Ad Finitum |Hermione Granger| Sirius Black|

Capítulo 9: Callejón Diagon.

Hermione observó inexpresiva al sonriente chico que se presentaba.

—Mi nombre es James Potter, hijo único de Fleamont Potter y Euphemia Black, heredero de la más honorable y Antigua Casa Potter.

James tomó la mano de Hermione dejando un suave beso en su dorso, tal y como le dictaba la etiqueta, mientras una encantadora sonrisa se mantenía en sus labios. Hermione se sonrojó en consecuencia.

No quería admitirlo, pero James Potter era descaradamente encantador y atractivo también.

Aunque era de esperar, pensó. Harry también fue condenadamente atractivo y todos decían que ellos se parecían mucho.

—Es un gusto conocerla, Lady Black. —con una sonrisa traviesa y una mirada juguetona en sus ojos brillantes, él chico se presentó haciendo una ligera reverencia caballerosa a la chica.

Hermione arqueó una ceja, extrañada. —Es un placer, Joven Heredero Potter.

Este chico era físicamente parecido a Harry en todo, excepto en su color de ojos, sin embargo, su personalidad era completamente diferente y Hermione no pudo evitar preguntarse porque decían que Harry era como su padre, sí en realidad, ellos no se parecían en nada más que en fisico. No había manera en que uno los confundiera.

Los chicos, a diferencia de Hermione, miraron a James con diversión, ¿Desde cuando él era tan educado con alguien?

Pollux tomó la mano de Hermione, limpiándola con un pañuelo ante la mirada de los demás—James se sintió ligeramente ofendido—y luego miró a Potter, sonriendo con una mueca llena de burla.

—¿También besarás mi mano, Joven Heredero Potter? —él alzo ambas cejas con una mirada juguetona.

—¿Por qué? ¿Quieres que te bese, Black? —le respondió de la misma manera.

Pollux soltó una carcajada. —Apuesto a que te gustaría hacerlo.

Hermione quitó suavemente su mano de la derecha Sirius, pasando a mirar a uno de los otros chicos.

La niña se sentía como su primer año en Hogwarts, nerviosa y preocupada sobre lo que le depararía el futuro.

—¿Y usted es...?

Por otra parte, los saludos aristocráticos no le gustaban demasiado a Hermione, pero ella y Pollux habían acordado jugar un papel allí.

Pollux sería el hermano rebelde y travieso, el que corría el riesgo de ser repudiado y que se mantendría en el 'lado correcto'. Él que tendría la confianza de Dumbledore y los demás mientras se movían en las sombras para ganar.

Pollux tenía que ser solo él mismo y disminuir un poco su temperamento si era posible o, seguramente, acabaría matando a alguien.

Hermione, en su lugar, sería la perfecta señorita Sangre Pura. Ella tenía los modales y su madre de esta vida le había enseñado todo lo que debería saber una dama de la época.

En consecuencia, Hermione sería la bruja que se encargaría de ir por el 'lado oscuro e incorrecto' en la guerra, ella era más paciente y no era propensa a un ataque de ira al nivel de Pollux. Además, aunque a su hermano no le gustara, ella trabajaba mejor con la magia gris. Ese tipo de magia que no era buena y que bordeaba lo oscuro.

Ellos sabían que, si trabajaban de la manera planeada, sabrían todo sobre ambos bandos y podrían tomar un mejor curso de acción. Básicamente serían agentes de su propio bando, repartirían las cartas en ese juego de póker y acabarían ellos mismos con el maldito Voldemort para asegurarse de que todo terminara como debería hacerlo. Sin regresos del Señor Oscuro y, claramente, sin niños peleando en una guerra de la que no deberían ser parte.