|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo.»
Tras años retrasando el momento, Alina Hazelwood debe enfrentarse a sus mayores miedos entrando...
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—¿Y... BIEN?—exclamó Penelope mordiéndose las manos con expresión de expectación.
Alina intentó cerrar la boca por miedo a que le entraran moscas, pero no pudo evitar volver a desencajar la mandíbula en dirección al suelo.
—¿Penelope Featherington... has besado a Colin Bridgerton?—el corazón de la pelirroja se estremeció y Alina se lanzó a sus brazos—¡Pen, eso es maravilloso!
—¿En serio? ¿No te parece mal e inapropiado?
—¿Pero qué dices? ¡Me encanta! Oh, Dios... ¿Va a pedir tu mano? Oh, oh, ay... ¡Sería súper emocionante!—gritó la castaña dando botes en la cama de Penelope.
La pelirroja de llevó las manos al pecho agobiada.
—No, no. Solo era un favor, ¿recuerdas?
—Y menudo favor—bromeó Alina aún sonriendo—. Dios, Penelope. No sabes lo que me encantáis los dos juntos. Yo siempre he pensado que Colin estaba loquito por ti y no lo sabía.
—No puede volver a ocurrir. Fue cosa de una vez. Necesito que guardes el secreto...
—Mis labios están sellados. Jamás diré nada.
—Él no me ama, Alina... Aunque mejor así—alzó la pelirroja la barbilla y mostrándose más firme y reconduciendo el tema—. No creo que se merezca mis atenciones después de lo que le oí decir el año pasado.
—Sí... A veces Colin puede ser un bocazas.
—Bueno. Que lo hubiera pensado antes.
La rotundidad de las palabras de la Featherington la dejó patidifusa.
—Has cambiado, Pen...—observó en voz alta—. Me gusta ver que no te achantas y decides ser como eres en realidad...
Penelope le sonrió con amabilidad y orgullo y se levantó de su escritorio.
—Me cansé de ser tan buena con los demás y no pensar en mí.
—Ahora me da miedo que no me consideres digna de tu respeto, Penelope Featherington—le admitió Alina pasándose una mano por el cuello medio en broma medio en serio.
—Ahora soy amable con quien lo merece—explicó la joven—. Y usted lo merece, marquesa—escuchar el título de su padre en boca de Penelope la animó en sobremanera—. Y gracias por escucharme. Necesitaba contárselo a alguien.
