CAPITULO 8 SEBASTIAN

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Viernes a la noche.

Eran cuando las cosas se ponían peor, mi padre festejando que terminaba su semana laboral. Durante la semana era muy poco lo que salía a emborracharse ya que llegaba cansado del trabajo. Pero su mal humor siempre era igual sea el día que sea.

5 de Diciembre. Una semana completa en la cual me acerco todos los días a Sam para poder lograr mi objetivo. El de meterla en mi cama, o en su cama. Lo que sea.

Pero seguía ignorándome, o haciendo comentarios sarcásticos. Dejándome solo o muchas veces con su amiga (si es que lo es) la cual no es mala persona, pero no es mi objetivo.

Hoy no iba a darme por vencido, voy a seguir intentado. Se había hecho un reto muy duro para mí y si lograba acostarme con ella mi autoestima de conquista volvería a subir.

–Me voy – grito a mi madre que se encuentra en la cocina. A ella, la noche se le venía más tarde, cuando el imbécil llegara del bar.

Salgo sin escuchar su respuesta, muy concentrado en mi próximo movimiento.

Llegar al bar de Ácidos sin tener que trabajar (lo cual hice la mayoría de los días en esta semana) era un alivio ya que mi concentración estaba 100% en mi objetivo.

Mi objetivo, el cual está cruzando la puerta en este momento. Decido no encararla enseguida, ya que el rechazo sería muy pronto para la noche que recién empezaba para mí.

Está sentada en el bar junto a Clara. No hablan mucho, muy común entre ellas. Lo que se pierde. Clara es una muy buena compañía, es simpática y divertida. Y nunca se mete en los asuntos de nadie.

Me tomo un trago, luego otro y otro hasta que hago pasar una hora para acercarme a ella.

Respiro hondo, con una sonrisa en mi rostro porque sé que esta es mi noche. La noche en la que por fin Sam caerá a mis pies. Y seguro luego pedirá más como hace el resto.

–Todos afuera. Ahora – gritó alguien.

¡No otra vez! Siempre lo mismo.

No, no es la policía. Son los dueños del lugar quienes cobran el alquiler al hermano de Joshua.

Y si, Peter, debía el alquiler.

Todos juntos y empujándonos salimos hacia la calle. La noche en Ácidos parece que ha terminado.

–¡¡¡A mi casa!!! – ¿Alguien grita? – Dije que hay fiesta en mi casa.

¡NO PUEDE SER! Sam acaba de invitar a todos estos perdidos, incluyéndome, a su casa. Y dios que se ve sexy gritando con autoridad arriba de la caja de mi camioneta.

Grita la dirección y se va junto con Clara al parecer a su casa.

– ¿Vas?

–Obvio que voy John, no planeo perdérmelo.

–Vamos entonces.

Una vez en la camioneta nos dirigimos hacia el lugar. Al llegar nos encontramos que es una GRAN FIESTA. Todo el mundo afuera, música alta, alcohol, drogas. Un descontrol.

Acostarme con Sam iba a hacer más fácil con este desastre.

Entramos a esta enorme casa con una decoración muy particular, ya estaba todo destrozado. Y no creo que haya sido obra de los invitados actuales. Pintura en las paredes con señales y frases escalofriantes, cuadros rotos, botellas por todos lados. Por donde caminara había terrible desorden. Lo que más me llama la atención es que solo un cuarto tiene cerrado con llave. ¿Qué hay adentro?

No puedo perder mi atención en estas cosas, tengo que encontrarla.

Buscándola me da mucha tristeza, que viva en este lugar con tanta soledad. No sabía que vivía completamente sola. Y de seguro así era, porque con este desastre podía verse que no había un mayor responsable a cargo.

Subo estas enormes escaleras muy elegantes, muero por saber cómo era antes de que la casa se metiera en la oscuridad junto a su dueña.

Moverse entre cuerpos apretados, sudados con la música electrónica muy alta era dificultoso para poder encontrarla.

Asomo la cabeza en una puerta, solo hay una pequeña luz que se asoma por esta. Una luz a la que podía ver de todo. Mucho más de lo que quisiera.

Ver a Sam con Joshua teniendo relaciones no fue muy divertido y mucho menos darme cuenta del todo que no había oportunidad de avanzar en mi propuesta. De lograr mí objetivo, algo que se hizo imposible.

No me dolió ver esa escena, para nada. Pero si me desilusioné de mi capacidad de seducir, conquistarla y luego llevarla a la cama.

Decepcionado conmigo mismo, bajo la escalera decidido a irme y volver mañana a Ácidos con todo para empezar una nueva conquista renovadora.

–Perdón –dice Clara luego de chocarnos accidentalmente.

–Está bien. Iba distraído.

– ¿Ya te ibas?

–Sí, se me está haciendo un poco aburrida esta fiesta y no hay mucho para tomar.

–Me está pasando lo mismo.

– ¿Nos vamos? – mi cara de pícaro debe ser todo un premio, pero se me ocurrió la idea genial para subir mi autoestima.

–Vamos –dice Clara seria y sin pensarlo.

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