𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄──𝐁𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭 𝐁𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞𝐫𝐭𝐨𝐧 ✧.*

𝐕𝐈𝐈

|La tarde del globo|

—¡ALINA, MIRA ESO!—exclamó Popy señalando el globo aerostático que se veía con claridad mientras junto a Amybeth y la pequeña Maleworm entraban en el recinto de carpas y césped recién cortado junto a un lago precioso y de agua limpia y pura.

Alina miró a la niña con una sonrisa y se tranquilizó al ver que no le costaba respirar. Esos últimos días (en los que literalmente había pasado de todo), la castaña se había fijado en que Popy había tenido una gran mejora.

Junto a sus pulmones, que, siempre llenos de mocos y balsas enfermizas, le dificultaban la existencia.

—Es maravilloso—murmuró Amybeth entrelazando su brazo con el de Alina—. Pero lo cierto es que no sé hasta que punto es seguro.

—¡Seguro que con ese globo puedo llegar hasta la constelación Centauro!

—Por si explota, mejor dejemos los pies firmemente sujetos en el suelo.

Violet Bridgerton se acercaba por detrás del trío de jovencitas junto a Eloise, Hyacithn, Gregory y Lady Danbury. Con una naturalidad increíble, los tres más pequeños desaparecieron en un santiamén y Alina se fijó en como desaparecían entre la muchedumbre a buscar comida o folletos de información sobre el globo aerostático.

—Me alegra ver que Popy se encuentra mejor—le susurró Lady Bridgerton con una sonrisa sincera.

—Todo es gracias a esa nueva medicación de su médico, Lady Bridgerton. Le estaré eternamente agradecida.

—No tienes que darme las gracias, querida. Haré lo que sea en beneficio de ti. Desde buscarte pretendientes guapos a ayudarte con Popy, que, por cierto, le cae especialmente bien a los pequeños.

—Sobre todo a Gregory...—escupió Amybeth por lo bajo para que solo Alina la oyera con una sonrisa rebelde y divertida. La Hazelwood se contuvo de soltar una risotada impropia de una jovencita y se tapó la boca con la mano fingiendo un estornudo.

—Aunque, bueno...—intercedió de nuevo la matriarca Bridgerton—. La búsqueda de pretendientes no es ya necesaria, ¿verdad?

A Alina se le tambaleó la sonrisa.

Oh, claro. Eso.

Por increíble que pareciera (e incluso después de la escenita de Benedict y Alina en el baile de hace una semana), la joven castaña había estado teniendo un cortejo de lo más caballeroso y galante de parte de Harry Foster. El chico, sin dar motivos algunos, pareció recuperar su interés por Alina como el baile pasado, pero no había vuelto a intentar pedirle matrimonio tan prematuramente como la primera vez. Se habían pasado esos días siendo la comidilla de todo el mundo, yendo al teatro o dando paseos muy largos con la doncella de Alina siguiéndolos a todas partes. Lo cierto es que a Alina Harry Foster le parecía un buen pretendiente. Era simpático, inteligente y tenía en cuenta sus opiniones. Era similar a Benedict en muchos aspectos... Y solo cuando el nombre del segundo Bridgerton salía en su mente, ella comprendía que no sentía ni una pizca de lo que lo hacía por Benedict. Aún así, Alina no se separaba de él y trataba de ser lo más agradable posible en presencia del Señor Foster: Necesitaba la propuesta de matrimonio cuanto antes.