Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|

Capitulo 19: Lo que las serpientes hacen cuando están solas.

Hermione no planeaba emborracharse esa noche. Pero ella lo hizo. Y lo disfrutó.

Todo comenzó con Regulus y Barty arrastrándola por un pasadizo secreto. Evan Rosier y dos chicas Pandora (Hermione no recordaba su apellido) y Dorcas Meadowes, los esperaban afuera. Hermione estaba un poco preocupada al inicio, especialmente cuando se dio cuenta de que estaban alejándose más y más rumbo a un pueblo muggle cercano.

No estaba segura de a donde la llevarían o que es lo que harían, pero no parecía ser algo malo. Así que ella solo los siguió y terminaron llegando a una fiesta muggle. La música era bastante buena y aunque Hermione se negó a beber al principio, al final lo hizo. Después de su quinto vaso de cerveza ella comenzó a sentirse mareada y en algún punto, pareció no importarle hacer tonterías o seguir bebiendo.

Ella estuvo bastante segura de ver a Evan tomando fotografías por un momento, pero no estaba segura. Estaba demasiado ocupada siguiendo la conversación de Barty y bailando con Regulus para preocuparse.

Y pasaron cosas. Pasaron tantas cosas.

Pero Hermione estaba demasiado borracha para procesarlo todo completamente.

Regulus, Pandora y Barty estaban como ella, Barty incluso parecía peor que todos mientras caminaban de regreso al castillo. Faltaba poco para que saliera el sol y ellos trataban de moverse como podían entre risas, pasos tambaleantes y conversaciones tontas.

Barty se acercó a ella y trató de abrazarla, pero rápidamente tropezó con una rama (o tal vez fueron sus propios pies, Hermione no estaba segura) y derribo a Regulus en el camino. Hermione se río con ganas mientras Evan, menos borracho que los demás, se acercaba para levantar a sus dos amigos soltando pequeñas quejas.

—Hermione, ¿Verdad? —Pandora la llamó con su voz llena de dulzura, sosteniéndose de ella mientras Dorcas ayudaba a Evan. Sus ojos estaban vidriosos y sus mejillas sonrojadas.

Pandora era parecida a Luna. Su largo cabello rubio platinado estaba trenzado de una manera hermosa y tenía flores silvestres pegados a él, luciendo similar a una de esas princesas que a Hermione le gustaba leer en los cuentos de hadas.

—Uh, sí. —Hermione se las arregló para responder, girándose un poco hacía ella. Las manos de Pandora se engancharon alrededor de su cuello y ella enganchó rápidamente sus manos a las caderas de la otra niña. Ambas se tambalearon un poco, riendo.

—Esta fue la primera vez que probé el alcohol. —Pandora le susurró.

—Yo también en esta vida. —Hermione le susurró de vuelta. Su ceño frunciéndose ligeramente. —¿Por qué tu cara esta tan cerca de la mía?

—No lo sé. —Pandora tenía las mejillas ruborizadas, mientras le daba esa mirada vidriosa e inocente. —Pero tienes muchos nargles en tu cabeza.

—Luna me decía eso a veces. —Hermione respondió, arrastrando un poco las palabras.

Un brilló las iluminó de repente y ambas chicas miraron a la causa, donde Dorcas sostenía una cámara apuntándolos a ellas y a los otros tres chicos revueltos en una pila de abrazos. Aparentemente, observó Hermione, Regulus se ponía bastante cariñoso cuando estaba ebrio.

—¡Dorcas! —Pandora llamó a la otra chica, sonriendo ampliamente y alejándose de Hermione.

La niña se río mirándola, mientras se quedaba quieta en su lugar. De pronto unos brazos la rodearon y ella se encontró cara a cara con Regulus.

—Me quieres más que a Sirius, ¿verdad? —preguntó con el ceño fruncido. Sus mejillas pálidas estaban ruborizadas, sus ojos grises vidrioso y no parecía poder mantenerse en pie solo por mucho tiempo.