Capítulo 17

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Volver a un lugar del cual has escapado.

Nadie quiere volver a un lugar así, infestada de personas deshonestas, opresoras y llenas de maldad. 

Sin embargo, ahora no hay marcha atrás.

Me estoy sujetando de la cintura de Jaden, con mi mochila tras la espalda y aceleramos en su motocicleta con rumbo al colegio. Esto es absurdo, acabo de pasar por un momento bastante desagradable, y aunque Will esté preso, este lugar me sigue recordando momentos que pasamos juntos, es decir, los momentos que fingió. 

La brisa sigue siendo fresca, justo como a mí me gusta. Las hojas bailan en las pequeñas ramas de los grandes arboles y el sol se está ocultando tras nubes grises que anuncian lluvia. Un día hermoso. No entiendo porque la gente desprecia tanto la lluvia y los días fríos, si estos son los mejores. Hay paz, y uno se puede sentir vivo! 

Llegamos en cuestión de segundo y Jaden debe cargarme fuera de la moto para que yo me resigne a entrar. 

-Sabes que muero por poder entrar contigo y protegerte de todo esto -espeta con tristeza y yo asiento débilmente.

Miro mis manos, que están rosas por el frío. Luego alzo la mirada para encontrarme con esos intensos ojos verdes llenos de afecto.

-Dónde vas al colegio? -le pregunto sin más.

Él ladea la cabeza sorprendido ante el cambio drástico de tema.

-Ya culminé el colegio -me informa.

-Pero... Hey! Ni siquiera sé cuantos años tienes! -espeto sonriendo y él me devuelve la sonrisa.

-Tengo diecisiete -responde contento -Y antes de que lo preguntes, empecé el colegio un año antes. 

No lo puedo creer. 

-Buenas notas? -pregunto.

-Muy buenas -contesta con una sonrisa triunfante -Deberías aprender de mí.

Río a carcajadas y le doy un pequeño empujón en el hombro, al cual él responde con una mueca, continuado de una carcajada.

Jaden se me queda mirando unos segundos, y al percatarme de eso dejo de reír.

-Qué tanto me miras? -pregunto con diversión.

-Eres extremadamente guapa con una sonrisa en tus labios. 

Oh, Jaden! Sería tan perfecto que estemos juntos. Pero no, ya no volveré a caer en los juegos de nadie, y a pesar de que creo que tú jamás lo harías, he empezado a ignorar lo que "sé". 

-Me tengo que ir. Las clases ya casi empiezan. -digo con timidez.

Él asiente y sube a su motocicleta. 

-Ve, esperaré a que entres a salvo. -espeta.

Me ruborizo como una niña pequeña, doy media vuelto y camino hasta la entrada.

Escucho el rugir de la moto alejándose, justo al tiempo en el que veo la puerta del salón de clases.

Entro agachando la mirada y voy directo a la silla más lejana de la pizarra. Cuando alzo la mirada veo a Micaela, quien se está acercando a mí, y todo el alumnado está expectante.

-Vaya, vaya. -dice la cínica de Micaela -Por fin apareciste, zorra. 

La ignoro y saco un libro de mi mochila, finjo leerlo para demostrar lo poco que me importan sus palabras. Hasta que su mano está en mi libro, me la saca de un tirón y lo arroja al suelo. La sangre me empieza a hervir y tengo miedo de mis futuras acciones.

MI BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora