Capitulo 20: Hermanos, tejones y disculpas.

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Pollux Sirius Black podía ser cualquier cosa: un imbécil, un bromista, un tipo guapo, un bastardo, un hermano mayor sobreprotector, un exconvicto que fue la primera persona en huir en Azkaban (estaba malditamente orgulloso de eso, en realidad), un amigo leal, un hombre que reencarno (¿o la palabra era renacer?), un mujeriego bisexual que tuvo un enamoramiento por uno de sus mejores amigos desde los catorce años hasta entonces y etc., etc., etc. Había muchas cosas que definían a Pollux Black, cosas que no podían ser tan buenas para el oído de nadie generalmente. Sin embargo, en su vida solo hubo una cantidad mínima de personas que pensaron bien de él y se podían contar con sus dedos de las manos, una de esas personas era Hermione Granger, ahora llamada Adhara Hermione Black, su hermana menor.

Su hermanita era una persona importante para él, incluso se podría decir que era la persona más importante de su vida en ese momento. Pasaron por muchas cosas juntos y ella lo salvó en más de una ocasión, ¡él todavía tenía una deuda de vida con ella, por Merlín! Por eso no era una sorpresa que el fuera tan cuidadoso y protector con ella, especialmente no después de lo que vivieron juntos y no después del tiempo que habían pasado juntos. Por lo mismo, no fue una sorpresa, que Dionne McCurry, un segundo año de Gryffindor se hubiese acercado tan temeroso a él mientras estaba desayunando.

Ahora bien, Pollux estaba preocupado, estaba malditamente preocupado. Su hermanita menor no estaba por ninguna parte del Gran Comedor y no parecía que llegaría pronto, ella no respondía a sus mensajes telepáticos y él no podía sentirla por ninguna parte. POR. NINGUNA. MALDITA. PARTE. Él estaba preocupado y parecía a punto de entrar en pánico en cualquier momento, para su fortuna, Sirius reconocía bastante bien esa expresión (y James, Remus y Peter también por razones que eran obvias). Pollux estaba tan preocupado que ni siquiera notó que Regulus y los otros tipos con los que se juntaba su hermana no estaban allí, aunque eso tampoco lo habría calmado demasiado de todos modos.

¿Dónde estaba Hermione? ¿Ella estaba bien? No estaba desmayada en alguna parte, ¿verdad? Se lo habrían dicho si fuera así. Si, seguramente lo habrían hecho... ¿O tal vez fue secuestrada? ¿Fue ese imbécil que trató de lastimarla la ultima vez? Pollux miró venenosamente al chico, mientras apretaba con fuerza la taza de té en su mano. Lo mataría. Si él maldito bastardo había tocado a su hermana, lo mataría. Pensamientos maniacos y de calidad homicida llenaron su cabeza. Si leyeran sus pensamientos probablemente lo enviarían a Azkaban de nuevo, pero no le importaba. Nada le importaba en ese momento, solo encontrar a Hermione en medio de todos esos mocosos que estudiaban en la escuela. Él tenía que encontrarla porque si no lo hacía, si perdía a Hermione entonces él...

—Por favor, amigo, no me obligues a aturdirte. —James sonó nervioso mientras lo miraba, interrumpiendo su línea de pensamientos.

Pollux no habló.

—Lo que sea que pase por tu mente, —inhaló Peter. —recuerda que eres demasiado joven para Azkaban.

El ceño de Pollux se arrugó, reprimiendo el impulso de girarse hacía él y lanzarle una maldición peor que los imperdonables. Se recordó así mismo que este Peter todavía no era él maldito cobarde que los traicionó y que, en consecuencia, era inocente y no podía matarlo porque no tenía ninguna razón legitima (para los demás) de que merecía la muerte. Sin embargo, eso no le impedía imaginar, cada vez que estaba aburrido, como y de forma mataría a la rata en caso de que el plan de Hermione fallara. Ese pensamiento lo llevo a Hermione de nuevo. Pollux quiso llorar. Y asesinar a alguien también.

Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|Where stories live. Discover now