21: El más placentero pecado

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Adara

Esto es de locos.

Me sobresalto cuando cierran la puerta del baño y me quedo sola allí. En la bañera hay pétalos de rosas y huele bien.

¿No se suponía que no le iba a avisar a nadie que soy la comida de Cainán? El imbécil de Elerick juega con mi mente. No me convence eso de que si le prepara "el banquete" los presentes no atacarán. No entiendo cómo quedarme sola y desnuda en esta situación puede ser para salvar mi pellejo. Al menos tengo una toalla, pero las demás pertenencias... Debí haberlos obligado a dejarme el arma. Aunque dudo que me sirviera de algo. Recuerdo cuando le disparé a B y este escupió la bala.

Suspiro y sostengo con fuerza el toallón, no voy a soltarlo. Me aproximo al agua, está caliente, parece relajante. Aunque, ¿quién se calmaría en una circunstancia así? Sumerjo mi pie y luego el otro, acto seguido me siento. Oh, cielos, ¿qué clase de sales aromáticas son estas? Se sienten muy bien. Si no estuviera en un recinto lleno de demonios, hasta cerraría los ojos. Mojo un poco mi cabello, luego reacciono. ¿No tendrá afrodisiaco esto? Creo que ya perdí la cordura.

Solo reacciono cuando veo una sombra, no suelto la toalla y me levanto. Mi respiración es agitada. ¿Será cierto que un demonio es mi dueño? Entonces no tendría sentido irme de Norville, porque ahí fuera también hay de esos bichos.

—¡Adara! —Visualizo entrar a Cainán, entonces me doy la vuelta—. Tu corazón se movía muy rápido —explica la razón de entrar alterado.

Su tono de voz, definitivamente, es B.

—¿Por qué tenías que ser tú? —gruño.

Oigo que cierra la puerta y me sobresalto.

—Dijiste que no te importaba si era A o yo, ¿recuerdas?

—Bueno, tú dijiste que no vendrías —balbuceo.

—Touché —expresa en tono bajo y hace una pausa—. ¿Por qué estabas alterada? Pensé que un demonio te atacó o algo.

—Vi una sombra —murmuro.

—Ah, tus habituales sombras —repite.

Se hace un silencio que debo cortar.

—¿Por qué te mantienes tan callado? Deberíamos irnos. Búscame la ropa, haz algo inteligente de una vez por todas.

El silencio continúa, así que me estremezco cuando oigo sus pasos.

Cainán B

Vine por Adara, aunque no creí que me encontraría con esta situación. No puedo enojarme con Elerick si me puso a la mujer en bandeja. Debió estar atada y con una manzana, hubiera sido gracioso. Aunque esto es mejor, huele demasiado bien, mucho más que antes. El querido anfitrión de este clan sabe cómo hacer regalos, ofreciéndome esta tentación.

A se mantiene callado, quiere lo mismo que yo. Si tan solo me asegurara de que es humana, entonces podría hacerme el mejor banquete de mi existencia terrenal. El más placentero de los pecados, ella debe ser uno que pienso disfrutar.

—Adara... —susurro al entrar a la tina, entonces veo como su piel se le eriza. La tomo de los hombros, pero ella no suelta la toalla—. Por todos los infiernos, hagamos crías para que pueda comérmelas y así saciar el hambre que siento por ti. Nuestros retoños deben tener el mismo sabor de tu carne.

—¿Qué estás diciendo, B? Qué asco.

Apoyo mis labios en su cuello.

—Quiero arrancarte un pedazo, hueles tan bien —susurro.

Tú y yo paranormalWhere stories live. Discover now