one shots Rayis

abrazos (arthurmorgan/reader) (rd2)

este capitulo no es mio solo lo traduje créditos a su autor :v

Al acercarse a la pequeña playa cerca del campamento, sus ojos se posaron en el familiar hombre de cabello castaño y cuerpo ancho sentado en el suelo, con la espalda apoyada en un árbol. Una sonrisa se formó en tus labios mientras te acercabas, notando que su cabeza estaba inclinada hacia abajo, las manos descansando en su regazo, durmiendo. Caminaste un poco más cerca, admirando lo adorable que era cuando dormía. Su pecho subía y bajaba lentamente con cada respiración, luciendo tan... pacífico. No querías interrumpir su siesta, así que comenzaste a retroceder para alejarte. Como si supiera que estabas mirando, el cuerpo de Arthur se movió y levantó la cabeza, mirando hacia arriba. Parecía como si estuviera a punto de darle una paliza a alguien, pero cuando sus ojos se enfocaron en ti, su rostro se suavizó.
"¿Me estabas mirando?" Arthur ajustó su cuerpo y se frotó los ojos.
"Un poco ..." respondiste, acercándote un poco más a él.
"¿Por qué?" Se rió entre dientes, sacando un cigarrillo de su bolsillo y encendiéndolo, agitando rápidamente el fósforo.
"Eres lindo cuando estás dormido". Sonreiste y tus mejillas enrojecieron cuando él puso el cigarrillo entre sus labios e inhaló. Él puso los ojos en blanco, abriendo las piernas para que te sentaras frente a él.
Ven aquí. El sonrió con suficiencia. Sonreiste ampliamente, no te pedía que vinieras a él muy a menudo. Por lo general, era usted quien le pedía que lo abrazara. Caminaste y tomaste asiento en el suelo entre sus piernas, apoyándote contra su torso. Su brazo libre serpenteó alrededor de tu cintura mientras te acercaba a él. Respiraste profundamente. No tenía mucho sentido, pero te sentías mucho más seguro cuando estabas con él. No es que te sintieras inseguro antes, pero ahora sentías que si algo pasaba, lo tenías. Apoyó la cabeza en su pecho, respirando el dulce olor del humo de la fogata y las agujas de pino. Te pasó el cigarrillo. Lo cogiste y te lo llevaste a la boca, dando una pequeña calada.
"¿Dormiste bien? Quiero decir, antes de que interrumpiera ". Te reíste y le devolviste el cigarrillo. Sentiste su voz profunda retumbar en su pecho mientras se reía entre dientes.
"Supongo que sí, realmente no era mi intención quedarme dormido de todos modos". Aspiró otra bocanada de humo y se la sopló por la nariz, mirando al agua.
"Eso es porque no duermes lo suficiente". Respondiste mientras jugabas con su mano que descansaba sobre tu vientre.
"Está bien, señorita Grimshaw". Soltó más humo por la boca mientras te miraba. Su boca se ensanchó mientras actuaba juguetonamente ofendido, golpeando ligeramente su pierna.
"Ambos sabemos que tengo razón". Tu dijiste. Arthur tiró la colilla al suelo húmedo, su mano recién libre pasó por debajo de su brazo y alrededor de su cintura. Él no respondió y ambos se sentaron en silencio, simplemente relajándose y disfrutando de la compañía del otro. El sol se había puesto ahora, y estaba bastante oscuro afuera. Tus manos sostenían las de Arthur mientras te sostenía cerca de él, el ritmo de su respiración casi te hace quedarte dormido.
"Está bastante oscuro". Saliste de tu trance y susurraste. "Probablemente deberíamos regresar". No pudo evitar sonar decepcionado por tener que dejar el lugar cálido en el que se encontraba. Arthur miró hacia el agua.
"O podríamos quedarnos aquí". Dijo en voz baja. Definitivamente no se opuso a la idea. No haría demasiado frío, especialmente con Arthur, el horno humano, abrazándote.
"Aquí-" Arthur soltó tu cintura y se inclinó hacia la derecha. Te sentaste con la espalda recta y miraste hacia atrás mientras él agarraba una pequeña manta. Le ayudaste a sacudir la manta y a ponerla encima de ambos cuerpos. Sus brazos se envolvieron con fuerza alrededor de tu cuerpo mientras te recostabas contra él, apretándote con fuerza. Tus ojos comenzaron a volverse pesados ​​y dejaste descansar tu cabeza contra su pecho, escuchando los latidos de su corazón. Se inclinó y plantó un suave beso en la parte superior de tu cabeza.
"Buenas noches Arthur." Dijiste suavemente. Esperaste una respuesta, pero todo lo que vino fue un ronquido silencioso detrás de ti. Sonreiste para ti mismo y rápidamente te quedaste dormido.