Bon Appetit.

Capítulo 96: El asiento del Emperador

“Me duele la cabeza.”

El problema del polvo mágico se resolvió un poco, pero quedaba otro problema. Se trataba de la cabeza de la Familia Rusti. Aunque se dijo que estaba siendo manipulado, no podía ser perdonado y seguir adelante.

La ideología del duque, que se ha mantenido de generación en generación, estaba lejos del perdón o la reconciliación.

Además, la familia Rusti también era una familia molesta todo el tiempo. Justo a tiempo, la situación dio en el blanco, y Luana se fue como hija adoptiva, pero se preguntó si era necesario atenerse a ello.

Ahora que estaba a punto de convertirse en emperador, muchas familias afirmarían ser mecenas de Luana.

Por lo tanto, no había necesidad de llevar a los que estaban insatisfechos.

Sobre todo, dado que habían decidido unirse a las brujas, sus habilidades no deberían exponerse negativamente.

Así que solo quedaba un camino. Las noticias de la Familia Rusti cubrirán todo.

'No hay necesidad de consideración.'

Poco después se llegó a la conclusión.

"Ahora, sigamos adelante".

Tan pronto como cayeron esas palabras, el poder del duque, que había estado agazapado todo el tiempo, comenzó a moverse. Legión siempre fue leal al emperador, pero eso no significaba que mantuviera la calma. Se convirtió en duque, sabiendo bien su deber.

Y los resultados ahora están apareciendo aquí.

Se difundió la noticia de que el duque canceló la entrada del marqués Rusti a la casa del duque. Sorprendida por este hecho, la familia Rusti preguntó al duque, pero no obtuvo respuesta.

Y unos días después, los rumores comenzaron a circular. Se rumoreaba que el marqués Rusti había fracasado al tratar de dañar al futuro emperador.

"¡De ninguna manera!.”

Desconcertados, los vasallos del marqués gritaron, pero los rumores ya se habían extendido ampliamente. Además, cuando el duque comenzó a moverse, rápidamente se convirtieron en ratas acorraladas.

Las ratas en la esquina muerden a los gatos, pero ni siquiera podían hacer eso. Fue porque el oponente no era solo un gato. El duque era una bestia. No importa cuánto lo intentara el ratón, la bestia no podía perder.

Cuando la situación se volvió así, algunos vasallos comenzaron a devanarse los sesos para sobrevivir y optaron por traicionar a la familia del marqués.

La familia Marquis no tardó mucho en desmoronarse una vez que unos pocos comenzaron a escapar.

Estaba a punto de asesinar al futuro emperador, por lo que no había lugar para la ayuda.

En estas circunstancias, Albert trató de dejar al menos a la familia, o al menos salvar a Safia. Pero la situación no era fácil.

Todavía se desconoce la persona exacta que roció el veneno, pero Albert asumió que era Safia. Ella era la persona que hacía el trabajo, no la que ayudaba; ella no podría haber sido salvada.

Suspiró profundamente y se sentó lentamente en su silla. No se casaron por amor, sino que vivían juntos desde entonces. No quería dejarla ir en vano así. ¿Pero cómo? ¿Había alguna forma de salvarla? Bajó la cabeza y se cubrió la cara con las manos.

'Estoy cansado.'

De repente sintió un gran cansancio. Y cuando recobró el sentido, una persona estaba parada justo frente a él. Tenía el pelo azul oscuro y parecía tener veintitantos años. De pie con los brazos cruzados, sonrió y miró a Albert.