Capitulo 18: Oh, la hermosa amistad.

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Hermione abrió sus ojos, atontada.

Voces distintas se escuchaban, seguido de un par de risas y luego más voces. Ella gimió, abriendo sus ojos lentamente, tratando de enfocar a su alrededor.

Vio el conocido techo de la enfermería y por un momento se preguntó que habían hecho esta vez. ¿Tal vez le habían golpeado con una maldición? ¿O Harry le había dado, otra vez, por accidente con un hechizo aturdidor mientras practicaba con Ron? ¿O fue una broma de los gemelos Weasley que la hizo dormirse en la biblioteca?

Unas risas se oyeron y frunció las cejas, parpadeando. La cabeza le dolía.

—Harry... Ron, ¿Podrían callarse? —pidió. Su garganta dolorosamente seca.

Ella tosió y alguien rápidamente le dio de beber agua.

Fue refrescante y dulce, el agua se sintió como gloria.

—Siento que me golpearon con una bludger en la cabeza. Por cierto, ¿por qué estoy a...quí...? —sus palabras fueron como un hilo de voz, mientras tomaba conciencia poco a poco de lo que sucedía realmente a su alrededor.

—Hermione.

Esa voz... El toque cálido en la mano... Los ojos avellanas que la miraban con preocupación... Ese no era Harry. No era su Harry.

—Oh. —exhaló ella.

La decepción se mostró en sus ojos y rostro sin que pudiera evitarlo. Fue la primera vez que los niños la vieron tan expresiva.

—Eres James. —ella soltó tristemente.

—¿"Oh, eres James"? —él chico dijo con humor. —Nunca me sentí tan rechazado en mi vida. —bromeó, todavía sin soltar la mano de la niña.

Hermione llevó su mirada al techo. Sus ojos humedeciendose.

James la miró con preocupación.

Los Potter eran unos increíbles jueces de carácter. También eran terriblemente protectores con aquellos que eran una parte importante de su corazón o, por el contrario, aquellos que eran más débiles que ellos mismos. Y James Potter era la viva imagen de lo que un Potter era.

Tan egocéntrico y tonto como solo él podría serlo cuando jugaba, James Potter también podía ser la mamá gallina de su grupo. Era un chico de buen corazón que veía lo mejor de las personas, en las personas. A menos que claro, no hubiera nada bueno en ellas o que esa persona fuera Snivellus. Entonces simplemente les daría a esas malas personas lo que él creía que se merecían. Y podía ser bastante cruel, sorprendentemente.

Normalmente hubiera sido de esa manera con Hermione si no la hubiera conocido desde antes. Él solo la ignoraría y le haría algun par de bromas inofensivas, pero la conocía. No podía solo ignorarla. No cuando sabía lo que sabía.

Fue durante una tarde de vacaciones que James recibió una carta de Sirius, donde este se quejaba de su familia y le comentaba sobre sus primos nuevos. Ahora, James adoraba el chisme, así que no perdió la oportunidad para preguntarle a su amigo más sobre ellos. Sirius, tan chismoso como él, le contó toda la información que pudo reunir. Aparentemente los primos nuevos de Paddy eran unos niños que nacieron fuera del matrimonio, hijos del divertido tío Alphard Black y que habían escapado de su hogar luego de la muerte de su madre allá en Francia.

Su amigo le había contado sobre sus primos nuevos como si fueran las personas más geniales y los niños increíblemente frágiles también, incluso la niña que parecía no querer tener a nadie cerca. De alguna manera, su amigo parecía encantado con sus primos menores de una manera en la que nunca se había visto antes.

Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora