45: Admitir la humillación

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Cainán A

Una enorme máquina que llega hasta el infinito. Literal, no tiene fin. Levantas la cabeza y se ve como desaparece en el cielo violeta. Hay miles de millares de cuadrados y redondeles de vidrio con varias almas humanas. Algunas se van por unos tubos, otras se quedan abajo. Por lo que explicó Elerick, con la información de su paralelo, las que permanecen, ya no tienen oportunidad en el mundo de los vivos ni van al paraíso, o en el caso de Triana, es porque hicieron algún trato con algún demonio. Si Adara estuviera aquí, ¿volaría bien lejos de mí o podría encontrarla? Aunque está la posibilidad de que no sea un alma humana.

—También pudo haber tenido mala suerte —sugiere Elerick, el cual, mira como el corazón de su chica brilla del colgante de su cuello—. Y se la llevó un demonio —refiriéndose a Adara.

Mi collar no brilla como el suyo, ella no está aquí.

Lo sigo y llegamos a un cristal. Él lo toca, entonces el vapor dentro de este se disipa, así que vemos a la inconsciente Triana. Está flotando allí, en ese cuadrado. Elerick rompe el vidrio y la ataja. Comienza a retirarse con la muchacha, que tiene un vestido blanco, así que voy detrás de él. Depende del color de su ropa, es a donde se designa el alma. Su atuendo es blanco, así que no ha sido calificada todavía.

Vamos a la casa del paralelo de Elerick, y al entrar, él la apoya en un sillón. La verdad no ha comentado nada en el camino, ni yo lo he hecho. Más tarde me preocuparé, por lo que siga, luego de todo esto.

—Dijiste que se la pudo llevar un demonio. —Corto el silencio—. ¿Y a dónde voy para cortarle la cabeza?

«¡Para! Eres más agresivo que yo», se burla B.

—Puedes ir a las subastas, pero pasamos cerca y su corazón no brilló, así que ya te quedan las opciones más complejas.

Agarro con fuerza la ropa de Elerick.

—¡Dame todas las que quedan y no te saltes ninguna!

«¡Eso, pégale, arráncale los ojos!».

Me empuja y se limpia el traje. Se toma su tiempo como el tranquilo que es. En otro momento, me daría igual, pero ahora estoy apresurado. Los minutos van a correr y cualquier demonio puede adueñarse de su alma.

—No sabemos lo que es, así que debes ir a cada una de las centrales de las diferentes razas, pero si resulta que alguien se la llevó, tendrías que vivir en el infierno, quizás de manera eterna, buscándola.

—Si no está allí, la tiene un demonio —repito, pensativo.

—Si ató el alma de Adara a la suya, no tiene caso que continúes, ya que es poco probable que el que la obtenga no lo haga, pues en el infierno es todo más de ritos y protocolos extraños de conducta.

—Lo puedo matar.

—No es tan fácil, no olvides que no estamos en el mundo de los vivos. Desaparecer a alguien, requiere de otro tipo de acciones aquí.

—Lo que sea, la encontraré y luego nos preocupamos de eso.

Se hace un silencio mientras me mira.

—No me incluyas, puede que ya me haya ido. —Bufa.

—Tú la mataste, tú lo arreglarás.

Frunce el ceño, luego sonríe.

—Solo si admites que es tu comida podrida —se burla.

Tú y yo paranormalWhere stories live. Discover now