17: Pérdida de amistad

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Cainán B

—¿Y dónde está tu novia? —pregunto, juguetón.

«¿Qué novia? No digas bobadas, ya estamos grandecitos».

A no entiende mi sentido del humor y como somos el mismo, significa que ni yo me comprendo. Eso sí se podría considerar una tragedia.

Lo raro es que mi rastreador no está funcionando, ¿tan lejos está?

Me detengo en la comisaría y entro sin preguntar. Nadie sabe dónde se encuentra mi comida favorita. Además, ya no se hospeda en el hotel, la tengo desaparecida, pero ninguno de estos humanos aburridos sabe algo. Visualizo llegar a la rubia, la sierva de Elerick, así que la sigo por el pasillo.

—¿Qué hace aquí un juguete?

Triana se gira a mirarme, entonces me reverencia.

—Hola, Cainán. —Hace una pausa—. ¿Buscas a Elerick?

—A tu dueño ya lo vi, busco a mi presa, ¿la has visto?

—¿A tu presa? —Enarca una ceja, confundida.

—Adara Kyleth, ¿la conoces? —Entrecierro los ojos—. ¿Tienes idea de dónde está?

—No.

Percibo su mentira, rápido, así que la agarro del cuello y la empujo hacia la pared, entonces le sonrío.

—Saliste igualita a tu dueño. El problema para ti, es que eres humana, así que no me puedes ocultar tus mentiras.

Forcejea, pero no tiene forma de soltarse.

—Me lastimas.

—Qué novedad —me burlo—. Dime la verdad y prometo darte una muerte sin dolor.

—No puedo respirar.

—Qué inservible. —Presiono su cuello y, de repente, soy golpeado, así que salto hacia atrás, entonces sonrío—. Verte dos veces en un día, es horrible —opino.

Elerick deja de observar la marca que le dejé a la chica, entonces se gira a mirarme, luego me sonríe.

—Cainán, no es muy amable de tu parte atacar a una pobre muchacha.

—Soy un demonio, veo carne y tengo ganas de comer, es normal. —Me relamo los labios—. ¿No te parece? ¿No lleva mucho tiempo viva tu juguete? Qué raro. —Me meto con su rango al estar interesado en la humana.

Frunce el ceño.

—¿Por qué no te metes en tus propios asuntos?

—Dile a tu juguete que me diga dónde está Adara —expreso, tranquilo—. Sé que me mintió, así que más le vale que hable.

Elerick gira su vista hacia ella.

—Querida, ¿por qué le mentiste?

—Adara es mi amiga y ella no quiso que le dijera a nadie —declara Triana.

«O sea, que casi matamos a la única amiga que tiene Adara en el pueblo. Eso sí es tener mala suerte. ¿Por qué mierda tenía que ser ella?», A está indignado y yo también.

—Termina esa amistad —declaro—. Se los prohíbo.

—No haré eso. —Frunce el ceño la chica.

—Que la termine —le ordeno a Elerick.

Él bufa y la mira.

—Debes acabarla, te lo está pidiendo Cainán —advierte.

—Pero... —dice ella con los labios temblando.

Tú y yo paranormalWhere stories live. Discover now