Capítulo 5

2.2K 215 6
                                    


-Yos! Despierta!

La oscuridad me inunda y me carcome los huesos. Siento que esta oscuridad está ligada a mi alma, siento que me llama, y sin poder evitarlo, voy caminando hacia ella.

Es tan reconfortante, mi alma vaga entre la niebla sin preocupación alguna, sin cargas, ni dolor. Me voy acercando cada vez más a la oscuridad, es como si fuese un imán y yo un pedazo de metal. Doy pequeños pasos y cuando estoy lo suficientemente cerca, en mi mente saltan momentos del pasado, como una vieja grabación.

Allí estoy, con cinco años, llorando por miedo a los relámpagos y ahí entra ella, mamá, a acurrucarme entre sus brazos, a cobijarme bien, para luego acostarse conmigo. De repente tengo seis años, y estoy en un partido de fútbol, en un instante caigo al suelo y me raspo una rodilla, las lágrimas brotan de mis ojos, hasta que mamá se acerca, me carga en sus brazos y me lleva a una equina; me pone una bandita sobre la herida y la besa. Luego tengo diez años, estoy en cama porque la temperatura de mi cuerpo está por los cielos, veo el rostro de mamá con una profunda preocupación, se acerca rápidamente a cambiar la toalla que tengo en la frente, me da un beso y me susurra "todo estará bien, pequeña". En un instante tengo trece años y estoy embobada mirando a Will, mamá se acerca por mi espalda y al darse cuenta de la manera en que miro a aquel chico, me regala la sonrisa más dulce, comprensiva y llena de esperanzas, que haya visto. Tengo quince años, me estoy preparando para salir a una fiesta, pero cuando busco mi vestido, lo encuentro desgarrado; me pongo emberrinchada, hasta que mamá me lo saca de las manos y se lo lleva, minutos después vuelve con el vestido enmendado y como nuevo. Finalmente tengo dieciséis, estoy en el bosque, acurrucada con ella, mientras tararea una canción de cuna, acaricia mi pelo, y cuando estoy casi dormida, ella susurra: "Yo también te amo".

-Aguanta cariño, por favor, no me dejes -solloza un hombre. Es papá.

Estoy tan cerca de la oscuridad, que con un solo paso más, me fundiría con ella. No me da miedo, sino calma. Como si toda esta pesadilla estuviera a punto de acabar. 

<Sigue caminando, ya casi llegas.> oigo a mi mente alentar.

Miro a mi alrededor que se ha llenado de recuerdos. Debato un instante ambas opciones: camino o no camino.

<Serás feliz, con ella. Con tu madre> ataca de nuevo.

-Por favor, Yos, no te vayas. Te amo, cariño... Te amo. -dice papá con evidente desesperación.

Mientras sigo pasmada por la situación, todos los recuerdos empiezan a temblar y cuando me decido a dar el último paso, todo se vuelve a tornar oscuro.

"Pip... pip...pip" -las máquinas cantan mi pulso.

Lentamente levanto mis párpados, y una luz blanca deslumbra mis ojos. Estoy en un hospital.

Trato de mover mis brazos, pero el dolor es tan profundo que siento a mis huesos crujir crudamente. Sin embargo, las traigo hacia el frente para poder observarlas. Ambas muñecas están vendadas, tengo varios cables en ambos brazos y una entrada de suero en mi mano izquierda. 

Trato de levantarme y gimo.

-Yos! -dice papá, sobresaltándose -tranquila, cariño. No te muevas. Estás bien.

<Estás bien? Es evidente que no le importas> ataca nuevamente mi mente.

-Si le importo. Lo he escuchado sollozar por mí. -respondo en voz alta.

-Qué? -pregunta papá, algo confuso.

Me quedo en silencio, mientras observo su rostro. Sus ojos están inflamados por el llanto, y está muy pálido, tiene una ojeras enormes que parecen cargar toneladas de dolor y la barba la tiene más larga de lo normal.

MI BOSQUEWhere stories live. Discover now