𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄──𝐁𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭 𝐁𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞𝐫𝐭𝐨𝐧 ✧.*

𝐕𝐈

|Solo es un amigo|

ALINA NO PEGÓ OJO AQUELLA NOCHE. Y lo peor de todo es que sabía perfectamente quien era el dueño de sus pensamientos constantes, que le impedían cerrar los ojos. Se quedó toda la noche mirando el techo, hasta que la luna dejó paso al sol de la mañana y los sirvientes de Lady Danbury la despertaron para prepararla para el día que les esperaba. La señorita Hazelwood desayunó, en compañía de Simon, que leía una de las revista de Lady Wistheldown, con aspecto curioso.

—Los acercamientos entre Daphe y tú son cada vez más seguidos. ¿De verdad tantas molestias por una farsa?

Simon miró a su amiga de reojo. No le gustaba el tono de interés que adoptaba su voz.

—Debe parecer lo más real posible.

—Es curioso. Cuando os veo juntos, no parecéis estar fingiendo.

—Eso es porque la Señorita Bridgerton es en realidad una buena conversadora—Alina casi se atraganta de la risa—. No me mires así, Alina. Yo podría decir lo mismo de ti y de Benedict.

A Alina se le cortó la risa floja.

—La única diferencia es que entre Benedict y yo no hay una gran farsa matrimonial. Pero Daphe y tú sí.

—Mira, yo tengo una excusa. ¿Que tienes tú?

Alina dejó de sonríele y Simon amplió sus comisuras victorioso.

—Solo es un amigo.

—Está bien—le concedió el duque, sin creerlo de verdad.

Alina y él se conocían desde que eran niños. Habían estado en los momentos más desoladores del otro, y siempre se habían tratado como hermanos. Lady Danbury se encargó personalmente en hacer que ambos huérfanos fueran cercanos, haciendo que vivieran juntos cuando el padre de Simon lo dio por muerto un fatídico día. Y sin embargo, la anciana jamás pudo controlar el temperamento de ninguno de los dos. Simon era impulsivo, mordaz, tosco y y serio en ocasiones, como todo un caballero varón de clase alta en Londres. Alina, sin embargo, era más metódica, una bocazas, pedante y más cabezota que cualquier persona de toda Inglaterra. Era más insufrible por la honestidad con la que decía las cosas, de un modo ordinario y vulgar a veces para una marquesa. A veces no tenía filtro.

—Por cierto, ¿has oído la llegada del sobrino de la reina? Es el principe de Austria y es muy posible que venga con ganas de buscar esposa. Quizá Daphe...

—Daphe tendrá que escoger entre él y... Y los demás candidatos—dijo Simon, cohibido. Casi se le escapaba un y yo.

Alina empezó a reírse. Era muy fácil poner a Simon de los nervios.

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—Señorita Featherinton, es un placer volver a verla.