𝐈𝐈𝐈

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|Una chica diferente|

CUANDO BENEDICT BRIDGERTON VIO A ALINA HAZELWOOD EN UNA ESQUINA HABLANDO CON SU HERMANA, tuvo la sensación de que se le derretía el cuerpo entero y de que todo el mundo podía ver en el horrible líquido viscoso que se transformaba su cuerpo por la ...

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CUANDO BENEDICT BRIDGERTON VIO A ALINA HAZELWOOD EN UNA ESQUINA HABLANDO CON SU HERMANA, tuvo la sensación de que se le derretía el cuerpo entero y de que todo el mundo podía ver en el horrible líquido viscoso que se transformaba su cuerpo por la sorpresa. El corazón le dio tantos saltos en el pecho que temió de que le partiera una costilla, y su piel se erizó con tan solo agudizar la vista.

Estaba algo más alta. El pelo le había oscurecido ligeramente. Lucia más guapa. Más... más correcta. Llevaba un vestido rojo refinado y que se ceñía a sus pechos con una seguridad exhaustiva, además de unos guantes realmente largos que llegaban casi a la altura de sus codos. Su pelo, normalmente enredado, suelto y libre, estaba ahora sujeto en un moño elaborado lleno de trenzas y decoraciones de joyas preciosas donde descansaba una tiara con rubíes pequeña y delicada. Estaba realmente bella, más guapa que hacía dos años, si es que eso era posible. Y a Benedict siempre le había parecido que eso no podía suceder. Pero después de escudriñar esos rasgos físicos, Benedict la miró a los ojos y vio algo abrumador.

Cansancio.

¿Cansancio en los ojos de Alina Hazelwood? Esas eran dos palabras que no podían estar juntas en la misma frase. Aquella chica era la representación de la energía y vitalidad y ver ese sentimiento en ella le hizo sentir que algo estaba mal.

—Bridgerton—la señorita Stowell llamó su atención y él parpadeó—. ¿Se encuentra bien? Está pálido.

—Parece que has visto un fantasma—observó la madre de la señorita, y fue entonces cuando Benedict vio la oportunidad de escapar.

«No anda tan desencaminada, Lady Stowell.» Pensó Benedict con amargura.

Porque Alina Hazelwood era el fantasma personal de Benedict que había estado atormentándolo día y noche.

—S-sí. De hecho estoy un poco indispuesto. Si me disculpan...—alejándose de malas formas, el Bridgerton pasó entremedias de un montón de caballeros y damas de por medio y dirigiéndose hacia Alina.

Necesitaba pedirle explicaciones de porque lo había ignorado con rotundidad. Necesitaba saber porque ella no había respondido a ninguna de las cartas que le había escrito. Sabía gracias a Lady Danbury que en Ivermoly House podían recibir correo, por lo que la Hazelwood no tenía excusa alguna. Necesitaba saber si lo odiaba por alguna razón.

Cuando tan solo le quedaba atravesar entre medias de tres caballeros que charlaban con su hermano Colin, Benedict vio como Alina se arremangaba el vestido para echar a correr y salir por la puerta principal. No hubo mucha gente que se diera cuenta de ello gracias a que había corrido cerca de las paredes y fuera del ojo crítico de todo el mundo.

 𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄──𝐁𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭 𝐁𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞𝐫𝐭𝐨𝐧 ✧.*Where stories live. Discover now