocupados. —¿Qué les hace pensar que ella no lo haría ahora? ¿Y de una forma terrible?»

Pero ninguno lo escuchó y cuando finalmente acudieron a Remus, la voz de la razón, él solo dijo un:

«—No participare en esto. —los ojos brillaron irritados por la falta de pensamiento de sus amigos. —Los secretos de Black son suyos para guardar y si no devuelven eso ahora, yo mismo iré a contárselo a ella.»

Pero ninguno hizo caso y Pollux se vio realmente atraído por la idea de curiosear entre las cosas de su hermana. (¡y la curiosidad era verdadera!)

—Solo será una mirada. —advirtió. —Y solo será una pagina al azar.

—Nada más que una mirada. —prometió James.

Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|Where stories live. Discover now