Capítulo 40

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Por más que lo intenten, nadie puede salvarme.

Lo último que recuerdo son las frías gotas de lágrimas que Jaden derramó en mi pecho, sus sollozos desgarradores y esa forma desesperada con la que se aferraba a mi frágil cuerpo lleno hematomas y cortes hechos por el cinturón de Jeremy.

Recuerdo como lentamente mis ojos se fueron cerrando involuntariamente, intenté decir algo, advertir a Jaden que me quedaría dormida, pero no me dio tiempo para nada, simplemente la oscuridad se apoderó de mí.

Sigo sumergida en ella, en esa acogedora oscuridad. No sueño, solo pienso. He escuchado a Jaden y a Ana hablarme varias veces mientras seguía dormida, ellos tienen fe en que yo los escucho, y así es. 

Ana me ha dicho que cuando despierte me enseñará a preparar un bonito pastel de chocolate. Realmente no me gusta el chocolate, pero no me negaría a hacerlo si ella se ofrece de esa manera tan tierna.

Jaden me ha hablado la mayoría de las veces, a diferencia de Ana. Pero él solo me dice que todo va a estar bien, que cuando despierte, jamás nadie volverá a ponerme un solo dedo encima. 

Ambos han sido bastante amables conmigo, sin embargo, no puedo dejar de pensar en mi padre.

Es decir, en Jeremy.

Qué habrá pasado de él? Volvió a recuperar la consciencia? Se lo llevaron preso?

De repente escucho un puerta abrirse, intento levantar mis párpados pero es como si no pudiese controlar mi cuerpo, como si mi alma empezara a vagar en este mundo fugaz.

Siento como se coloca a mi lado y sujeta mi mano, y entonces lo escucho. Es Jaden.

-Hola preciosa... -su voz suena triste -Aún no has despertado. Han pasado dos días y ya te extraño Yos. Amo verte dormir, pero no soporto ver que no vuelves a abrir los ojos. 

Se queda en silencio un instante y trato con todas mis fuerzas de devolverle el apretón que le está dando a mi mano, pero no lo consigo y él continúa.

-Sabes? -creo que ha sonreído -No te lo he dicho porque no se ha dado la oportunidad, pero el mes pasado cumplí los dieciocho años. Me moría de ganas de pasarla contigo. Ese día intenté verte en aquel lugar, de hecho golpeé algunos rostros, pero no me dejaban. 

Oh Jaden! 

Se quedó en silencio por un largo tiempo, mientras trazaba círculos en la palma de mi mano. Podía escuchar su respiración y eso me bastaba para seguir atenta a cada bocanada de aire.

De repente volvió a hablar y se me partió el alma escuchar su voz ronca. Estaba llorando.

-No sabes muchas cosas de mí, Yos -le costaba trabajo pronunciar las palabras -Y tengo que miedo de que cuando las sepas te espantes. No querrás volver a verme. -al instante se le quiebra la voz y se le escapan varios sollozos. -Soy un monstruo... y tú no lo sabes.

Un monstruo? De qué está hablando? Él es el chico más amable, tierno y protector que he conocido en mi vida. Cómo puede decir eso?

Se vuelve a quedar en silencio, pero esta vez tratando de controlar tantas lágrimas.

Pasan varios minutos, cuando mis párpados se empiezan a mover. Jaden sigue sujetando mi mano.

-Te extraño -espeta de la nada.

Vuelve a acariciar mi mano y mis ojos se abren lentamente. Lo observo de reojo y veo que tiene la cabeza agachada, por lo tanto, no se ha dado cuenta que ya he despertado.

-Si supieras lo que me haces sentir, Yos. Haces que quiera olvidar el pasado, haces que quiera ser mejor persona y me da tanta impotencia cuando te acurrucas contra mí sin ni siquiera saber la clase de monstruo que soy. De hecho, haces que piense que todo aquel pasado, realmente no fue mi culpa, que toda esa pesadilla jamás existió. -respira hondo antes de continuar -Eres tan perfecta que me he planteado tantas veces alejarme de ti, por el simple hecho de que no creo que yo sea suficiente para ti. Te mereces mucho más, Yos. Verte en esta cama me parte el alma, verte llorar me desgarra el corazón. Oh Yos! Si solo supieras que nunca antes me había enamorado tan perdidamente de unos ojos como los tuyos, que nunca me he perdido en una sonrisa tan preciosa como la tuya y que jamás había deseado tanto tocar y acariciar alguien como deseo hacerlo contigo. Quizás pienses que estoy loco, pero siempre se ha dicho que el amor es una locura. -mis ojos se llenan de lágrimas al instante -Te amo, Yos y no sé como controlar todo esto que siento.

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