Capítulo 28

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La distancia al fin y al cabo es solo un obstáculo mundano.

Después de devolverle el celular a Fabrizzio me dispongo a recorrer la habitación con pasos nerviosos. Jaden llegará en cualquier momento y siendo sincera no tengo la remota idea de lo que hará. 

Me sacará de aquí? Me consolará? Está realmente arrepentido por acceder a que me metieran en este horrible lugar?

Las preguntas están latentes en mi cabeza y es horrible no poder encontrar respuestas, porque si hay que nunca he tenido, es paciencia.

Inhalo y exhalo continuamente. 

El no tener idea de qué esperar, me está volviendo loca. Y es tan irónico que esté en un manicomio.

Recuerdo perfectamente sus vidriosos ojos verdes cuando no pudo hacer nada para evitar que me trajeran. La forma en la que se puso nervioso cuando exclamé que me estaban lastimando, y la forma tan desgarradora en la que se arrojó al suelo con impotencia, gritando que me amaba. El recuerdo sigue tibio en mi mente.

Oigo pasos en el pasillo y sin ni siquiera molestarse en tocar la puerta, una enfermera aparece en mi puerta.

-Tienes visita -espeta con una voz sin una pizca de energía.

<Jaden> se escucha una voz en mi cabeza.

Todos los vellos de la piel se me erizan y el corazón me empieza a palpitar de forma salvaje. 

"Cálmate" me aconsejo.

Qué haré cuando lo vea? Cómo reaccionaré? Y si está molesto porque lo he llamado? Eso no lo creo, porque entonces diría que me ama?

Finalmente asiento hacia la enfermera.

-Apresúrate mocosa! -exclama con evidente impaciencia.

Me limito a salir por la puerta mientras esta desubicada mujer me guía por los pasillos.

El aire está más cálido hoy, pero no tanto como para que deje de temblar. Los pasillos siguen siendo tristes, y es como si no hubiera pasado por aquí durante un largo tiempo.

Realmente, hace cuanto tiempo que estoy aquí?

Después de los electrochoques, pude haber estado inconsciente durante días, por lo tanto, me es imposible descifrar los días exactos que he estado aquí.

 Llegamos una puerta blanca intacta. Podría jurar que este es el objeto mejor cuidado de todo el asqueroso lugar. Ni siquiera los pacientes están limpios aquí. 

La enfermera me mira con impaciencia.

-Vas a entrar o te llevo del cabello? -pregunta con una expresión neutral.

Pongo los ojos en blanco y presiono mis puños con fuerza para evitar golpearla en la nariz y armar un tremendo espectáculo, y que me prohíban ver a Jaden.

Finalmente asiento y entro por la puerta blanca.

Adentro, las paredes son de un tono amarillo claro y hay una mesa y dos sillas en el centro de la sala. Incluyendo arreglos de flores en las esquinas. Sí que se han esmerado en mantener esta sala presentable, y por lo visto, es la única.

Mis ojos recorren toda la sala hasta que finalmente descansan en unos intensos ojos verdes que me están mirando expectantes.

Inmediatamente mis ojos se cristalizan y una enorme sonrisa se dibuja en mis labios. 

-Yos... -empieza.

Pero no le doy tiempo de acabar. Corro hacia él, enredo mis brazos tras su cuello y pego todo mi cuerpo a él. Inmediatamente rodea mi cintura con sus esculpidos brazos. Quiero sentirlo cerca, sentir cada extremo de su piel, inhalar su respiración y sentir los latentes latidos de su corazón en mi oído. Necesito embriagarme de él. Jalo de su camiseta negra en un intento de acercarlo más, aunque ya estemos con los cuerpos bastante pegados. Es imposible estar más cerca.

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